Fan fiction X Files (Expediente x) Californication... Sí soy así de Friki y estoy así de loca....

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sábado, 22 de diciembre de 2007

MASCOTAS.

Todos los derechos son de la 1013 y la Fox y bla bla bla y yo solo escribo por escribir y porque me gusta.....

Estupendo. Sí, estupendo. Se había quedado dormido. Vestidito y en la cama de su habitación. Él, el que nunca duerme, se había quedado totalmente inconsciente en cuestión de diez minutos, los diez minutos que había tardado ella en darse una merecida ducha, que no un baño, después de haber pasado todo el maldito día y parte de la noche anterior, trabajando en ese ridículo caso.
Llegaron al Motel de muy buen humor (a pesar del cansancio y sus respectivas y habituales opiniones contradictorias sobre el caso) debido a que durante el trayecto al Motel habían estado recordando viejos tiempos (viejos y buenos tiempos) y eso les había hecho olvidar por un momento el día que llevaban. Uno de los hombres del Sheriff asignado para ayudarles les había estado hablando de “Pesca” durante todo el día y ya de vuelta, en el coche, pasaron de comentar las aficiones de su ayudante con las cañas y los peces a hablar de las “Mascotas” de Mulder y sus “extrañas” muertes por ¿¿ahogamiento?? ”Seguro que sus branquias estaban llenas de agua Mulder, pero de ahí a darlo como probable causa de muerte….. “. Eso les había hecho reír durante un buen rato. "Resulta gracioso que a todos los peces naranjas les llames Molly, Mulder. Lo normal es cambiar de nombre si muere el anterior", "Mueren tan a menudo que decidí no complicarme" la contestó con media sonrisa mirando al frente mientras conducía. Luego pasaron a bromear acerca del fallecido Queequeg y el parecido de su color de pelo con el color de pelo de Scully “Dicen que los perros se parecen a sus dueños Scully… ¿o tal vez sea al revés? me pregunto cómo sería su anterior dueña antes de tener el pelo cano y la mente perdida”. Reían y bromeaban. “No me veo como propietario y amo de un perro Scully y no lo digo sólo por todas las cosas que podrían ocurrirle al pobre animal si se mezcla conmigo y mi círculo de amigos o enemigos. No, prefiero mascotas que mueran sin crearme cargo de conciencia".
Scully, con las manos en las caderas y las cejas levantadas decidió dejarle dormir. A fin de cuentas, le cuesta dormir, así que ¿Porqué despertarle? Se puso el pijama, apagó la luz, atravesó la puerta de comunicación y se puso la televisión en la habitación de Mulder. Bajó el volumen y se sentó en el suelo, delante de la cama, con las piernas cruzadas y un sándwich. Pensaba en la conversación del coche, pensaba en el pobre Queequeg y recordó un día soleado de hacía unos años, en que había sacado a pasear a Queequeg al parque, con la correa en la mano, cubriendo sus ojos con la mano para que no la hiciera daño el Sol del medio día. Con su traje de chaqueta azul y sus tacones, viéndose a sí misma fuera de lugar. Solía llevarse algún libro y se sentaba en algún rincón apartado mientras Queequeg correteaba a su alrededor, ladrando a todo el que se acercara, con esa carita tan alegre y esos gestos nerviosos. Pero había días en que iba con el tiempo justo y según llegaba a casa, cogía la correa y salía directamente al parque con el perro y así estaba ella aquel día, con prisas, con la cabeza en otro lado.
Trabajo y Mulder que era lo mismo, la mayor parte del tiempo ni si quiera lograba diferenciar el concepto “Mulder” de todo lo demás, del resto de su vida. Iba todo enlazado, mezclado. Mezclada su vida, su trabajo, su familia y él. Él resaltando, él, tan intenso.
Recordaba a Queequeg aquel día, a su lado, ladrando, dando saltitos, mirándola suplicante y ella pensando en que a Mulder no le agradaba el perro por el sencillo hecho de que el perro se interponía en su egoísta forma de tratarla y exigirla tiempo y vida. Se fue a sentar a un banco, al Sol y estuvo ahí sentada mirando a la gente pasar, intentando no pensar en nada, pero era inevitable. Sentada en un parque, un precioso día, deseando regresar al trabajo. Justo al revés de lo que habría deseado la gente normal. Pensando en que habían estado toda la mañana rellenando papeles en la oficina y hubo un momento a mitad de la mañana en que se le habría comido a besos, no por nada especial, ni fuera de lo normal, era esa sencilla manera en que a veces sonreía, tan tierno.
Scully, sentada en el suelo de aquel Motel se recordaba en aquel banco, nerviosa porque él tardaba en llamarla. Sonrió y se acabó el Sándwich. Cambió de canal. Aquel día ya iba a llamarle ella cuando sonó el teléfono. Qué dónde estaba la preguntó y sin más la dijo que iba para allá. Colgó y media hora después le vio acercarse por el camino del parque, guiñando los ojos porque le hacía daño el Sol, con su traje y su corbata. Sin decirla nada se dejó caer en el banco. Echó la cabeza hacia atrás y extendió brazos y piernas a ambos lados. Medio tumbado, con los ojos cerrados, parecía estar cansadísimo y Scully, después de mirarle durante unos segundos, con cara de resignación, siguió mirando a la gente pasar. Mulder abrió los ojos y la sonrió. Volvió a cerrarlos y después de unos segundos volvió a abrirlos, se incorporó y sentado, con las manos unidas y los ojos a medio abrir por el Sol la dijo "No hace mucho que teníamos que vernos a escondidas en este parque por la noche". Ella se maldijo por derretirse por dentro al pensar "Es un romántico... mierda, lo es" pero le contestó aparentando indiferencia "A este paso acabaremos haciéndolo de nuevo". Él se limitó a sonreírla. Pasaron el rato callados, mirando a la gente pasar y a Queequeg corretear y luego se fueron juntos, paseando.
Aquel fue un día tranquilo y extrañamente íntimo y ahora Scully lo recueda con mucho cariño. Piensa en Mulder durmiendo vestido en su cama en la habitación de al lado, piensa en lo importante que es para ella, en lo importante que era entonces, en lo importante que fue siempre. ¿Qué más da que sus vidas tengan que llevar ese camino? No la importa mientras sigan juntos, sea como sea y si hace falta, se verán a escondidas. Sonríe al pensarlo, sentada casi a oscuras en el suelo frente al televisor…..Y entonces siente una presencia en la habitación, levanta la vista y le ve mirándola extrañado. Ella se gira a mirar al televisor "No quise despertarte". "¿Alien?" la pregunta medio dormido, con la voz algo ronca. Ella pestañea y mira a la pantalla, ni si quiera se había fijado en la película que estaban echando. Encoge los hombros y le dice "¿Quieres terminar de verla conmigo?" y él lo piensa un par de segundos, se acerca a la mesilla, coge una bolsa de pipas y se sienta a su lado quitándola el mando a distancia para subir el volumen. “¿Sabes Scully? - dice al rato sin dejar de mirar el televisor -Tener un bicho como ese de mascota me libraría de la mayoría de mis problemas”. Ella le mira sonriendo “Claro Mulder, así dejarían de llamarte Siniestro”.

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