Fan fiction X Files (Expediente x) Californication... Sí soy así de Friki y estoy así de loca....

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lunes, 17 de diciembre de 2007

El amigo Cole.

Todos los derechos son de la 1013 y la Fox y bla bla bla y yo solo escribo por escribir y porque me gusta.....


Llevan toda la mañana en el despacho del sótano revisando antiguos expedientes con otro Agente de Florida asignado al caso para ayudarles. Café, papeles y más papeles.
Es normal que los del Sur se abriguen mucho cuando están en el Norte y más en invierno, pero hoy hace un buen día y el Sol entra por el vantanuco del techo y Mulder se ha quitado la chaqueta. El Agente del sur es guapo. Es muy guapo y Mulder también se ha dado cuenta. Ella nota cómo él intenta disimular miradas de comprobación y cómo inconscientemente se calla y permanece a la espera de algún signo de coqueteo. Ella también calla, ya para no arriesgarse a decir o hacer algo que infrinja esto, sea lo que sea, que tienen aunque nunca haya pasado nada, ya para disfrutar, concentrada en cada gesto de Mulder, de su estado de alerta injustificada.
James Cole se llama. Agente Especial James Cole. Viste de negro. Es también moreno y alto y agradable hasta el extremo de caerle bien a Mulder a pesar de los pesares. El Caso se lo asignaron a él allá abajo. Personas con vidas extrañas muertas extrañamente. Luego hubo un caso cerca de Nueva York y les llamaron y bueno, acordaron llevar el caso juntos. De eso hace tres días ya, tres días sin pistas, ni avances. Tres días de encierro voluntario en su sitio preferido del Hoover con el guapo y prometedor Agente Cole como nuevo entretenimiento. Les ha contado que está soltero y Mulder ha apretado la mandíbula controlándose para no mirarla descaradamente a ver su reacción y Scullycaradepócker le ha preguntado a colación que si tenía hijos a lo que él ha respondido con media sonrisa e inclinación cómica de cabeza con un "Oh Dios, aún no". Es gracioso. Gracioso sin ser payaso y les han hecho pasar esos tres días del sentimiento de ver su espacio vital invadido, al sentimiento de compartir su "hogar" Hooveriano amigablemente. Incluso ha sido listo hasta el extremo de preguntar nada más llegar por cuál era su espacio ahí abajo para "no fastidiar con mis papeles y trastos" y luego les ha ido preguntando por las fotografías y pósters y demás recuerdos que fueron acumulados durante años en las paredes y vaya, Mulder deberían haberla mirado para verla sonreír como sonrió cuándo Cole se entusiasmó por cierto Póster comprado en la calle M. ¿Cómo no iba a sonreír? Luego, aquel primer día, al quedarse solos ella y Cole, malditos riñones debió pensar Mulder por la cara que puso al salir camino del baño, la hizo, sin rodeos ¿Para qué? Todo para Cole es así de sencillo. La hizo LA PREGUNTA. Según cerró Mulder la puerta la miró a los ojos y calmadamente la preguntó por un "¿Hay algo más?" que ni si quiera la sonó a intromisión, ni mucho menos a interés por ella claro, sino a un simple deseo de conocer algo más de ellos, de su mundo y de ese sótano. Ella se limitó a sonreírle dulcemente mientras negaba con la cabeza y él asintió comprendiendo. Luego su vista bajó hasta cualquier documento que estuviera leyendo y dijo, sin esperar respuesta y sabiendo que no la recibiría: "Lo habrá, lo hay".

Tenían mucho trabajo y para varios días, pero aún así ¿Cómo no iban a enseñarle algo de Washington? Cena a base de comida basura y ensaladas en un Restaurante típico lleno de pantallas gigantes para ver todos los deportes habidos y por haber y luego ("No, prefiero que me llevéis a dónde quiera que vayáis siempre ¿No tenéis un Central Perk por aquí?") al tugurio de siempre para invitarle al Cócktel de turno mientras comen pipas y cacahuetes sentados en un rincón. Chistes fáciles sobre compañeros, pocos cotilleos porque no hablan con mucha gente para llegar a enterarse, casos raros, anécdotas, personajes peculiares en estos, tantos, años juntos.... Y luego llamar a un taxi al salir, levantando la mano y un "No, cógelo tú primero, que eres nuevo aquí" queriendo quedarse solos porque sí y la noche y los dos bajo las luces, mientras los demás pasan a su lado y algún coche pita allá lejos.

M- Hace frío- Encogiendo los hombros, mirando al suelo con las manos en los bolsillos de la gabardina.
S- Sí. Si que lo hace- Mirándole, esperando a que levante la vista y cuando lo hace y la mira- ¿Quieres pasear un poco? En la Calle C pasan más taxis.

Y él asiente y se acerca para empezar a andar los dos a la vez, juntos. Unos pasos. Unos cuantos más. Aún hay mucha gente en la calle a pesar del frío. Han pasado la Calle C y la L y ven un taxi acercarse. Se acercan a la carretera y se paran. Los dos levantan el brazo, uno detrás del otro. Gabardinas, baho y ojos vidriosos por el frío. Sin titubeos, el taxi lo coge ella, hace tiempo que él dejó claro cómo se resolverían estas situaciones. Abre la puerta y se sienta mientras él espera para decirla "Hasta mañana" mientras la mira a los ojos, que logra vislumbrar entre la oscuridad del taxi y la noche. "Hasta mañana Mulder" le dice ella. Y se aleja y él vuelve a meter las manos en los bolsillos sin darse cuenta del gesto y aprieta la mandíbula y coge aire y cuando ya no ve el taxi se gira a buscar uno para él. Ya no siente celos.

A la mañana siguiente, el segundo día de tener entre ellos a Cole, a parte del Buenos Días, nada más verse hubo comentarios sobre la noche anterior. Cole afirmó haber dormido como un niño después de sus cuatro cervezas y Mulder bromeó con haber tenido pesadillas con enormes, negros y fuertes jugadores de Rugbi después de haber tenido seis pantallas bombardeándole músculo y sudor durante la cena en aquel restaurante, a lo que Scully replicó con un "Y ese es el motivo por el que siempre vamos" pasando la mirada de Mulder a Cole, para aclarar a Cole que en realidad, a Mulder le encantaba ese sitio. El resto de la mañana la pasaron en la sala de autopsias. Ella con su traje verde y mascarilla conjuntada, Cole saliendo a vomitar después de ver cómo abría el cadáver ("Al menos aguantó un poco" comentaría Mulder viéndole salir) y Mulder sonriéndose al ver que los fluidos estomacales de Cole le acababan de proporcionar una ventaja. Diez minutos después la puerta se entreabrió lo justo como para que Cole pudiera decir un "Lo siento, esperaré fuera" y ellos dos pudieran contestarle a la vez un "Está bien", siguiendo ella en su tarea de instrumentos, sangre y órganos y él en su tarea de sentarse sobre alguna mesa del fondo para observar el proceso y a ella concentrada, callado, balanceando los pies, colocándose la corbata, mirándose los dedos, esperando a que ella pudiera decirle algo de primera mano sobre el cadáver, el caso o un "¿Podrías dejar de hacer ruido con los pies?" a lo que él respondería con un "Claro, lo siento", para descubrir que le apetece hablar porque lleva allí una hora larga y bueno, porque quiere llamarle así delante de ella:

M- Estómago débil. Algo malo tenía que tener el chico perfecto.

Y ella le mira, por encima de la máscara, con las manos en alto (guantes ensangrentados e instrumental afilado en su mano derecha).

S- ¿Qué quieres decir?- Porque lo sabía pero ya puestos prefería poder sacarle algo de información adicional. Además, el tema lo había sacado él.
M- Ya sabes.... - Genial, ahora tendría que explicarlo- Brillante, prometedor, atractivo, gracioso...
S ( Cortándole al hablar)- Amable, atento, tierno...- Siguen mirándose.
M- ¿Crees que estoy celoso?
S- No- Tajante, le mira unos segundos y luego mira de nuevo el cadáver- ¿En qué se diferencia de tí? ¿En que él tiene Don de gentes?

Y sigue trabajando, contenta con lo que le ha dicho y en la cabeza de él "brillante, gracioso, amable, atractivo... tierno!!"

M- ¿Soy tierno?- Con malicia, riendo.

Y lo ha soltado tan de improvisto que ella suelta una carcajada y tiene que mirar al techo y separarse de la mesa de autpsias para poder reírse a gusto.

S- Mulder por Dios ¿Voy a poder trabajar tranquila hoy o tengo que enviarte fuera a hacerle compañía a Don Perfecto?
M- Está bien, está bien. Ya me callo.

Y la miró de tal forma que ella agradeció llevar mascarilla para poder sonreír sin miedo.

Nada en el cadáver. Murió por un ataque cardíaco.

Aquella misma tarde, la del segundo día, fueron a ver otra vez la escena del crimen. Era mejor que Cole también la viera y así ellos aprovechaban por si se les hubiera pasado algo por alto.
Un edificio de dos plantas semiabandonado. De ladrillo rojo. Escaleras oscuras y húmedas, ventanas mugrientas y basura desparramada por el suelo. Ocurrió en el tercer y último apartamento del segundo piso. La cinta de plástico amarilla de la policía resaltaba a lo lejos en el pasillo. Abrieron la puerta.
Con el cadáver se topó un ladronzuelo que se había colado por la ventana de la escalera de incendios. Se pegó un buen susto. La debió romper a posta y un par de días después al ver que nadie intentó arreglar el destrozo o al menos tapar el agujero para que no pasar el frío, decidió entrar para ver qué podía sacar de allí. Lo más probable es que nada más entrar saliera corriendo. El cadáver había sido encontrado en mitad del apartamento. Sin ropa alguna y rodeado de alrededor de unos treinta roedores también muertos y colocados de extraña manera. Al principio pensaron que estaban colocados de manera aleatoria, pero luego les llamaron desde Florida y todo empezó a pintar mal. Cuatro cadáveres hasta ahora. Todos rodeados de roedores. La policía pensó que podían ser ritos satánicos y por eso les encomendaron el caso de Nueva York, pero bueno, en Florida ya estaba Cole investigándolo.
En el suelo del apartamento aún se podía ver el descolorido que la descomposición le hizo. Los muebles y los pocos adornos que ese tipo tenía estaban llenos de polvo magnético marcando huellas. Todas del muerto. Cincueta y tres años. Ex marine, ex alcohólico, ex casado, que se había pasado los últimos quince años de su vida sin salir prácticamente de casa, viviendo de una pequeña renta, vistiendo siempre monos de trabajo color azul y el mismo gorro de lana amarilla, encargando comida a domicilio y aparentemente viendo de manera obsesiva las mismas dos cintas, llenas de anuncios y distintos programas y concursos grabados todos ellos sin sentido, con cortes, desordenados, algunos de solo unos segundos de duración y otros con cosas distintas grabadas encima.... Los habían estado viendo el primer día, después de comer para relajarse después de tanto papel, comprobando nombres, estudiando los casos de Florida, buscando referencias, parecidos con cualquier otro caso. Pero nada. Ninguna pista.
Y ahora, el tercer día, seguían ahí, repasando, sin encontrar nada. Cole en el fondo entretenido con el listado de todo lo que se encontró en las escenas de los crímenes, Mulder en su silla, viendo fotografías de los asesinatos de florida en el portátil de Cole y Scully enfrente de Mulder mirándole y de vez en cuando comparando datos de antecedentes en muertes con roedores de por medio o en la escena del crimen. Suena un móvil y todos se ponen alerta, primero mirándose entre ellos y luego esperando mientras Scully metía la mano el el bolsillo de su chaqueta para sacar su móvil y contestar sí, sí, soy yo.... bien... de acuerdo, allí estaremos y ellos la miran esperando y ella "Era Skinner" y Cole se levanta preguntándola "¿Novedades?" y ella se levanta y le dice que sí y Mulder se levanta y se pone la chaqueta y se coloca la corbata mientras mira a Scully y Scully le mira a él sin decirle nada y ella comienza a andar hacia la puerta y los dos la siguen por el pasillo y cogen el ascensor, sin decir palabra. Cole sonríe al verles callados y serios y mira al techo para disimular y se siente aliviado cuando las puertas se abren, saliendo él primero y luego dejándoles pasar delante porque es su territorio. Puede ver cómo el resto de Agentes les miran al pasar. Casi todos callan pero algunos luego comentan y sonríen. Cole imagina de qué hablaran. Los rumores llegarón a Florida hace tiempo. Dos Agentes de Washington que llevan casos de extraterrestres y fantasmas. Dicen que a ella la abdujeron y que a la hermana de él también. Cuentan que una vez estuvieron hablando con el fantasma del mismísimo JFK y que les dijo quién le mató y porqué y desde entonces están amenazados por una Agencia Secreta para que no cuenten nada.
Cuándo a Cole le dijeron que viajaría al Norte para trabajar con los famosos Mulder y Scully, se puso algo nervioso por la emoción. No porque creyera ninguna de las barbaridades que había oído, sino porque frente a todas esas cosas, estaba el hecho de que esos dos siempre estaban metidos en asuntos oscuros, enfrentándose a casos que los demás ni si quiera imaginaban y demostrando que sabían cómo hacer las cosas frente a todas las críticas y burlas. Cole sabía que aprendería mucho, sabía que ellos dos ya eran leyenda y que tenía una suerte grandísima al poder trabajar con ellos y verles en acción.
Cole entró al despacho de Skinner por segunda vez con una sonrisa enorme dibujada en la cara: Había visto cómo Mulder colocaba la mano en la espalda de Scully al entrar en el despacho de Skinner. Se lo había visto hacer una docena de veces en esos tres días que llevaba allí, pero le hizo gracia ver que incluso lo hacía delante del jefe.
Skinner les invitó a sentarse. Saludo nuevamente a Cole y le dijo nuevamente que le alegraba tenerle en el caso y luego puso las manos sobre la mesa y les miró muy serio y les dijo que no era nada seguro, pero que habían recibido un aviso de que había un cadáver en el Hospital de una pequeña localidad cercana a Philadelphia, que al parecer había muerto en parecidas circunstancias que el resto: rodeado de roedores, desnudo, en mitad del salón y que el tipo nunca salía de casa y no se le conocía ni familia, ni amigos, ni visitas. Llevaba dos días en el Hospital esperando una resolución de las autoridades locales para enterrarle. Habían pensado que murió por un simple infarto, pero ahora podría ser que formara parte de la lista. Skinner entregó a Scully el informe de la policía y les dijo buena suerte mientras salían del despacho.

M- Bien Agente Cole. La ruta turística se desvía hacia Philadelphia.
C- Siempre quise ver esa maldita campana.
M- No es para tanto.... Está rota- Guiñándole un ojo a Scully mientras lo decía.

A Scully le dejaron la sala de autopsias del hospital y Mulder y Cole fueron a la oficina del sheriff local, allí se encontraron con un montón de chicos disfrazados de Jedys que en mitad de una fiesta decidieron al intentar colarse en el Ayuntamiento para "impedir que los Sith siguieran dominando el pueblo". El sheriff les explicó que el cadáver los descubrieron los vecinos por el olor. Llevaría muerto semanas. Las ratas rodeaban el cadáver. Cole pidió fotografías y el informe original. Mulder se limitó a callar. Dos horas después Scully llamó a Mulder. Nada en el cadáver. Infarto. "Bien. Te esperamos aquí" la dijo.
Los Jedys comenzarón a alborotar y el sheriif salió a ver qué pasaba. Mulder y Cole le siguieron. Veinte Jedys mirando a Scully con ojos de deseo. Mulder y Cole sonreían. Scully pasó delante de ellos muy cabreada. Mulder la abrió la puerta para que pasara al despacho de sheriff y miró a Cole sonriente mientras le decía a Scully que acababa de provocar una conmoción en la fuerza. Ella se giró y no le dijo nada. Se limitó a mirarle. Ya dentro del despacho se pusieron al corriente. No tenían nada. Era lo que diferenciaba a este caso de todos los demás, que no tenían nada. Parecía como si realmente hubieran muerto por infartos. Las ratas podrían ser por la suciedad y las vidas raras y solitarias simple casualidad. "Vayamos a ver dónde vivían este tipo" dijo Mulder. Cole se levantó dispuesto a ir, pero se paró al ver que Scully no se movía y miraba a Mulder. "No" le dijo aún cabreada. "Creo que estamos dándole vueltas y se trata de casualidades" y Mulder la dijo "Hay muchas casualidades" y ella siguió "Este ni si quiera tenía esas cintas con grabaciones raras Mulder" y él "Quizá las encontremos en su casa", "Ya la han registrado" dijo ella, "Sin saber qué buscar" dijo él y ella no contestó y se cruzó de brazos y le miró muy seria y él se acercó a ella y se puso las manos en las caderas y bajó un poco la cabeza para decirla más cerca, bajando un poco la voz "Creo que llevas razón... Lo creo, pero prefiero asegurarme" y ella le miró a los ojos y asintió y esta vez los Jedys no dijeron nada al verles salir y Cole volvió a sonreír al verle nuevamente ponerle la mano el la espalda al salir, mostrándose incoscientemente territorial frente a todos esos niñatos disfrazados.
Era una casa baja de una sola planta y tres habitaciónes: Salón-cocina, baño y una habitación dónde cabía una cama y un pequeño armario en un rincón. Llovía cuando salieron del coche. Mulder cogió el paraguas del maletero y Scully se colocó debajo. Cole se mojaba detrás de ellos. Un Agente de policía les esperaba en la puerta para abrirles y enseñarles el lugar. Mulder le dijo que les esperara fuera. Lo primero que hicieron fue mirar el salón. Lo mismo. La marca del cadáver resaltaba en la alfombra. La luz entraba por una ventana que daba a un patio lleno de trastos. La tele en mitad el salon, debajo del mueble un vídeo. Ni rastro de cintas. Cole se puso a registrar los cajones de los muebles del salón y Scully fué a la habitación. Mulder permaneció de pié en mitad del salón observando, estudiándolo todo en silencio. En los cajones parecía no haber nada más que viejos trastos inservibles y juguetes viejos y estropeados. Billetes de un viejo monopoli llenaban un cajón. Cole cogió un puñado y lo enseñó a Mulder sonriente. Mulder le miró e hizo un gesto de asentimiento. "Mulder" dijo Scully desde la habitación y él fue hacia allí. Entro despacio y la vio mirando por la ventana. Se giró al oírle entrar. Él se acercó hasta ponerse al lado y miró por la ventana hacia donde le señalaba ella con el dedo. Afuera seguía lloviendo. La lluvia hacía ruido al caer sobre cubos de basura de metal y restos de viejas bicicletas y muebles amontonados fuera. Parecía una pequeña chatarreria. Scully señalaba lo que parecía un pequeño cuarto trastero pegado a la pared de la casa. Salieron fuera con Cole siguiéndoles. La lluvia caía y les mojaba el pelo. La puerta del cuartucho pareció moverse y sacaron las pistolas. Scully iba la primera, Mulder justo detrás y Cole el último. Scully se paró en la puerta y apuntó mientras Mulder abría despacio la puerta. El cuarto mediría dos por dos y al abrír un gato les dio un susto de muerte al salir corriendo entre sus piernas. Se miraron entre los tres. Mulder entró primero. Se guardaron el arma. Había un armario blanco, medio podrido, en el fondo. El suelo era de cemento y las paredes de ladrillos mal colocados. La lluvia sonaba al dar en el tejado del cuartucho. Scully sacó un guante de latex del bolsillo y se lo puso para abrir el armario. El olor les hecho para atrás. En la parte de abajo del armario había un montón de restos de comida y cajas pudriéndose. En la parte de arriba cintas de vídeo. Scully aguantó la respiración para acercarse a leer los nombres puestos en las cintas. Mulder se acercó por detrás de ella a leerles también. Cole seguía en la puerta.
El disparo no se oyó mucho porque la lluvia caía fuertemente sobre el tejado del cuartucho. Mulder y Scully no tuvieron tiempo más que para girarse y coger a Cole mientras caía. Luego Scully se quedó apretando la herida de bala que le había atravesado el pecho a Cole, con este tendido con medio cuerpo dentro del cuartucho y medio fuera. Mulder saltó por encima de Cole. No sabían de dónde podía haber venido el disparo. Mulder estaba en mitad del patio apuntando con su arma, recorriendo las casas contiguas y los rincones. La lluvia le impedía ver bien. El ruido de la lluvia y el resto silencio. Nada se movía ahí fuera. Las ventanas de las casas de al lado estaban cerradas. Les habían dicho que no había vecinos. El policía que les esperaba en la puerta apareció y Mulder le hizo señas para que permaneciera quieto. Un minuto y nada. Mulder miró al policía y le preguntó que si había visto algo y este negó con la cabeza, luego le dijo que avisara a una ambulancia, que había un Agente herido y le señaló dónde estaba Scully con Cole. Luego se dirigió hacia la valla metálica que separaba el patio de la casa contigua. Miro por encima apuntando. Nada al otro lado. Oyó pasos detrás y se giró. Era Scully. "Cole aguantará, el policía está con él" y Mulder la respondió asintiendo con la cabeza, totalmente concentrado. La señaló con la cabeza la puerta lateral del patio y la dijo "Ve tú por el otro lado" Y Scully se metió en la casa para dar la vuelta mientras él avanzaba despacio por el lateral de la casa hacia la puerta. Estaba empapado y la lluvia lo tenía todo encharcado. Al llegar a la puerta la abrió de una patada y está se estampanó contra la valla al girar y abrirse, luego pasó él con cuidado, apuntando a todos lados. Vio a Scully acercársele por el lateral de la casa. Nada. Los dos apuntando con el arma al suelo se miraron bajo la lluvia y entonces oyeron algo justo enfrente. Era la puerta de un coche al cerrarse. El coche que estaba aparcado justo enfrente de ellos al otro lado de la carretera. Se acercaron uno por cada lado. Las armas en apuntando al vehículo, la lluvia cayendo. El coche arrancó y los dos dispararon a las ruedas mientras se alejaba calle arriba. Pero tenían puntería, le reventaron las ruedas de atrás y acabó por estrellarse contra otro coche aparcado en la cera unos metros más arriba. Corrieron un poco para acercarse mientras gritaban arriba las manos y no se mueva. Se oía una ambulancia cada vez más cerca, sería la de Cole. Scully abrió la puerta delantera mientras Mulder apuntaba. El tipo tenía las manos sobre la cabeza y salió poco a poco. Era joven o al menos lo parecía. Scully le cacheo contra el coche y le cogió el arma y le puso las esposas. Mulder oyó algo y se fijó que en la parte de atrás del coche había jaulas. Abrió la puerta de atrás y miró dentro. Estaban llenas de ratas que chillaban asustadas. Miró a Scully y ella le miró a él. Lo tenían.
Debería tener unos veinticinco años. Moreno, cejas gruesas, ojos claros y mirada fría. No les dio nombre y no llevaba nada encima que pudiera decirles algo. Sus huellas no estaban en la base de datos. Nada. Intentaron hacerle hablar pero era imposible. Mulder y Scully le observaban desde el otro lado del cristal de la sala de interrogatorios. El sheriff decidió apretarle un poco más las esposas para ver si eso le hacía afecto y solo consiguió gruñidos, lo cuál hizo a Scully tener una idea. Miró a Mulder y pasó dentro de la sala de interrogatorios con Mulder detrás. Se acercó al sospechoso y le cogió la mandíbula. Le hizo mirarla y luego apretó para que él abriera la boca. Miró dentro y luego dejó que Mulder mirara también. El chico no tenía lengua. Pasaron diez horas y no tenían nada que les dijera el porqué. El caso se cerraría sin más pistas. El chico era culpable, al menos de tener el coche lleno de ratas, lo cual le implicaba en los asesinatos y de haber disparado a Cole. Le darían por loco. No sabían porqué había decidido volver a la escena del crimen, ni porqué disparó a Cole. No respondía a los exámenes psicológicos y parecía en shock. En el coche no encontraron nada más, era robado. En el armario blanco del cuartucho encontraron tres cintas de vídeo como las otras pero nada, no les decían nada.
Cole estaba bien. Bromeó al verles entrar en la habitación preguntándoles si no tendrían alguna chocolatina porque tenía un "agujero en el estómago" del hambre. Scully comprobó el informe médico que colgaba de su cama y Mulder abrió las cortinas para que le entrara algo de luz de la calle. Le contaron las novedades y los tres callaron de impotencia al saber que no podrían hacer nada más, que el caso se cerraría y que ese chico pasaría una larga temporada en un sanatorio de alta seguridad. "Las ratas parece que las criaba él mismo ¿Sabes?- Le dijo Mulder- Pero ninguna pista sobre la procedencia de estas, de la comida de sus estómagos, de los residuos de su pelo.... nada" y Scully le dijo "He hablado con el médico y mañana mismo te trasladan a Florida" y Cole la dijo triste un "Ya" y ella sonrío y Mulder le dijo "Te echaremos de menos".

Dos meses después Mulder estaba de rodillas en su despacho buscando un bolígrafo que se le había caído bajo su mesa. Scully entró y le miro divertida. Él la dijo con la cabeza aún bajo su mesa "Desde aquí abajo el mundo se ve totalmente distinto Scully" y ella le preguntó bromeando "¿Qué ha sido esta vez Mulder? ¿Otra moneda de cinco céntimos?" y él la respondió con la misma guasa "No, esta vez buscaba mi orgullo... creo que cayó por aquí hace diez minutos" y se levantó, se puso las manos en las caderas y la miró apretando la mandíbula. "¿Qué ha pasado?" le dijo al verle la cara. "Hoy, en el sobre con la nómina, ponía bajo mi nombre y en lápiz "Mr. Siniestro"...- Scully le miraba y él bajó la mirada para buscar el sobre entre los papeles de su mesa- le pregunté amablemente al chico que reparte el correo y me dijo que su compañero era nuevo y lo había puesto para aclararse". Encontró el sobre y se lo dio a Scully. "Ya veo" le dijo mientras lo leía y se sacó del bolsillo otro sobre y estiró el brazo por encima de la mesa para que Mulder lo cogiera. Soltó una carcajada al leerlo y miró a Scully abriendo mucho los ojos, ella se limitó a quitarle el sobre de las manos, guardarlo de nuevo en su bolsillo y sentarse y él la dijo en pié frente a ella al otro lado de la mesa " No recuerdo haber puesto un anillo en tu dedo" y ella le miraba en silencio con la manos cruzadas sobre sus piernas y él se sentó también y la miró y volvió a reír negando con la cabeza y ella rió también y él volvió a revolver en su mesa y cogió una postal y se la dio y ella miró el remite, sonrió, giró la postal para ver la fotografía (los hermosos Cayos de Florida) y se puso a leerla mientras él la decía "Tuvo mucha suerte". Ella acabó de leerlo y sonriente le miró y le dijo "Si que la tuvo" y le devolvió la postal porque sabía lo que él haría y él abrió un cajón y cogió una chincheta, se levantó y puso la postal en la pared, al lado de un cuatro con una fotografía de él y Scully de hacía un par de años y se quedó de pié mirándola postal y ella le miraba sentada aún, pensando en Cole y aquellos días, pensando en la lluvia y aquella casa y los tres bromeando allí mismo, en el despacho del sótano y pensó que estuvo bien porque fue breve, porque miraba a Mulder ahí de pié con las manos en las caderas, su corbata y su chaqueta y deseaba que fuera siempre así, los dos solos allí abajo, renegados, aislados, juntos.....
Él giró la cara para mirarla. Ella le miraba. La luz entraba por el ventanuco del techo. Hacía un buen día afuera y allí abajo reinaba el silencio.

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