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Fan fiction X Files (Expediente x) Californication... Sí soy así de Friki y estoy así de loca....

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sábado, 24 de mayo de 2008

EN UNA BOLSA DE PAPEL.

Todos los derechos son de la 1013 y la Fox y bla bla bla y yo solo escribo por escribir y porque me gusta.....


Él recuerda alguna de las muchas veces en que ella se ponía el abrigo y se giraba en la puerta antes de irse para mirarle. Él sentado en su sofá mirándola desde allí. Ninguno de los dos decía nada. Ella después de mirarle se giraba nuevamente y abría la puerta y la cerraba tras salir y él veía la puerta cerrarse y no se movía. Sus codos en sus piernas, sus manos unidas, la sonrisa olvidada.
Recuerda que a pesar de cómo eran entonces, no hubo ningún momento en el que sintiera soledad. Ella se iba sin decirle adiós y él la dejaba irse. Rutinas, días. Lo verdaderamente importante siempre fue estar ahí y todo lo demás era solo temporal. Era como verlo desde fuera. Se veía a sí mismo mantener distancia sin dejar ningún espacio entre ellos, la veía a ella dejarse arrastrar a su mundo sin resistirse a penas.
A veces bajaba la mirada al suelo cuando andaban juntos por los pasillos temiendo que todos vieran el orgullo en su cara. Ella era suya. Lo era. Lo sabía cuando caminaban juntos, cuando hablaban. Era algo que escuchaba en su voz.
Recuerda el pánico al sentir su vida en sus manos. Ella decidió seguirle sí, pero él no decidió en ningún momento aminorar su marcha.

Ahora ella está durmiendo en su cama enrollada en las sábanas y él está en esa misma postura en su sofá. A oscuras, sentado, con las manos enlazadas mirando la puerta. Se ha vestido para ir a la oficina. Pensaba dejarla dormir, pero se ha sentado para atarse las botas y le ha venido el recuerdo de verla salir por la puerta.
"Creí que defendías tu territorio" le dijo aquella vez. "Claro que lo hacía" la contestó.


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Hay, en el cruce de dos calles insignificantes de Arlington, un bonito Arce que da sombra a quién se deja caer en el banco cercano. En su tronco las huellas de los años. Toda una historia por contar. Las hojas verdes meciéndose a principios de verano, con esa brisa cálida de los días tranquilos.
Lo normal es no ver ese banco vacío. Siempre hay jóvenes o ancianos sentados bajo la sobra del Arce. Pasando sus tardes. Dejando que llegue la noche para irse a sus casas. Entonces el banco y el Arce se quedan solos. Los pocos transeúntes los dejan de lado en su camino y la noche avanza y la brisa es fría.
En una de esas noches de verano fue cuando Raymond vio el árbol. Allí en su soledad, en esa calle sin nombre y luego vio el banco y decidió que ese era un buen lugar. Cruzó la calle vacía de coches y sonidos y dejó la bolsa bajo el banco.
Nadie vio nada y Raymond se alejó entre los viejos edificios sin mirar atrás. Nada importaba ahora.


Unas horas después, con el barrio ya despierto. Tenemos a dos ancianos sentados bajo el Arce. Hablan con un hombre que se ha parado enfrente suya. La conversación deriva de lo mal o bien que van los Yankeys a la típica conversación sobre lo bien que se vivía antes. Se oye el ladrido de un perro y los tres se giran a mirar. Es la Señora Marí paseando a su Terrier. Se saludan mutuamente y el Terrier olfatea dónde orinar. Olfatea el Arce pero algo le llama más la atención y tira de su dueña para acercarse al banco. La Señora Marí piensa que el animalito habrá decidido cambiar hoy y orinar en la pata del banco en vez de en el tronco del árbol. El pobre árbolito se debe sentir aliviado. El Terrier tira aún más y se mete bajo el banco. La Señora Marí le llama la atención y el perrito no la hace caso. Tira de la correa y consigue sacar al perro que estaba enredando con algo. La calle entera se queda quieta para mirar tras el grito que la Señora Marí ha dado al ver lo que el perro sacaba. Los dos ancianos se levantan asustados. Nadie reacciona lo suficiente como para decirle algo a la Señora Marí y calmarla. La dejan gritar. El hombre que estaba parado junto a ellos se acerca al Arce para vomitar. Al pobre Arce le hubiera gustado poder girarse para no mirar y ver con lo que el Terrier meón de la Señora Marí está jugando.


El Agente de policía que llegó el primero al lugar procuró hacerlo todo bien. Se llamaba Carver. Sabía que había que cuidar las pruebas y por eso no dudó en darle un nuevo disgusto a la pobre Señora Marí e incluir al Terrier como prueba forense. El animal ladraba y lloriqueaba en el furgón mientras la Señora Marí intentaba calmarle hablándole desde fuera, rodeada de Agentes de policía que se estaban encargando de colocar la cinta amarilla para que cualquiera de los muchos curiosos que se habían acercado al lugar, alterara algo de la escena.
Carver se sentó en el banco y levantó la vista hacia el Arce compadeciéndose de él: el olor a ácido de la vomitona y del cadáver aún lo impregnaban todo. Los dos ancianos y aquel hombre estaban sentados en la acera algo más allá y había otro Agente con ellos tomándoles declaración. Carver miró a ambos lados y luego al suelo y entonces vio acercarse unos zapatos negros. Alguien le preguntó algo y luego él levantó la mirada. Le volvió a preguntar "¿Es Usted el que llegó primero?" y él responde que sí con la cabeza. "¿Puede acompañarme?" y él se levanta y sigue al hombre de los zapatos negros.

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Scully se apoya en la pared. Los brazos cruzados, la mirada en él. La dijo que la ayudaría a colocar el nuevo mueble en el cuarto de baño. A ella eso la sonó alegre. Hacía mucho tiempo que hacía esas cosas ella sola y el que él quisiera hacer algo tan típico la parecía divertido. Todo controlado, despacio, seriamente.
Termina y la mira y la devuelve la sonrisa. Ella le pregunta si quiere una cerveza y se encamina directamente a la cocina a abrir un par. Él la sigue y se sientan en las sillas. Se miran preguntándose si las cosas cambiarán algún día tanto como para echar de menos como estaban antes.
Ella lleva una camiseta blanca y la brillan los ojos con la luz. Él intenta no mirarla tanto como desea, en cambio ella no deja de mirarle. Siente como si siempre hubiera sabido lo que iba a ocurrir y de qué modo. Recuerda que no la pilló tan desprevenida como hubiera imaginado. Era algo que mantenían a la espera y no tenía principio. Cuando él se calló ella sabía que iba a ser así. Él silenciando una conversación sin importancia y luego aquella mirada. Nada de conversaciones sobre a dónde va esto. Le mira y lo sabe. ¿Hacía dónde fue siempre? Le mira y no quiere volver atrás. Así está bien. Hace meses de aquel momento de silencio en su salón y sino fuera por que el cosquilleo aún la suena a nuevo, juraría que ocurrió hace años. Quizá ocurrió y lo olvidaron.... o quizá lo que olvida ahora al mirarle sea todo lo que entonces no tenía.


Llaman a la puerta y Mulder deja que sea Scully la que abra. Ella le mira nada más ojear por la mirilla y al abrir deja entrar a Skinner con unos lustrosos zapatos negros. Les dice que tienen que ir a Arlington, que han encontrado algo. Mulder le pregunta el qué desde la cocina, aún sentado en la silla y Skinner respira hondo antes de contestar.

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Es una avenida muy concurrida y hay mucho tráfico. Ellos hacen guardia dentro del coche. En un par de horas no han visto al tipo que buscan entrar en la casa dónde vive. Una casa solo alejada por un par de manzanas de aquel cruce con el banco y ese bonito Arce.
Encontraron huellas en el pequeño cadáver que había dentro de la bolsa. Un bebé. Nada sobre el porqué, pero sí sobre el cómo y el quién. Murió envenenado y llevaría muerto unos días o unos meses. Eso era muy raro. El aspecto del bebé era muy raro. Los resultados del laboratorio les dirán algo más. Las huellas estaban en el cadáver y en la bolsa de papel dónde lo metió para dejarlo bajo aquel banco. El tipo se llamaba Raymond James y vivía solo en una antigua casa en mitad de la ciudad. Sin antecedentes, sin nada fuera de lo normal en su historial excepto el que se hubiera casado siendo muy joven. Ambos se miraron extrañados cuando el Agente Carver les contó aquello. Se casó con diecisiete años y cuatro años después se certificaba la muerte de su esposa, Sarah James, por una enfermedad cardíaca. Todo indicaba que lo superó rápidamente porque a los dos meses comenzó a trabajar como actor en un teatrillo del centro. Desde entonces ha ido yendo de aquí para allá trabajando en diferentes cosas. Nada fuera de lo común. Paga sus impuestos. Carver les enseñó una fotografía de Raymond y Sarah. Parecían felices.

Scully sabe que no va a tardar mucho en cerrar los ojos. Son las cuatro de la mañana y llevan todo el día sin parar. La autopsia al bebé fue dura. Mulder la miró con esos ojos de no querer ver aquello y ella le dijo que no se preocupara, que saliera fuera. La preguntó antes de salir si no la importaba y ella se quitó la mascarilla para sonreírle y decirle que no se preocupara. No era la primera vez que tenía a un bebé en la sala de autopsias.
Mulder en cambio está mirando al otro lado de la calle. Hay un par de tipos hablando en la puerta de una cafetería. Uno de ellos gesticula mucho y el otro ríe. Mulder imagina lo que le puede estar contando que haga tanta gracia: un chiste, una anécdota....

Escuchan un golpe atrás y ambos se giran sorprendidos. Ninguno esperaba que alguien pudiera abrir la puerta de atrás y sentarse dentro del coche. Ambos piensan si dejaron o no las puertas abiertas mientras miran al tipo y ambos mueven sus manos hacia sus respectivas armas al ver que el tipo al que buscan está dentro del coche.

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Hay un cuervo cerca. Se oyen sus graznidos. Raymond está sentado sobre el tejado de su casa. Intenta concentrarse en las nubes y en los sonidos de la ciudad. Sirenas, coches, música en algún lado... Escucha nuevamente el graznido del cuervo y aprieta los puños. Nunca ha estado solo. No sabe cómo estarlo y sabe que se está volviendo loco por haberla perdido. Todo comenzó con el bebé. El niño nunca debería haber nacido. Pero ella quería uno, lo quería.
Sabe que le están buscando y no va a hacer nada por evitar que le encuentren. Les ha visto abajo dentro de un coche. Él dejó al bebé en un sitio público para que le encontraran. Eso no estuvo bien, pero no sabía que otra cosa hacer y necesitaba tiempo para despedirse. Se vuelve a meter por el ventanuco por dónde ha salido fuera y vuelve a su habitación a echar un último vistazo. No quiere dejar las cosas así pero él no tiene fuerzas para nada más. Ya ha acabado todo y solo espera que ahora esos agentes encuentren la causa y hagan algo al respecto.

Unas horas después Raymond fue ingresado en un hospital psiquiátrico bajo tratamiento. Estaba catatónico. Se había venido completamente abajo al poco de ser detenido. Cuando se metió en el coche de Mulder y Scully estiró ambas manos hacia ellos y les rogó que le detuvieran. Parecía exhausto.

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Scully abre la puerta y enciende la linterna. Son las tantas de la mañana y han decidido entrar en la casa de Raymond. Mulder va detrás olisqueando el lugar y ella pasa directamente al salón observando lo que la linterna alumbra. Ambos se paran para escuchar y luego se miran y él se acerca para encender la luz del salón. Con luz todo se ve distinto. Tétrico. Casi no hay adornos. No hay revistas, ni libros. Luego van a la cocina. Mulder abre el frigorífico y se agacha a mirar lo que hay dentro.

M-Comida saludable.

Ella mira dentro y luego le mira a él y sale de la cocina

Cuarto de baño y habitaciones en la planta baja prácticamente vacías. Bajan al sótano y abren otra nevera que resulta llena de comida congelada. Estanterías, cajas, trastos acumulados. Ven una mesa con herramientas y encima algo con lo que Raymond se debería estar entreteniendo últimamente: Un caballito de madera a medio construir. Scully mueve el caballito y este hace ruido al balancearse sobre la mesa de madera. Mulder va hasta el fondo y echa una ojeada.
Luego suben a las plantas de arriba. En la primera lo mismo: habitaciones vacías y años acumulados. En la segunda lo primero que les sorprende es que las paredes estén pintadas de colores claros. Hay más oscuridad por las ventanas tapiadas pero en conjunto parece más luminoso. Un par de cuartos con libros, un sofá y una televisión. Otro con una pequeña cocina y luego entran en una habitación más grande. Hay una cama enorme en el centro y toda la ropa de cama está revuelta. Mulder abre un armario a su derecha y Scully los cajones de un mueble a su izquierda.

S-Debía hacer la vida aquí.

Scully se fija en la ventana tapiada y se acerca a mirar. Debajo hay una mesa con libros y un cepillo del pelo. Mulder mira el mueble del otro lado de la habitación y la dice desde allí:

M-¿Scully?

Y ella se acerca a ver qué pasa y al llegar le ve con una horquilla del pelo en las manos. Él la mira extrañado ¿Raymond no vivía solo? y luego abre un cajón y mueve los botes que hay dentro: medicinas, colonias... Coge un frasco de colonia de mujer y vuelve a mirar a Scully y se gira mirando detrás de ella hacia el resto de la habitación.

M- Joder....

Scully se gira y ambos se quedan mirando la cama. Hay un bulto pequeño pero definitivamente sospechoso bajo las sábanas y ambos se acercan a mirar. Ella va hacia el otro lado de la cama y él la espera. Ella es la que levanta la sábana y él el que se echa hacia atrás instintivamente. Ni si quiera huele mal y casi no abulta. Parece consumida pero definitivamente es una mujer. Scully se acerca más y con el guante puesto la toca. No hay pulso. Casi no está rígida. Se aleja para respirar y pensar y luego le mira a él que está esperando a que le de alguna información pero no le dice nada. Parece algo confundida.

M-¿Y bien?

S- No sé Mulder... Parece Sarah pero..- Mira al cadáver de nuevo- Tiene el mismo aspecto que el que tenía el cadáver del niño... no sabría decirte cuánto tiempo lleva muerta..

Él la mira asombrado.

Tras la autopsia deberán esperar también los resultados del laboratorio para saber algo más. Tanto Sarah como el bebé debían sufrir una enfermedad que produjo ese estado en su organismo. Debían parecer cadáveres aunque no lo fueran. Eso debió ser muy duro para una chica tan joven. Scully también espera la confirmación del laboratorio sobre si Sarah y Raymond eran los padres del bebé muerto.
Mientras ella hacía la autopsia él ha estado investigando algo del pasado de Sarah y Raymond. Ha vuelto a la casa de Raymond y ha encontrado documentación sobre pagos y reuniones en una agenda. Al salir por la puerta, cabizbajo, con su gabardina y su traje oscuro, ha visto que una anciana le esperaba apoyada en la verja de la entrada. Le ha dicho "Puede que pueda ayudarles" y "Pobre Sarah, era tan buena" y Mulder la ha contestado que si quería acompañarle dentro y sentarse. La anciana, vestida de luto, ha entrado a la casa de Raymond mirando a su alrededor con los ojos muy abiertos y tras la invitación de Mulder de sentarse en el sofá ha comenzado a relatarle lo que Sarah le contó cuando estaba ya muy enferma sobre aquellos médicos. Mulder la escucha sentado en el otro lado de la sala. Había sido la vecina de la casa de al lado. Ahora vivía al otro lado de la ciudad, pero hacía años fue amiga de Sarah. "Sarah era muy parlanchina" le dice a Mulder mientras se mira las manos. Visiblemente triste, visiblemente afectada. Otro vecino la avisó de lo de Raymond y el FBI y ella quiso acercarse a ver qué pasaba. "Les cogí mucho cariño ¿Sabe? Mis hijos tenían su edad".

Resultó que Raymond y su esposa pudieron comprarse la casa gracias a unos ingresos extras que tuvieron al año de casarse. Su mujer trabajaba como ayudante en la Universidad y la ofrecieron una buena cantidad de dinero a cambio de someterse a algunas pruebas. Tanto Raymond como ella no iban a aceptar tan rápidamente así que estuvieron reuniéndose con el equipo médico durante varias semanas hasta que quedaron convencidos viendo que el tratamiento no era peligroso y que no tendría efectos secundarios.

Fueron cuatro médicos los responsables. Sarah Carver moría a los cuatro años de haberse casado con Raymond en una sala preparada especialmente para ella en la Universidad. La anciana le dice que busque el los periódicos, que la noticia de su muerte salió publicada aquel día junto con una fotografía de los médicos que lucharon por salvarla. "Eran ellos" le dice la anciana a Mulder. "Raymond me lo dijo. Les odiaba".

Mulder se despide de la anciana ya en la calle y llama a Scully. Camina mirando al suelo mientras la hace un resumen de lo que acaba de oír. La dice, mirando la agenda de Raymond que lleva en la mano, que rastreará las cuentas de ambos. Luego se para cuando llega a la altura de dónde tiene aparcado el coche y mira al cielo y la pregunta:

M- ¿Qué crees que pudieron hacerla?


Horas más tarde llegaron los resultados del laboratorio que esperaban y ya en el Hoover Mulder y Scully subieron a hablar con Skinner. Debían informarle de el resultado de la autopsia y ahora tenían algo más para contarle. Le contarán lo que Mulder averiguo sobre la pruebas y el equipo médico que la trató. Ahora tiene sus nombres y unas fotografías del equipo en el que los cuatro médicos salen muy sonrientes en el campus de la Universidad. Le dirán que Scully averiguó que Sarah murió envenenada de la misma manera que el bebé, que no ha encontrado signos de violencia en el cadáver, que el bebé era suyo y que había dado a luz hacía casi un mes. Le dirán que dio a luz en su casa y que el niño sufría de la misma extraña enfermedad que su madre. Ella le dirá ante la mirada de asombro de Mulder por oírla decirle algo semejante a Skinner, que era como si hubiera muerto hacía años, que el estado de su organismo era inexplicable y que debido al estado del cuerpo no podían concretar mucho más. Skinner les preguntará que cómo pudo estar viva después de que certificaran su muerte y ellos le responderán que no lo saben.

Una noche dura y esta mañana parece no tener fin. Ambos se dirigen a la Universidad dónde comenzó todo y Mulder busca algo en la radio que le suene bien para despejarse. Suena el Keep on Runnig y sube el volumen. Scully acelera al meterse en la autopista deseando encontrar a esos tipos.

En la Universidad no consiguen mucho. Hacía años que aquellos médicos estuvieron allí y toda la documentación fue trasladada a otro edificio del centro. Les condujeron a las salas dónde aquel equipo trabajó durante años ahora ocupadas por nuevas investigaciones y nuevo personal. Enseñaron las fotografías de los médicos, de Raymond y de Sarah y nadie les reconoció. A media mañana se dirigieron hacia el edificio dónde guardaban ahora toda la documentación antigua de la Universidad. Ambos mirándose al ver la cantidad de archivos que tendrían que examinar. Mesas grandes que llenaron de cajas y archivadores. Papeles y más papeles. Sentados en sillas de madera con los fluorescentes sobre sus cabezas. Cansados.
De los archivos se ocupaba un tal Rick. Un hombre de avanzada edad que vestía un traje muy usado y que debía pasar mucho tiempo solo por lo que estuvo hablándoles de sus nietos durante las cuatro horas que estuvieron allí. El pobre Rick puso cara de pena como si realmente les entendiera al ver que no había logrado encontrar nada realmente interesante después de tantas horas de trabajo. Les preguntó por el caso, diciéndoles que entendía que no pudieran contarle mucho y cuando mencionaron que había un bebé muerto de por medio Rick puso mala cara y gesticulando con la mano les rogó que no le contaran nada más.

Deberán cerrar así el caso y eso es triste. Esos tipos habían desaparecido de la faz de la tierra. Mulder la dice que lo más probable es que destruyeran toda la documentación sobre lo ocurrido. Ella le responde un "Como siempre". Mulder la mira, sabe lo que la hicieron a ella hace años, sabe que está cansada y que ha sido difícil y la dice "Vámonos Scully" mientras la pone una mano en la espalda para hacerla andar. Ella se deja. Él piensa en llevarla a su casa y besarla y bañarse juntos. Quiere lavarla el pelo y abrazarla bajo el agua caliente. Luego se quedará allí y dormirán juntos. Está deseando el silencio mientras ella duerme y él la mira dormir.
Pero al subir al coche le ha venido a la cabeza el lugar dónde Raymond dejó al bebé y decide ir hacia allí. Está atardeciendo y ella no le dice nada cuando le ve ir hacia Arlington. Llegan y él aparca al otro lado de la acera. Los dos mirando el Arce con sus hojas y el banco aún vacío tras lo ocurrido.

M- Eligió el sitio porque estaba cerca de su casa y porque sabía que había siempre gente sentada en el banco.

Ella le mira y se sienta de lado para hablarle.

M- Le metió en una bolsa de papel...

S- Puede que ya no anduviera en sus cabales.

M- Ya...- Se toca la corbata pensando- ¿Imaginas vivir así?

S- ¿Vivir así?

M- Sí... enferma, escondida, medio muerta, medio viva...

Ella se lo piensa.

S- ¿Crees que ellos la dejaron ir?- Le dice mirando hacia el banco.

M- No sé.. Raymond debió sacarla de alguna manera de aquella sala de la Universidad dónde la mantenían recluida. Quizá ellos la dieran realmente por muerta...

S- Y ahora lo está... ¿Crees que la mató él?

M- No, no lo creo... Puede que acabara con su propio sufrimiento tras lo del bebé .. Creo que al niño lo mató ella.

S-¿Ella?

M- Ella.

S- Ya... Deseaba un hijo y nació muy enfermo...

M- Y creo que Raymond aguantó todos estos años solo por ella y después de verla muerta... -Suspira- No sé... Puede incluso que dejara ahí al bebé para que se iniciara una investigación y los culpables salieran a la luz... Tantos años ocultándose en esa casa...

Ambos callan recordando el cadáver de Sarah en la cama de la habitación. Ambos debieron sufrir mucho durante años.

S- Vámonos a casa- Le dice con voz cansada.

Él estira la mano para mover la llave y arranca. Salen de allí dejando al Arce y el banco ver llegar la noche.
Los tacones en los escalones y la llave sonando mientras ella abre la puerta del portal. Se miran. Él se ha metido las manos en los bolsillos. Un vecino se cruza con ellos en el pasillo y se sonríen a modo de saludo. Ya dentro de casa la luz, el olor. Ella va hacia su habitación y él oye los tacones caer al suelo al quitárselos. Deja la cazadora sobre el sofá y va a buscarla. La encuentra desabrochándose los pantalones y va hacia el cuarto de baño. Mira el nuevo mueble y luego abre el grifo. Prueba el agua y se quita el Jersey. Sale a la habitación y se quita las playeras. Ella pasa delante de él hacia el baño medio desnuda y él la sigue. A ella se la pone el bello de punta cuando él la abraza por la espalda. Bajo el agua caliente un abrazo largo. Él se lava el pelo a la vez que se lo lava a ella y ella se deja hacer. Luego se lo secarán con la toalla al salir. Sexo y toallas en el suelo de la habitación. Mulder la abraza y recuerda otra vez lo que le dijo hacía ya tanto tiempo: "Creí que defendías tu territorio" y la dice al oído estando ella dormida: "Claro que lo hacía".

jueves, 24 de abril de 2008

SIRENAS.



Todos los derechos son de la 1013 y la Fox y bla bla bla y yo solo escribo por escribir y porque me gusta.....



Frunció el ceño al mirar al cielo. Tiritaba. Había parado en el camino de tierra, con las manos en los bolsillos y manga corta cuando debía llevar abrigo. Era muy temprano para esperar que el Sol calentase algo. El cielo no le dijo nada. Bajó la mirada al camino y se fijó en las huellas de neumáticos sobre la tierra húmeda. Los árboles alrededor. El bosque despertando con el nuevo día y él ahí de pié tiritando con las manos en los bolsillos de los vaqueros. Miró sus playeras. Movió los pies para ver cuánto barro tenían. Así no podría entrar en la habitación. Tendría que descalzarse antes. Si no se hubiera fijado ahora seguro que habría entrado así, sin darse cuenta y lo habría puesto todo perdido. Sonríe para sí mismo al pensar esto y decide girarse y dejarse de paseos matutinos pasando frío. Tampoco había andado mucho. ¿Cuánto podía ser? Nada, allá, entre los árboles de su izquierda, ve ahora el Motel. Al verlo acelera la marcha. Ver su puerta le hace pensar en el calor de allí dentro y la tiritera de aquí fuera. Oye el ladrido de un perro. Debe ser el del dueño del Motel. Aquel Pastor Alemán que le restregó el hocico nada más conocerle. Siempre le gustaron los perros. Mira la puerta tras la que duerme ella al acercarse. Esta vez les dieron habitaciones algo separadas. La de ella es más amplia y una de sus ventanas pega directamente al bosque. La de él está cerca del aparcamiento. Va directo hacia su puerta dando zancadas. Vuelve a mirar de reojo la habitación de Scully al pasar y ve movimiento por una ventana. ¿Despierta tan pronto? "Ayer se nos hizo muy tarde. Se supone que soy yo el que no duerme". Se para y mira la ventana. Decide. Manos en los bolsillos, tiritera y una sonrisa. Toc, toc, toc. Tres veces en la puerta de madera y ella no tarda en abrirle. Ha visto por la mirilla que era él y no se ha preocupado de ponerse algo encima. Camiseta interior de tirantes para dormir esta vez. Entra frío al abrirle y ella también tirita. Ve su sonrisa y los dos sonríen al notarse helados. Se hace a un lado para dejarle entrar y cierra luego.

S- ¿Has dormido?

M- No- La contesta aún con las manos en los bolsillos. Quiere entrar en calor y procura no mirar la cama deshecha.

S- ¿Qué has estado haciendo?- No sabe si preocuparse o echarse a reír.

M- Intentaba dar un paseo.

S- Ya.

M- Pero hace frío- Él calla. Ella calla.



Al medio día el Sol ya trabaja y Mulder se ha quitado la chaqueta. Ella sabe que él estará deseando quitarse esa maldita corbata. Doce personas subiendo una pequeña colina. Dos Agentes del FBI y diez Agentes asignados al caso. Arriba les esperan dos Agentes de policía y un cadáver. Esperaban no encontrar a Claudia así, pero uno de los policías la conocía y hacía un rato, cuando hablaron con él por teléfono, les decía bastante afectado que sí, que era ella, que la habían encontrado.
Claudia odiaba su trabajo. Ser camarera en el bar más concurrido del pueblo la aportaba muchos amigos y demasiada vida social para su gusto. Las camareras son el centro de atención y ella lo era más veces de las que la hubiera gustado. Las amenazas se hicieron realidad. Ahora estaba muerta y nadie quería tener otro cadáver en esa bonita primavera. La cima de aquella colina estaba llena de flores. Flores rodeando a Claudia. Eso ponía en la última carta que apareció en la biblioteca. Elegía novelas para dejar el recado. Esta vez fue Edith Warthon. A ellos les llamaron a los tres días de desaparecer Claudia. Cuando encontraron la primera carta dentro de un libro de Joseph Conrad. Nostromo y amenazas con matarla si no le daban lo que pedía. Quería un cara a cara con Elvis. Quería hablar con Napoleón. Quería contar a todo el mundo lo que Pizarro le había dicho cuando cenaron juntos. Hablaba de Sirenas y de Cisnes. "Un loco para encontrar a otro loco" le dijo Mulder a Scully al oído mientras Kersh hablaba por teléfono. Los dos ojeando la Documentación, sentados frente a la mesa del grandullón que al oír a Mulder cuchichear con Scully, le puso esa cara que ellos conocen tan bien.

Mulder se gira para mirar a Scully que va detrás de él. Sus ojos lo dicen todo. Realmente nadie esperaba encontrar a Claudia así. Se para y la espera y luego anda a su lado. El Sol le molesta en los ojos. Olvidó las gafas de Sol en su habitación. Ella recuerda ahora haberlas visto detrás de un bote vacío de refresco sobre la mesa. Un Agente se para a un lado, con las manos en jarra y respira hondo. Hace demasiado calor para subir esa maldita cuesta. Desde arriba les hacen señas. Es por allí. Está allí. El Sol en lo alto y la colina verde y amarilla. Llegan arriba y paran para respirar, mirando el escenario, viendo de lejos lo que debe ser Claudia. Los dos miran a su alrededor. Se hacen una idea. El paisaje, la lejanía, la noche pasada con las estrellas y la luna y las flores ahora. Se mueven a la vez, despacio, hacia Claudia. Miran a los Agentes y luego miran al suelo. Mulder se gira afectado y Scully observa unos segundos y luego, coge aire y se agacha a examinarla. Es ella, claro que lo es. Esa cara tan bonita es inconfundible. La manta que la cubre es del Agente de policía. Ya les avisó que le dio igual. Bajó corriendo al coche y subió sin aliento por segunda vez la colina para taparla. No iba a permitir que todos la vieran así. Scully lo entendió. Todo el mundo estaba muy afectado. Claudia. Todo el mundo la conocía. Habían visto un vídeo de ella el día anterior. Un concurso de Tartas. Ella presentaba y su madre aplaudía a su lado orgullosa de su hija.

Nada más despegar el Avión desde el aeropuerto de Washington, Scully se apoyó sobre él para echarse a dormir. No se la había pasado por la cabeza aún la idea de que algún día la costaría dormir si no le tenía al lado. Él pensaba en otro maldito caso de secuestro y en la cara de Kersh. Sonrió al recordar que no había olvidado meter en la maleta la última corbata que le había regalado Scully. Procuraba no ponerse tanto las que le regalaba como quisiera, porque le gustaba mucho, pero se sentía como un tonto cuando ella miraba la corbata y luego le miraba a los ojos y entonces él ponía cara de bobo y disimulaba. Pasó la camarera preguntándole en voz baja que si le traía una almohada para ella y él respondió que no hacía falta, callándose un "creo que la gusta más así". Tres horas de avión y la película de momento era de las malas. Sabía que la primavera hace que la gente se vuelva loca, pero ellos habían tenido muchas primaveras antes y ninguna como esta. Volvió a pasar la camarera y le sonrió. Él sabía que la camarera les miraba como pensando que hacían una buena pareja o algo así. "Si ella supiera...." pensó él.

Scully miraba a Mulder mientras un Agente metía la camilla con el cadáver en una furgoneta del FBI. Le veía mirar la colina y sabía porqué. Aquel Agente se había quedado allí arriba sentado. Se le doblaron las piernas cuando levantaron el cadáver y ya no se pudo mover. Rogó que le dejaran solo un momento y ahora Mulder le mira mientras la furgoneta arranca llevándose a Claudia lejos de allí.
Mulder se giró y se acercó a ella y ella levantó la mirada. Estaban tristes. Esa bonita colina había tenido mucho efecto. El otro bonito escenario elegido había sido la pequeña isla que hay en el lago. Solo hay sitio para un árbol y este es grande y frondoso. Rita. Así se llamaba la otra chica que había muerto esa primavera. Rita, la chica del Phill, a la que todo el mundo conocía porque trabajaba en el único banco del pueblo. Rita apareció muerta a los dos días. Y cuatro días después desaparecía Claudia. Se habían encontrado quince cartas. Todas sin sentido. No había ningún nombre, ni firma. No habían encontrado nada. Las pistas eran confusas. Era complicado. Eran muy populares. Conocían a todo el mundo. Nadie con antecedentes sospechosos y los pocos que podrían serlo con buenas coartadas. Ninguna sospecha acerca del móvil.
Mulder piensa en el Agente sentado aún en la colina y recuerda la cara de Kersh al susurrarle a Scully al oído " un loco para encontrar a otro loco".

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Están llamando a la puerta pero Mulder está en la ducha y tarda en escuchar los golpes. Se pone los pantalones y sale con el pelo mojado a abrir la puerta. Dos Agentes al otro lado diciéndole que han encontrado a alguien. Un tipo sospechoso que conducía un todoterreno ha estado merodeando cerca del Ayuntamiento y la Alcaldesa le llamó asustada. El tipo fue detenido y no quiere decir nada. Mulder les mira aún atontado. Calcula las posibilidades de tener suerte. Imagina a la fuerte y alta alcaldesa vigilando por las ventanas del ayuntamiento y luego intenta relacionar las pocas pistas que tienen con esto. Hace una mueca de disgusto y les dice que le esperen. Cierra la puerta para acabar de vestirse porque no quiere que se fijen en lo que tiene en la espalda. A nadie le importa lo de los arañazos... El otro día eran divertidos pero hoy escuecen.


Scully está firmando la autopsia. Ha sido duro. Al llegar vio en la puerta de la comisaría a la madre de Claudia (la pobre madre de Claudia) y luego a solas con su cadáver no dejaba de pensar en la cara que tenía su madre, entre la pena y la esperanza al ver al FBI, de encontrar a su hija viva.
Scully se masaje la nuca mientras rellena la documentación. A parte de matarlas por asfixia, no hay signos de violación, ni de otro maltrato. Alguien llama la puerta de la sala de autopsias y Scully mira al ver la puerta abrirse. Un Agente la dice que tienen un sospechoso y ella abre la boca inconscientemente, piensa un ojalá esto acabe ya y la viene a la cabeza la imagen de Mulder de hacía unas horas mientras miraba la colina con aquel Agente sentado en lo alto.
Le dice al Agente que sale en un minuto y se pone a terminar de rellenar los papeles para subirlos arriba. Mira hacia las cámaras dónde está Claudia y desea no encontrarse con su madre otra vez y desea que sobre todo Mulder no se haya encontrado con su madre. Suspira preocupada.


Rachel Strenton es Alcaldesa desde hace ocho años y es muy conocida tanto en el pueblo como en los alrededores. Como buena alcaldesa acudió a ver a los Agentes del FBI asignados al caso en cuanto estos llegaron al pueblo. No había podido dormir casi nada desde que la dijeron que las víctimas eran mujeres muy populares. Entonces no dijo nada, solo siguió en su papel de Alcaldesa hablando con los dos Agentes. Aguantando el tipo. Luego casi la da un ataque de ansiedad cuando su vigilancia dio resultado y aquel tipo que había dado ya cinco vueltas alrededor del Ayuntamiento, dio una sexta vuelta. "Si da seis tiene que ser él", se había dicho mientras mordía sus uñas, medio escondida tras las cortinas, vigilando.
Ahora estaba prestando declaración en la comisaría. Elegantemente vestida. Digna. Procurando controlar su nerviosismo. Mulder esta sentado enfrente de ella escuchándola, intentando disimular su pesimismo y sus ganas de salir de allí: Esto no va a servir de nada. No es él. No va a ser tan fácil y además, para empezar el tipo es cojo. "Terry el cojo" . Terry que aún no ha dicho nada, pero no parece andar muy cuerdo y joder, es cojo. Cojo y aquella colina demasiado larga, demasiado empinada.

Scully llama a la puerta y entra. Saluda a la alcaldesa y acerca una silla para sentarse al lado de Mulder. Le mira antes de comenzar y luego da las gracias a Rachel por todo y la dice que lo siente pero que no es él, que el tipo tiene problemas mentales, que acaban de venir a recogerle unos familiares, que se escapó con el todoterreno de un tío suyo y este les ha dicho que el Ayuntamiento es el edificio que más le ha gustado siempre, que es lo único que reconoce del pueblo y que por eso daba vueltas alrededor.

Rachel no acaba de creerlo. Les mira aún sin entender. Quiere decirles que si eso es suficiente para soltar a un sospechoso. Quiere decirles que tiene miedo y que siente que algo va a ocurrírla, pero es la Alcaldesa y tiene que guardar la compostura así que les dice un "Comprendo" y "Gracias a Ustedes" y sale temblando de la sala.

Scully mira a Mulder y este pone una medio sonrisa en su cara.

S- Ya lo sabías...

M- Sí.... ¿Tienes algo más?- Parece preocupado.

S- Poco más. Ninguna huella. Más restos de fibras y marcas de cuerdas en sus muñecas- Le mira a los ojos- Esperemos que en Washington encuentren algo más.

M- Bien... - Asiente con la cabeza dándola ánimos-Voy a poner vigilancia a la Señora Alcaldesa... Quién sabe...-Se levanta de la silla y ella hace lo mismo.

S- ¿Crees que podría ser la siguiente víctima?- Suspira.

M- Bueno.... Ella es popular.....-Sonríe- Aunque una víctima difícil: Es casi más alta que yo- La dice poniendo su mano por encima de su propia cabeza para exagerar mientras sale por la puerta camino de la sala de interrogatorios- Quiero hablar con ese tipo y .....

S- Creo que será mejor que hables también con su familia.

M-¿Porqué?- Se para en mitad del pasillo haciendo que ella también pare.

S- Es esquizofrénico. Su tía dice que él ve cosas....

M-¿Cosas?- Divertido. Es muy divertido oír a Scully contarle esas cosas.

S- Habla con ella....- Le dice cortandole.




Aquella mañana Mulder salió de su habitación con la cabeza hecha un lío. Se había despertado a su lado y sintió como si la realidad le acabara de alcanzar. La recordó el día que se conocieron y trató de hacerse una idea de cómo era él por aquel entonces. ¿Qué imagen debió darla? Hizo memoria de lo que siempre había imaginado que sería su futuro y de cómo habían acabado compartiendo la cama algunas noches por semana. ¿Ella le había cambiado más a él o él más a ella? Solía imaginarla desnuda y jugaba a ser un bromista cuando necesitaba evadir tensiones. A veces se sentía como un niño frente a la madurez que mostraba ella y eso le hacía sentirse pequeño, pero le encantaban esos momentos en los que él acababa demostrando más madurez a la hora de enfrentarse a lo que les estaba pasando. Un par de palabras directas a su capacidad de razonamiento para dejarla sin argumentos, una mirada fuera de lugar, una declaración sin pensar en las consecuencias. Le gustaba sentirse como un loco apartado de la sociedad voluntariamente. Un loco al que pocos creían. Eso le daba fuerzas. Era un loco frente al mundo y frente a ella y muchas veces lo utilizaba para sacarla de quicio y admirar el brillo de sus ojos cuando se cabreaba con él, cuando le miraba así y él imaginaba cómo la estaría hirviendo la sangre por su culpa.
Ella solía tirarle del brazo para que la abrazara a la hora de dormir y él en poco tiempo ya se había acostumbrado a hacerlo. Jugaba con sus manos mientras la abrazaba y luego ella se giraba para acurrucarse en el hueco de su cuello y besarle en este antes de levantarse. A veces, después, cuando estaba solo, sentía un miedo espantoso al hecho de poder perderla. Daba igual si estaban o no juntos, daba igual si ella se cabreaba más de lo normal con él o si el tiempo complicaba las cosas. Lo único realmente importante era tenerla , tenerla para él, ya fuera como amiga o como algo más. Mejor como algo más claro, pero tampoco confiaba mucho en su capacidad para poder hacerla feliz y si eso les hacía tomar algunas decisiones prefería tomarlas a tiempo a acabar por estropearlo todo, porque para él nunca hubo nada comparable con lo que tenían cuando estaba juntos, cuando se miraban y discutían y cuando reían y callaban disfrutando de la mutua compañía.
Aquella mañana pensó que quizá él lo podría haber mal interpretado y que ella, en realidad, tenía otra idea distinta de lo que les estaba pasando. Por eso cuando salio de la habitación de ella y entró en la suya, al ver la cama sin deshacer, le surgió tal sentimiento de angustia que decidió salir a dar un paseo por el bosque para despejarse. El frío hizo todo lo demás y acabó metiéndose de nuevo en la habitación de ella sin ningún motivo aparente y con un montón de preguntas que nunca la haría.

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M- Scully.... Ambos estamos de acuerdo en que ese tipo está loco, pero....

S- No, Mulder, me da la impresión que soy yo la que cree que ese tipo está loco y tú, en cambio, crees que solo tiene un ligero problema de adaptación.

Mulder se echa a reír. Están en la habitación de Mulder del Motel esta vez. Scully está sentada en la cama bebiendo un café mientras repasa informes. Pies cruzados sobre la cama y su rostro cada vez más encendido por el calor del cuarto y por él. Mulder de pie enfrente de ella, moviéndose al hablar de un lado al otro, conteniéndose al verla mirarle así y ella haciéndole frente desde la cama.

M- De acuerdo, puede que dijera eso en algún momento...- Aún riendo.

S- Mulder, no puedes siempre alegar justificaciones para cada personaje que nos encontramos y sus actos- Muy seria.

M- Scully, no puedes siempre negar lo evidente porque no creas en ello- Replicando.

S- Me baso en pruebas tangibles.

M- Tangibles....Claro...

S- Mulder es un hombre enfermo.

M- Solo digo que leas entre líneas.

S- No son más que alucinaciones.

M- Venga Scullly, ¿Crees que ABSOLUTAMENTE todo lo que ese tipo ha dicho es producto de su enfermedad?

S- Esquizofrenia Mulder. No hace falta que te lo explique ¿Verdad?

M- No has leído nada de lo que ese tipo nos ha escrito.

S- El mismo nos hizo un resumen el otro día.

M- ¿Y no notaste nada?

S- ¿Notar? ¿Notar el qué? ¿Qué le sobra imaginación?

M- Que es su manera de contar las cosas Scully....

Mulder se acerca a ella y la quita los papeles de un tirón. Ella le mira cabreada. Él busca entre los papeles y lee:

M-"Es en esos días de tanto calor, cuando ocurre. En esos días en los que el cielo es fuego y yo me siento derretir y duermo mucho. Me despierto y estoy muy cansado porque cuando duermo viajo y mi alma viaja hacia otros lugares y últimamente siempre va a la selva a correr entre los árboles buscando panteras".

S- Mulder....-Disgustada. Cansada.

Terry Snopes "el cojo" vivía con sus tíos desde que era un niño. Su Tía era de esas mujeres que nunca hablan cuando está su marido delante y su Tío estuvo callado y taciturno durante los breves minutos que hablaron con ellos. La Tia Snopes parecía tener cierta tendencia a fantasear y al Tío Snopes le bastaba una mirada para hacerles callar y ponerse firmes tanto a la Tia Snopes como al esquizofrénico de su sobrino.
A Terry le interrogaron a parte y les estuvo relatando las cosas que veía. Todo alusiones confusas y sin sentido a demonios y fuerzas. No tenía nada que ver con Claudia, ni con Rita. Nada. Ni tan si quiera las mencionó y cuando Scully le preguntó si sabía algo de esas chicas que habían aparecido muertas, el pobre pareció acabar de enterarse. Vivía en otro mundo. Vivía prácticamente encerrado en la casa de los Snopes.

Mulder sigue leyendo sin hacerla caso.
M- "Y mi amigo el mago me dijo un día que me anduviera con ojo cuando dormía allá en mi otro mundo porque hay cosas que no vemos cuando estamos dormidos y los demonios no descansan nunca. No, no descansan nunca. Uno duerme aquí y corre allí en la selva y como está lejos no ve y si ve luego no recuerda bien porque en realidad está lejos y el demonio le asusta y sus gritos le paralizan. El diablo nos canta cuando dormimos. Canciones cautivadoras como aquellas Sirenas cantaban a Odiseo y ahora le canta sobre aquellas Sirenas y le canta sobre bonitos paisajes. Canta sobre playas e islas y verdes prados dónde ahora duermen las Sirenas".

Acaba de leer y la mira fijamente. Concentrado. Satisfecho. Convencido de lo que dice. Lo sabe.Lo sabe y necesita que ella le entienda.


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Hay vaho al respirar. Agentes desplegándose lentamente entre los árboles. Señales levantando los brazos. Mirar alrededor para no pasar nada por alto. Mirar el suelo las ramas, los troncos de los árboles. Buscar entre los arbustos, cerca de las piedras llenas de líquenes y musgos. Está atardeciendo y no tienen tiempo, si oscurece pueden darlo por imposible y así puede que no le encuentren nunca.
Árboles altos y la espesura rodeandoles. Mulder está parado en mitad del bosque, girando sobre sí mismo. Necesita verla. Por un segundo se ha asustado y busca su pelo rojo entre el verde del bosque y el poco azul del resto de Agentes. La encuentra y respira. Ella le mira en ese momento y eso les basta.

Alguien grita. Alguien ha debido encontrar algo. Está a unos cincuenta metros en una hondonada. Ahora gritan unos cuantos y se avisa también por radio. Mulder mira a Scully y la ve mirarle y ambos comienzan a correr a la vez hacia aquel lugar. Piden un médico. Llaman a Scully a gritos y cuando ambos llegan, sin respiración, con la nariz roja por el frío, se paran a mirar primero. Tres Agentes alrededor. Un hombre en el suelo. Scully se acerca rápidamente y se agacha a atenderle. Un ataque cardíaco, por el esfuerzo. Debe llevar diez horas perdido en ese bosque, huyendo asustado. Muerto.
Scully se levanta y con los brazos en las caderas mira a Mulder. La cara de ambos refleja preocupación. Era su única pista. Terry el cojo. Fueron a hablar con él y encontraron a su Tía en un mar de lágrimas y a su Tío de brazos cruzados en mitad del camino que se adentra en el bosque. Pobre Terry, ahora dejaría de soñar con correr en la selva.


Mulder estira de un brazo a Scully para hacerla seguirle. Caminan unos metros entre los árboles. Ahora es casi de noche. Otros Agentes están colocando luces en el lugar dónde han encontrado el cadáver de Terry y en los alrededores. Hay movimiento. Gente moviéndose entre los árboles y el resto del bosque en silencio. La oscuridad rodeandoles.

M- Su Tía dijo que le oyó gritar antes de verle salir corriendo hacia el bosque.

S- ¿Crees que algo le asustó?

M- Mucho más fácil Scully..... ¿Y si alguien le asustó?

Los dos se quedan pensando. Uno frente a otro. Mirándose. Él ya lo sabe y deja que ella llegue a la misma conclusión. Ella piensa por un momento en lo que Terry decía de sus sueños y del diablo y cae en la cuenta de lo que Mulder la está diciendo: Su Tío.

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Cinco Agentes les acompañan a la casa de los Snopes. Les abre la puerta el Tío Snopes. Alto, fuerte.

Tío Snopes- ¿Han encontrado a mi sobrino?

M- Sí...

S- ¿Nos deja entrar un momento?

El Tío Snopes les deja entrar. Dos Agentes se quedan en la puerta y tres les siguen dentro hasta el Salón. La Tía de Terry está sentada en un sofá al fondo. Muy afectada.

S- ¿Se encuentra bien Señora Snopes?

La Señora Snopes la responde secándose las lágrimas y murmurando Padres Nuestros.

S- Sentimos tener que decirles que hemos llegado demasiado tarde.

Tío Snopes- ¿Cómo ha sido?- Serio, demasiado serio. Parado en mitad del salón imponiendo su altura.

Scully mira a Mulder para dejarle continuar.

M- Ha sufrido un ataque cardíaco en mitad del bosque...

Tío Snopes- ¿Sufrió?

Mulder mira a Scully y luego le contesta:

M-No, fue fulminante.

La Señora Snopes llora sentada en su sillón y el Señor Snopes la mira y luego mira de nuevo a Mulder.

T.Snopes- Les agradecemos que se hayan tomado la molestia para venir a contárnoslo....

M- No hay problema....- Se adelanta un paso hacia él- ¿Le importaría acompañarnos a comisaría Señor Snopes? Ya sabe... Hay que rellenar algunos papeles y también querríamos hacerle algunas preguntas...

El Tío Snopes le mira directamente a los ojos. Estudiándole y le dice serio:

T. Snopes- Bien...- Se gira y se acerca a su mujer, se coloca enfrente de ella y la dice que no tardará y que si necesita algo que llame a la Señora Sorrenson. La Señora Snopes asiente con la cabeza con su cara compungida y él se gira y les hace un gesto con las manos para indicarles que fueran saliendo. Mulder le deja pasar delante.

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Cuatro horas de interrogatorio camuflado con preguntas sobre su sobrino y su enfermedad y la vida de su familia. No pudieron llegar a sonsacarle nada. Era inexpugnable y ellos no tenían pruebas en su contra para acusarle de nada. Le dejaron ir.
Scully tamborilea con su bolígrafo sobre la mesa, intentando concentrarse y Mulder está de pié apoyado en la pared mirando el suelo. Frustrados, cansados. Terry muerto en mitad del bosque, Claudia muerta entre aquellas flores, Rita.... y el Tío Snopes imponiendo su fuerza de carácter.

Tres Agentes se encargarán de hacer guardia esta noche en la casa de los Snopes. Mulder y Scully bostezan dentro del coche, camino del Motel. Ella agarra con fuerza el volante mientras le dice que mañana hablarían con la Señora Snopes y él la mira apoyando la cabeza en el respaldo del asiento y la dice que le encantaría saber qué diablos tiene el Tío Snopes en la cabeza. Le molesta la gabardina dentro del coche. La carretera pasa cerca del bosque. Ambos miran hacia la oscuridad y luego miran al frente porque ahora van a pasar por el puente que cruza el lago. La noche no les deja ver la pequeña Isla, pero ven el reflejo de la luna en el agua. Hay silencio en todos lados.



Él aún nota la humedad en su cuello dónde le ha besado ella antes de levantarse. Está viéndola vestirse. Sentada en el borde de la cama. Abrochándose un botón de la camisa y luego otro. Le ha mirado y eso que ha visto en su cara era una medio sonrisa. Se incorpora en la cama. La manta sobre sus piernas. Ella le mira esperando lo que quiera que sea que vaya a decirla porque la mira con esos ojos y él parece pensárselo bien antes de decir nada. La mira. La mira y la dice:
M- Scully.... -Respira antes de continuar- ¿Para ti es sólo sexo?



La Alcaldesa Rachel tampoco ha podido dormir casi nada esta noche. Se ha levantado muchas veces a mirar por la ventana para comprobar que los Agentes asignados a vigilarla seguían ahí. Se levantaba e iba en camisón hacia la ventana. Movía un poco la cortina, observaba, esperaba a que ellos la vieran mirar y la hicieran un gesto con la mano y entonces ella contestaba al gesto moviendo también su mano.
Ahora es de día y aunque es temprano se levanta dispuesta a hacerse un buen desayuno: Tostadas con Valium. Se sienta en la cama y se pone unas zapatillas blancas a juego con su pijama. Se pone en pie y mira por la ventana. Saludo y saludo. Camina hacia la cocina pensando en lo aburrido que debe ser pasarse la noche vigilando y entonces todo se oscurece.

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El libro le habían dejado en la puerta de la Comisaría. Nadie vio nada. Simplemente un Agente lo vio al entrar y se llevó una sorpresa al abrirlo. Cinco cartas más. El libro no era de la biblioteca. Cinco cartas entre la obra de Homero. Cinco cartas en "La Odisea".


Encontraron a la Señora Snopes muerta en su sofá. Probablemente la mató nada más irse ellos. Un golpe limpio en la sien bastó. Los Agentes asignados a la vigilancia no oyeron, ni vieron nada. Cuándo Mulder y Scully llegaron no había novedades y al entrar se encontraron con la sorpresa. Caras de culpa en los Agentes y desconcierto sobre qué está pasando. Cuando Mulder y Scully llegan a la Comisaría notan el nerviosismo general. Hay cinco cartas más y se acaban de enterar de algo muy grabe: La Alcaldesa ha desaparecido. Scully mira a Mulder y este a su vez la mira a ella. Se les ha escapado. Aún no saben cómo pero se les ha escapado.


Reunión de Urgencia para todo el personal. Todo el mundo ha ido y hay muchos voluntarios. La gente calla y espera sentados como pueden en la vieja sala de reuniones del Ayuntamiento. Hay gente declarando y Agentes tomando nota afuera. Todo el pueblo se ha puesto en marcha. Ya hay patrullas peinando el bosque y los alrededores de la casa de la Alcaldesa. Ahora es cuando pueden hacer algo, no hay ni un minuto que perder y nadie está dispuesto a que vuelva a suceder.
Scully está en la puerta viendo cómo se va levantando la gente. La reunión ha acabado. Salen por la puerta y les saludan con un gesto de cabeza. Scully mira al fondo. Mulder está aún sentado sobre una mesa viendo cómo se va marchando la gente. Concentrado. Ella se acerca hasta él dispuesta a no decirle nada. Le mira y él levanta la mirada y le da una carta. Él la mira extrañado y luego mira la carta. Un sobre muy arrugado y ninguna dirección. Dentro hay un par de párrafos escritos con una letra que reconoce: Terry el cojo. Siente que se le encoje el corazón y mira a Scully buscando respuestas.

S- Estaba en el buzón de la casa de Rachel.

M- ¿Cuándo la dejó allí?

S- No lo sabemos con seguridad pero... -Suspirando- La fecha es del mismo día en que murió... Intentó avisarla, Mulder...

Mulder la lee atento y cuando acaba la dobla y la mete dentro del sobre con cuidado. Luego levanta la mirada y la dice:

M- Nadie confía en los locos....

Scully sonríe haciéndole sonreír a él y luego le dice:

S- Ella ni si quiera la leyó....


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Están aún en la Sala de reuniones del ayuntamiento. No había nada nuevo en las cinco cartas encontradas en La Odisea. Las mismas incoherencias. Ni si quiera Mulder lograba encontrarlas algún sentido. Las estaban repasando. Intentando encontrar lo que fuera que se les estaba escapando mientras la mitad del pueblo registraba casas abandonadas, cabañas, bosques...

M- Sirenas.... Según la leyenda fue Orfeo el que salvó a los Argonautas del canto de las Sirenas. Les salvó impidiendo que escucharan su canto y ellas, al ser derrotadas, se transformaron en piedra. Las Sirenas utilizaban sus encantos para atraer a los marineros hacia una muerte segura.

S- Orfeo y las Sirenas... Puede que ya tengamos la causa....

Scully coge una carta de la mesa y la mueve entre sus dedos. Él la mira y la dice:

M- Es prácticamente lo único que tiene sentido de todo esto. Puede que respecto al resto ni él mismo sepa lo que está diciendo- Señala las cartas sobre la mesa- Puede que estas cartas las escriba en un arranque de locura y sean solo eso...

La sala vacía hace que sus voces suenen altas y que su amplitud les haga sentir tener más tiempo del que tienen para averiguar algo. Scully se ha quitado la chaqueta y se ha levantado a caminar por la Sala. Mulder sigue sentado. Ella mira por una de las ventanas. Aún es temprano. Mulder se restriega la cara con las manos. No sabe qué más puede hacer con esas malditas cartas. Se hecha hacia atrás en la silla y mira a Scully. Piensa en su sonrisa de esa misma mañana, cuando estaba amaneciendo. Piensa en su sangre circulando a mil por hora por sus venas cuando la preguntó aquello y en el sonido de la voz de ella al responderle. Ella no da muchas explicaciones para las cosas importantes. A veces le basta con una sonrisa para saber qué está pensando y esta vez además le dijo aquello sin dejar de sonreírle. Le dijo: "Eres lo más importante de toda mi vida" y por Dios si había alguna otra cosa que fuera mejor que eso después de su sonrisa. Él ni intentó decirla nada porque ella hacía así las cosas, o quizá ya no solo ella, sino ellos dos. Una sonrisa y pocas palabras para dejar clara una situación y seguir respirando. Luego ella se levantó y se puso los zapatos mientras él la miraba con cara de bobo desde la cama. Cerró la puerta sin hacer casi ruido y sin despedirse y él no quería moverse así que se quedó ahí sentado mirando la puerta durante un buen rato.



S- ¿Y si solo intenta llamar la atención?- Le dice aún mirando por la ventana del Ayuntamiento.

Mulder despierta de su ensoñación y pestañea. No entiende bien a qué se refiere.

S-¿Y si solo se hace el loco porque cree que es así como un loco se comporta?

M- ¿Quieres decir que era lo que veía hacer a Terry?...

Ambos calculan las posibilidades.


Llaman a la puerta y el sonido resuena en toda la Sala. Scully y Mulder miran a la vez a ver quién puede ser y ven entrar a aquel Agente que se quedó sentado sobre la colina cuando encontraron a Claudia. Aún lleva la tristeza consigo. Se acerca a ellos y entrega un sobre a Scully. Ella lo abre enseguida y comienza a leer y el Agente mira a Mulder y le pregunta si hay novedades. Mulder lo siente pero no tiene nada nuevo así que le responde negando con la cabeza.

S- Puede que si que las haya- Les dice a ambos.


La hermana del Tio Snopes tuvo una adolescencia bastante alocada. El fruto de esos años fue su hijo Terry. Sus deudas y sus adicciones la impidieron hacerse cargo del bebé y por eso tras una corta visita a casa de su hermano se marchó dejando al niño allí sin dar explicaciones. Le criaron como a el hijo que nunca pudieron tener y todo debió de complicarse mucho cuando a Terry le diagnosticaron su enfermedad.
Scully tenía en sus manos la fotografía de la madre de Terry. Debió de ser una mujer muy guapa. Una Sirena más. Scully también tenía, recién llegado de Washington, un historial de la familia. Abusos, malos tratos... Típico. Lo más importante era un dato sobre su infancia. Ambos hermanos fueron abandonados por sus padres durante dos días en la vieja perrera del condado.

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Scully conducía todo lo rápido que podía. Mulder detrás y el Agente amigo de Claudia a su lado. Ninguno dice nada. Solo hablan por radio para coordinar al resto. Un par de Agentes están cerca del lugar y llegarán antes que ellos. Les dicen que tengan cuidado, que esperen, que observen por si ven algo. Pasan por el puente que cruza el lago y ninguno de los tres quiere mirar hacia la Isla. Aguantan la respiración cuando pueden ver lo que en tiempos fue la perrera del condado. Una tapia blanca rodeando unas viejas instalaciones. Verjas oxidadas y pintadas en las paredes. Salen del coche y se dirigen hacia los dos Agentes que les esperan en la puerta. Scully y Mulder se miran antes de entrar y separarse. Están preocupados.
Llegan más Agentes y todos se meten dentro. El lugar es bastante grande. Lo van recorriendo todo. Viejas jaulas, viejas salas con mesas y muebles y archivadores por los suelos. Cristales rotos. Casi pueden oír el ladrido de los perros que alguna vez habitaron ese lugar. Mulder saca la linterna para poder ver en el sótano. Bajan unos cuantos teniendo cuidado. Todo está quieto alrededor. Oscuridad y humedad.


Scully está en el otro lado de las instalaciones. En una sala ha visto la pisada de un perro y le ha recordado al pastor alemán del dueño del Motel que se acercó a Mulder nada más verle. El perro les vio llegar con las maletas y se acercó directamente a Mulder. Se sentó justo delante de él y ambos se quedaron mirándose como si se estuvieran reconociendo. Luego el perro se levantó y le restregó el hocico en la pierna a Mulder. Ella les miraba y entonces Mulder la miró sonriente mientras acariciaba al perro y ella casi pudo verle haciendo eso mismo cuando era un niño. Sus ojos, su satisfacción.
El perro le siguió hasta su habitación y en la mismísima puerta se quedó plantado mientras Mulder encogía los hombros mirando a Scully que ya estaba al otro lado y gritándola que tendría que quedársele y ella pensaba en lo desastroso que sería el Mulder de ahora cuidando de un perro. Recordó no haber tenido tiempo ni ella misma con Queequeg y rió al ver a Mulder estirar la mano al perro para que este estirara la pata para dársela. El perro se había encariñado. Duró unos segundos más hasta que el dueño llamó al perro y este salió corriendo dejando a Mulder con ganas de juegos. Ella seguía en la puerta de su habitación mirando la escena aún sin entrar y cuando vio Mulder sonreírla desde allí decidió meterse dentro. Dejó las maletas en el suelo y se quedó mirando la cama preguntándose cómo habían llegado hasta allí y cuándo fue que las cosas habían sido distintas. ¿Era acaso tan sencillo? No había querido plantearse nada porque la aterraba lo que estaba ocurriendo. Sabía lo que él sentía y le conocía demasiado como para saber que él no necesitaba otra persona más en su vida que le hiciera daño. Ella por nada del mundo querría hacérselo. Temía que lo que sentían les desbordara de alguna manera y eso acabara por estropearlo todo. Él era lo más importante y ella hacía tiempo que decidió que esa era la verdadera prioridad. Luego todo cambió y lo que ambos sabían que ocurriría ocurrió y bueno, ahora estaba siendo tan feliz que prefería no plantearse nada. Temía pararse a pensar y despertar del sueño. Quería seguir así, quería protegerle y hacerle feliz y la daba miedo perder lo que ahora tenían.


Ahora Scully sigue recorriendo salas del edificio. No parece haber rastros de nada. No hay nada que les indique que ha habido alguien por allí en mucho tiempo a parte de gamberros. Apunta con su pistola en cada esquina y en cada puerta y luego hace un gesto a los Agentes que van con ella para que la sigan. Pasan por un pasillo con un gran ventanal que lo ilumina. Scully mira al frente y al ventanal. Al otro lado de los cristales hay una especie de patio interior. Se acerca porque cree haber visto algo y la da un vuelco el corazón. Sale corriendo. La entrada debe estar al otro lado del pasillo. Los Agentes también lo han visto y salen detrás de Scully.

El Tio Snopes está acurrucado en un rincón del patio. Se ha pegado un tiro. Justo enfrente de él hay una bonita fuente de piedra ya sin agua pero rodeada de hierbas y flores salvajes. Dentro encontraron a Rachel sin vida. "Parece que el Tío Snopes decidió acabar con todo" dijo uno de los Agentes.

Mulder no tardó en llegar y Scully vio cómo apretaba la mandíbula al ver a Rachel. Luego se acercó al Tío Snopes y se agachó delante de él. Le observó durante unos segundos y luego se levantó para irse. No miró a Scully, ni la dijo nada. Fue directo a la puerta y ella le siguió en silencio mientras el patio se llenaba de Agentes que cogían sus radios para avisar que todo había acabado.

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Ya en el Aeropuerto de Washington ambos caminan juntos. Mulder va llevando el carrito con las maletas. Gabardina, corbata y la bolsa de pipas sobresaliendo por uno de sus bolsillos. El suelo brillante, el lugar enorme y debe ser la hora punta porque está lleno de gente. Todo es ruido a su alrededor. Scully se para y él la mira parando a su vez:

S- ¿Has pensado alguna vez, Mulder, dónde te gustaría morir?- Sus ojos claros y brillantes. El cuello de su camisa blanca sobresaliendo por encima de su abrigo.

Él abre los ojos y parece pensárselo.

M- Bueno... Siempre pensé que moriría de un ataque al corazón sentado en mi sofá después de una triple sesión de cine erótico- Ella le mira sin moverse y él solo puede fijarse en sus labios- Creo que siempre imaginé morir o en acto de servicio o de la manera más tonta y eso implica no querer imaginarse dónde sería... ¿Tú lo has hecho?

S- No- Encoje los hombros algo confusa por sus propios pensamientos y mira a su alrededor.

M- Scully....

Ella le mira aún pensativa y él se limita a tocarla el cuello de la camisa mientras la mira haciéndola partícipe de esa intimidad. Luego se sonríen y callan y continúan andando por el aeropuerto entre el resto de la gente. Él juega con el carrito y ella le deja. Le mira sabiendo lo fuerte que es. A ella, en cambio, al final siempre la resulta algo más difícil sobrellevar esta clase de cosas. No sabe cómo definirle. No encaja en ningún lado. Totalmente distinto al resto del mundo. Scully le mira y se fija en sus gestos y en sus movimientos y la asombra haber tardado tanto en dar el paso.
Maletas al coche, del coche a casa y en cada casa una vida. Cuando al día siguiente se besan después de cenar ambos están aún pensando en Rachel y en Terry y en el Tío Snopes. Teniendo la muerte siempre tan cerca es difícil separar esa clase de tristeza por todo lo que se van encontrando en el camino. Se besan y deshacen la cama y no hablan de lo que están haciendo. Se miran tumbados uno junto al otro en silencio y procuran seguir tal y como lo habían hecho hasta ahora.

S- ¿Mulder?

M- ¿Si?- Medio dormido.

S- Hora de levantarse.

Él abre los ojos y ella se levanta de la cama y va hacia la cocina a preparar café. Él se mete directamente en la ducha y cuando abre el grifo y el agua comienza a mojarle recuerda algo avergonzado lo que le volvió a decir la noche de antes.

Ella está sonriente preparando el café en su cocina. Se la eriza el bello de la nuca al recordar la voz de él en su oído susurrándola que la quería mientras hacían el Amor. Piensa en un quizá todo acabe bien y en un quizá no haya nada de lo que preocuparse. Piensa en poder tener la fuerza suficiente para poder decirle algún día todo cuanto significa para ella y piensa en que el miedo a perderle la domina y que la ha dominado siempre.

martes, 12 de febrero de 2008

CUATRO AMIGOS.

Todos los derechos son de la 1013 y la Fox y bla bla bla y yo solo escribo por escribir y porque me gusta.....


Él hizo un gesto de derrota y se sentó en las escaleras del pequeño edificio. Ella detrás, de pié, también mirando al frente. Otra puerta más a la que llamaban y otra puerta más sin respuesta. Familiares, vecinos, nadie sabía nada de esos cuatro amigos. Ella bajó las escaleras hasta colocarse justo frente a él y así obligarle a mirarla.

S-Volvamos a la oficina- Le dice.

Él la mira y no la contesta. Esta pensando y está negándose a aceptar que puede que no consigan nada después de todo. Ella siempre lleva razón. Quizá sea hora de dejarlo. Se afloja la corbata guiñando los ojos y luego mira sus pies, sus zapatos negros brillantes, sus grandes pies.
Entran a la vez al coche. Scully arranca fijándose en cómo él se abrocha el cinturón, sintiendo su pena. Sus dedos agarrando el cinturón, estirándolo. Van camino de la oficina, de vuelta a ella y hay algo de retención en la avenida principal. Él ha bajado la ventanilla y ha vuelto a aflojarse la corbata y ella le mira de vez en cuando para vigilarle. Sabe que en cualquier momento la puede sorprender con alguna idea. Es lo que venía con el paquete: su incapacidad para frenar cuando sabe que hay algo más por saber. También venían sus ojos verdes de felino salvaje con el añadido de la peligrosidad que significa vivir a su lado. Piensa que a él no le da miedo la muerte, que puede que eso sea el mayor problema en cuanto a su miedo constante por él. Supone que a él no le importa demasiado su vida y por eso la arriesga sin miramientos. Es un animal peligroso. Educación inglesa e instintos suicidas. Ahora sabe que su vida nunca fue fácil. Cuando no se tiene a nadie que se preocupe por ti o cuando has perdido a lo único que te hacía humano, la vida toma otro sentido totalmente distinto y ella supone que por eso él decidió, en algún momento del pasado, que iba a morir haciendo esto. La duele lo que siente que fue para él la pérdida de su hermana. Lo ve en sus ojos cada día, en cada paso que da, en cada oportunidad de cambiar las cosas, de hacer que los malos tengan su merecido y los buenos vivan felices. Lo ve cada vez que habla de "verdad", entonces sus ojos adquieren un brillo especial y ella juraría que en ese momento incluso puede ver a través de ellos todo su universo de vida y muerte y angustia por querer saber qué pasó con su vida, en qué momento se convirtió en quién es, en qué momento esclavizó su futuro por encontrarle algún sentido a todo lo que perdió y a lo que nunca tuvo.
Alguien le llama por teléfono. Le oye hablar sin dejar de mirar por la ventanilla a los coches parados. Con esa dejadez tan característica suya en los momentos de pesimismo. Contesta con monosílabos a quién sea que le esté hablando. Luego le oye decir "Doctora Carver" y le ve tocarse los labios con los dedos al hablar. No puede evitar pasar su lengua por los suyos al pensar en sus besos. Sus labios, su lengua y sus ojos cuando están en la cama. Hace Sol y se oyen pitidos. Un animal peligroso, piensa ella queriendo poder protegerle siempre. Un animal peligroso.


La Doctora Carver tiene mucha prisa y por eso les contesta y mira tras de ellos, a la sala de urgencia, alternativamente. Llamaron a Mulder de la oficina para decirle que habían encontrado a la hija de uno de los sospechosos,le dijeron que el problema había sido que ella llevaba el apellido de la madre: Carver. Por eso no dieron con ella antes. Fueron a verla al hospital y ahora ella les ha dejado claro que no puede atenderles porque ha habido un accidente y la necesitan, pero que quiere dejar un par de cosas claras antes de nada. Les dice que no sabe nada de su padre desde hace años y que tampoco quiere saberlo ahora. Que lo siente, que siente no poder decirles nada sobre su paradero actual y que lo único que quizá les ayude a encontrarle sería preguntar en cierta "sala" dónde solía pasar demasiadas horas cuando aún hacía de padre con ella. No les dijo más. Acabó con un encantada y un espero haberles servido de ayuda y luego fue tan rápido como pudo a atender a los heridos.
Mulder miró a Scully y esta encogió los hombros. Una pista en tres días. Algo es algo. Salieron fuera, atravesando la concurrida sala de espera, pasando entre la gente y afuera los dos se quedaron mirando otra ambulancia que llegaba en ese momento, con las luces y la sirena. Miraban como quién mira a través de un cristal lo que está pasando dentro. Ellos tenían sus propios problemas. La ambulancia paró y salieron a recibir a los heridos. Rápido. La preocupación mezclada con la costumbre en los médicos del Hospital. Siguieron adelante. Mulder miraba a Scully de reojo. Intuía lo que ella podría estar pensando al ver las ambulancias. Otra vida. Otro camino. El coche estaba aparcado cerca de la puerta de urgencias, se metieron dentro y él la preguntó:

M- ¿Crees que miente?
S- No lo sé.
M- ¿Has visto la cicatriz de su mejilla?
S- Sí, he visto cómo se la ha tocado mientras hablaba de su padre.

Él no arranca. Está pensando y ella le mira esperando. Aún suena la sirena de la ambulancia. Scully se gira en el asiento para mirar atrás y ver la entrada de urgencias. El instinto médico, piensa él.

M- Supongo que no la asombraría mucho saber que su padre es sospechoso de asesinato- La dice mientras ella sigue mirando hacia atrás. La mira disimuladamente el escote y luego mira al frente- ¿Crees que ella se hizo médico porque él lo fue?

Ella se gira y le mira.

S- Creo que esa mujer ha sufrido mucho, Mulder.. y.... no creo que nos lo haya contado todo.

Mulder no la entiende y ella hace un gesto con la cabeza para que él mire detrás, hacia la puerta del hospital. Mulder mira y luego la mira a ella sonriente. La Doctora Carver acaba de sacar a alguien por la parte de atrás y vaya, se parece bastante a su padre.

M- Quizá se trataba de una consulta privada...

Los dos salen a la vez del coche, él camina más rápido. La Doctora se volvió a meter al Hospital sin verles y su padre desapareció tras la esquina hacia dónde van ellos. Mulder se asoma con cuidado para mirar y le hace un gesto a Scully para que esperen. El tipo no dejaba de mirar hacia atrás por si le seguían. Mulder vuelve a mirar y ya no le ve. Comienza a caminar con Scully detrás. Ha debido meterse por un callejón a la derecha. Se vuelve a asomar justo para verle meterse por la puerta de un viejo edificio. Sale corriendo por el sucio y oscuro callejón. Su corbata, su traje y ella tras él con su pelo rojo dando saltos. Paran frene a la puerta. Sacan la pistola de la funda de la cintura dónde la guardan ambos. Cuentan antes de abrir la puerta. Se miran, cogen aire. Se cubren apuntando para entrar. Ella primero y luego él. Concentrados. Apuntan a todos lados, cubriéndose, no dejando nada por mirar. Hay una escalera en penumbras y Mulder le hace un gesto con la mano a Scully para que se esté quieta un segundo y así poder escuchar. Nada, no oyen nada. No, espera, sí, algo ha oído detrás de una puerta que hay justo enfrente de ellos. Casi no hay luz en ese bajo y huele a humedad. La misma operación para abrir esta puerta. Ella delante y él cubriéndola detrás y se encuentran en una especie de vieja sala completamente vacía. Con otra puerta al fondo. Entra luz por una pequeña ventana. Scully se acerca para mirar y él espera atento. Sus tacones resuenan en la gran sala vacía. La ventana da a un patio interior. No se ve movimiento. Niega con la cabeza cuando le mira haciéndole saber que afuera no hay nada. Los dos miran hacia la otra puerta. Se paran antes de abrir y se miran. Lo mismo. Lo mismo pero esta vez la puerta les depara una sorpresa desagradable que les hace taparse la nariz instintivamente y hacer un sonido de disgusto. Debe ser el cuarto de baño más sucio del mundo. Echan una ojeada y ven que no hay salida. Cierran y se miran. Las pareces de la sala en otro tiempo debieron ser amarillas. El suelo debió tener brillo. En una pared quedan restos de lo que fueron espejos y barras. Miran al techo. Está en las últimas. Le falta poco por caer del todo.

M- Deberían cerrar esto por peligro de derrumbe- La dice sonriendo.

S- Volvamos a las escaleras- Le dice comenzando a andar hacia la puerta de entrada a la sala.

M- Esto debió se una escuela de baile....- La dice mirando en torno suyo.

Ella se gira para mirarle.

M- Hace siglos claro....

Suben la escalera con cuidado. El edificio tiene dos plantas. En la primera encuentran una sola puerta y esta da a lo que debió ser un enorme apartamento. Parte de él ahora tienen el sueño apunto de derrumbarse sobre lo que fue la escuela de baile. En la segunda planta no encontraron nada más. Era un gran espacio diáfano con grandes ventanas. Como una gran habitación. Enorme y muerta. Bastante iluminada. Desde allí se veían otras calles y los patios interiores. Los dos se quedaron unos minutos observando por las ventanas. Mirando una por una. Fijándose por si veían algo raro y observando lo tranquila que parecía la ciudad desde allí dentro. Todo en silencio. Todo quieto. Ellos mirando de un lado a otro y mirándose entre sí. Se acercaban, miraban juntos y luego se alejaban.

S- Podría ser un buen lugar desde el que vigilar algo...- Le dice no muy convencida, mirándole desde el lado opuesto de la habitación. El sonido de sus voces sonaba aún más raro que cuándo hablaron en la sala de la escuela de baile.

M- Podría... - La contesta él pensativo.

Ella le mira y sonríe al preguntarle:

S- ¿Alguna teoría que quieras compartir?- Y él sonríe a su vez. Tiene hambre y siente retortijones.

M- Hemos dado por hecho que uno de los tres es el asesino, o los tres.... - Se gira a mirar por la ventana- Y tenemos el cadáver con las costillas destrozadas y tenemos testigos que les vieron salir juntos a los cuatro de aquel bar de mala muerte.... -Ella le mira atenta, esperando y él sigue mirando por la ventana- Tenemos un cadáver que apareció extrañamente en la Sala de Seguridad de un Banco sin que las cámaras registraran la entrada de nadie... y sin tiempo material para haber entrado sin que los guardias lo hubieran visto...- Mira su propio reflejo en el cristal antes de girarse para decirla- Creo que ... ya tendrás una ligera idea de lo que estoy pensando.

Ella sonríe comprensiva y asiente. Solo quería oírselo decir.

S- Y ha utilizado el mismo truco para dejarnos dando vueltas por este edificio mientras él se escabullía.

M- Exacto.

S- Bien.... Hagamos otra visita a la Doctora Carver.

Ambos comienzan a andar y ella le pregunta cuando le tiene al lado:

S- ¿Cómo crees que logra desaparecer así?

M- Mágia... -La dice sonriente acercándosela mucho al decirlo y luego alejándose para abrir la puerta y dejarla salir primero.

Ella se gira una vez al bajar, para mirarle y él la mira a su vez y piensa que no es comida lo único que le pide su estómago. Sonríe al pensar en lo divertido que resulta no plantearse lo que están haciendo. Ocurre y punto. Acaban en casa de uno o en la de otro y eso es todo. Poco a poco han ido dejando algo de ropa en los cajones y una mañana él fue a comprar un cepillo de dientes y ya compró dos. "Este te le guardo en mi casa" la dijo enseñándoselo antes de guardarlo en el bolsillo de sus vaqueros mientras ella callaba. A veces quisiera gritarla que la quiere, en momentos tontos como este, bajando una escalera, pero entre él y ella y sus besos hay todo un mundo rodeandoles. Le gusta no compartirlo. Solo ellos. Ella bajando la escalera y él detrás mirándola, feliz.




M- ..... como quiera, o lo nos lo cuenta ahora o nos lo cuenta en el Hoover- Le dice Mulder a la Doctora Carver en mitad del pasillo del Hospital. Scully está justo al lado y la Doctora mira a Mulder y luego a Scully y decide rendirse.

D.C- No supe de él durante años hasta hoy- Les dice seriamente- Lo juro. Yo estaba atendiendo un paciente cuándo alguien me llamó por mi nombre y me giré y ahí estaba él. No quise hacerle caso. Le dije que se largara. No tengo un buen recuerdo de la última vez que le vi- Les dice señalándose la marca en su mejilla- Sí, fue él... bueno, no exactamente, tuvimos un accidente de coche, no iba bebido, esa vez, pero eso no le hizo conducir mejor... Oigan, yo no sé nada, les juro que no les dije nada porque sé que él es un borracho, pero sé que no es un asesino. No no me miren así, seguro que también tienen padre- Mulder hizo un gesto raro al oír esto que a la Doctora Carver le llamó mucho la atención- Yo le conozco, sé que no es capaz de matar un mosquito. Se pasaba el día en esa sala que les dije. Es cierto. Lo es. Bebiendo todo el día. Recordando tiempos mejores con sus amigotes.

Scully saca unas fotografías de su chaqueta y se las enseña.

S- ¿Son estos de aquí?

Y la Doctora Carver mira las fotografías y les mira a ellos y asiente. Parece confundida. Les pregunta.

D.C: ¿Qué es lo que ha pasado?.. Él no fue. Lo sé. Él no sería capaz.....

La dejaron en el hospital advirtiéndola que no dejara la ciudad sin avisar al FBI. Ambos se miraron al salir del Hospital. Parecía sincera al no querer aceptar que su padre alcohólico fuera culpable, pero eso no significaba que no lo fuera. Se metieron nuevamente en el coche y sin decir nada salieron de allí camino del Hoover. Enviaron a un grupo de Agentes para que recogieran pruebas y huellas de aquel edificio. Les advirtieron del estado del suelo de la habitación del primer piso. Skinner quería novedades. Asientos frente a su escritorio. Sus gafas. Su chaqueta colgada en la silla y ellos explicándole lo poco que sabían. Hablaban, se miraban entre ellos y le miraban a él.

Deciden ir a comer algo a un restaurante de comida rápida que hay cerca del centro de la ciudad. Suelen ir allí. Es bueno tener ciertas costumbres en una vida de carretera. Ensalada para ella. Carne casi cruda para él y refrescos en vasos de plástico. Mientras ella para de comer un segundo para beber, le observa comer. Siempre corta la carne en trozos grandes que luego le cuesta masticar. Tarda y hace un pequeño ruido al respirar con la boca llena. Le oye decirla "Scully" y ella reacciona y se da cuenta de que él está sonriendo. "Me muero por saber en qué diablos estabas pensando al mirarme así". Ella deja la bebida en la mesa y disimula sin quererle contestar. Él sabe muy bien en qué pensaba. Ella juega con la comida ruborizándose. Está recordando que hacía un par de semanas comieron en ese mismo lugar. Comieron y se miraron de tal forma que luego él condujo directamente hasta su apartamento. La respiración de ambos iba demasiado acelerada en el ascensor. Comenzaron a besarse incluso antes de cerrar la puerta. Lo hicieron sobre la mesa de la entrada. Él la rompió las medias y no tardaron en salirla moratones en la espalda y más abajo. Moratones que él luego besaría y lamería uno por uno. No iba a decirle que le quería. Necesitaba mantener el control de la situación. Además, "querer, amar" esas palabras no eran suficientes. Nunca lo fueron.

La tarde decidieron pasarla yendo a la "Sala" dónde pasaban las horas los cuatro amiguitos. El Doctor Harlod James, años como científico en la Universidad de Washington y padre de la Doctora Carver. El camionero John Denise, el ex broker Antón Stevens y el cadáver y antiguo agente de la propiedad Marcus John Krazinsky.
Se pararon en la puerta. Los dos levantando la vista para mirar el cartel con el nombre de la sala. "Cementerio" ponía con luces azules. Se miraron y él abrió la puerta para dejarla entrar. Dentro no había casi luz. Al fondo había un escenario seguro que utilizado para algún espectaculo de fin de semana. En el centro mesas y los clientes sentados con sus cervezas en la semioscuridad. La barra estaba iluminada también con luces azules y había un camarero que no les había quitado la vista de encima desde que les vio entrar. Era un tipo delgado y de una edad indeterminada. Gorra azul puesta del revés, bigote canoso. Enseñaron sus placas al llegar a la barra. Sacaron las fotografías y preguntaron. Claro que les conocía. Eran amigos suyos. Llevaban años yendo a su local. Le cambió la cara al comentarle lo que le había pasado a Marcus John Krazinsky. No lo sabía. Una pena, sí, era un gran tipo. Levantó la mano para indicarle a un compañero que bajara la música y dijo en voz alta que Marcus había muerto. No había mucha gente allí, pero parecía que todos le conocían. "Un tipo popular" le comentó Mulder a Scully acercándose para que el dueño del bar no les oyera. Luego hicieron más preguntas. Casi todas con respuesta. No sabía dónde vivían, pero solían hablar de una antiguo edificio cerca del hospital. "Su cuartel general, creo" les dijo. También les contó que solían ir a pescar. Que una vez fue con ellos. Hacía tiempo. Fue divertido. No pescaron nada a parte de una buena curda. El barco estaba en un puerto. Tenía un nombre curioso. "Invisible".
Scully le agradeció su colaboración y le entregó una tarjeta por si recordaba algo más. Mulder miraba el local. A la gente sentada perdiendo el tiempo. Olvidando. Dejando su vida atrás en ese "Cementerio". Scully le tocó la mano al pasar. Sus dedos rozando el dorso de la mano de él para que la siguiera. Guiñaron los ojos al salir a la luz del día y se miraron. "Invisible" le dijo Scully y él sonrió.

Tardaron en llegar al puerto. Estaba en un pueblo de la costa algo alejado. El barco estaba puesto a nombre de otra persona, de una mujer. Comprobaron el nombre. Era de la ex mujer de John Denise. "Debieron llegar a un acuerdo al separarse y luego ellos le cambiaron el nombre al barco" dijo Scully.
Había anochecido. El puerto no estaba muy bien iluminado así que sacaron sus linternas. El olor a puerto, mucho más intenso. El sonido del movimiento de las embarcaciones. El silencio. Sus pasos sobre los tablones del suelo. Iban iluminando los barcos. Algunos nombres eran graciosos. Encontraron el "Invisible". Mulder se puso la linterna en la boda para saltar al barco. Se agarró del bordillo y guardó el equilibrio mientras Scully esperaba su turno. Ella apagó la linterna y se la guardó en el bolsillo. Estiró el brazo para que él la ayudara. Se miraron cuando estuvieron cara a cara y luego comenzaron a moverse sobre el barco. Parecía que no había nadie dentro. No era tan pequeño. Abrieron la puerta y encendieron la luz. Aquello no estaba muy limpio. Ambos miraban por si veían algo que les pudiera servir. Al fondo había una puerta. Scully la abrió y dijo "Muder...." y le dejó mirar dentro. Había dos cadáveres en el suelo de la habitación. Amoratados. Llevarían un par de días muertos. Scully se acercó sacando un guante de su bolsillo para no alterar la escena. Miró en sus chaquetas. John Denise y Antón Stevens.

M- Creo que Harold James tiene mucho que contarnos.....

La policía acordonó el lugar. Dejó de ser un lugar tranquilo con olor a Mar. Ahora había gente por todos lados. Scully encargó que le llevaran los cadáveres a Washington. Hablaron con la policía, hablaron con Skinner. Ya era tarde. Ambos estaban cansados y no dijeron nada de vuelta a Washington. Silencio en el coche. Mañana temprano ella tenía que encargarse de dos autopsias y él intentaría encontrar algo en el barco. Fueron a la casa de él. Ella se quitó la chaqueta mientras él abría la puerta. Luego él cerró, la cogió de la mano y la llevó a su habitación. Besos mientras se quitaban la ropa. Él la acariciaba la pierna que ella tenía alrededor de su cintura. La sujetó con fuerza ambas manos mientras la besaba. Sobre ella, debajo de ella.
Él se despertó. Pesadillas. Ya era de día y no tardaría en sonar el despertador. La abrazó con fuerza. El despertador sonó y estiró el brazo para apagarlo. Luego volvió a abrazarla. Ella le besó en los labios antes de levantarse. Volver a su propia casa a cambiarse de ropa después de noches como aquella aún la resultaba extraño.

El día es totalmente distinto al de ayer. Hoy está nublado y amenaza tormenta. Hay humedad en el ambiente. Mulder se acerca al barco sujetando su corbata que se mueve para todos lados por el viento que hace allí, en la costa. Los barcos se mueven y hacen ruido al chocar. Mulder mira el "Invisible" y sabe que hoy le costará más subir al barco con tanto movimiento. Saluda y se identifica ante a un Agente que hay por allí comprobando los alrededores y el perímetro acotado por el FBI. Sube y camina sujetándose en todo lo que puede para no balancearse tanto. Piensa en que Scully no se marea y él sí. La recuerda pilotando aquella barcaza hace años. Hace poco hablaron de hacer un viaje en barco. Bromearon sobre el nombre que lo pondrían al barco si fuera suyo. "Brisa fresca" dijo ella. Ahora está dentro del "invisible". Tiene que concentrarse. Enciende la luz y se lo toma con calma. Ve una fotografía en un cajón. Son los cuatro amigos. La foto tiene bastantes años. Parecen felices. Un trueno suena cerca y Mulder levanta la vista para mirar por la ventana. No tardará en llover. El Mar revuelto y el cielo negro.


Scully lleva bata y el pelo recogido y a su lado está el Doctor Roberts. Han pasado toda la mañana haciendo la autopsia a los dos cadáveres. Todo metódico y Roberst entre medias sonriéndola a cada momento, intentando buscar su mirada e intentando iniciar conversaciones de una manera un tanto estúpida. Quiere caer bien y ella solo quiere acabar para irse.
Llaman a la puerta y se giran y le ven entrar. Es Mulder. Él nada más entrar, se fija en que no está sola y mira el tipo. Se acerca, mira a Scully pero no la dice nada y luego estira la mano para saludar a Roberst, el cual le dice algo así como que él y Dana llevan toda la mañana trabajando en el caso y Mulder mira a Scully sin decir nada y luego vuelve a mirar al tipo poniendo una sonrisa falsa, apretando los labios. Ella dice:

S- Nos falta poco para acabar.

R- Parece un caso realmente interesante Agente Mulder.

M- Ya- Le responde y la mira a ella- ¿Cuánto?

S- Poco... No sé- Mira a Roberst y le mira de nuevo a él.

M- ¿Podrás acompañarme?

S- No.

Mulder se la queda mirando.

M- Bien.... Llámame en cuánto tengas algo- Y se marcha algo cabreado, algo celoso.

Roberts ya ha trabajado con ellos en un par de ocasiones. No lleva mucho tiempo en Washington. No tiene muchos amigos, es demasiado joven y demasiado ingenuo. Mulder la comentó por teléfono antes de llegar que quería pasarse de nuevo por el edificio cercano al hospital a pesar de que los compañeros no encontraron mucho cuando lo registraron. Fibras, cabellos de los cuatro amigos, alguna huella y un montón de polvo. No había nada más, pero era un lugar extraño y el tipo de la bar les había dicho que para ellos era su "cuartel general" así que.... algo debía haber.

Acabaron con las autopsias un par de horas después de lo previsto. Problemas con ciertos aparatos. Roberst se lo tomaba con humor pero ella quería acabar. Necesitaban algo. Tenían que encontrar algo. Llamó a Mulder y este la dijo que estaba aún en el edificio.

S- ¿Has encontrado algo?

M- No.

S- ¿Y qué haces ahí?

M- No sé... Esperar.

Scully le dijo que iría para allá y le contaría. Cuando llegó él la esperaba en el callejón. Apoyado contra la pared al lado de la puerta. Comiendo pipas.

S- ¿Alguna novedad?

M- No.

Le fastidia no tener mucho dónde buscar. La cuenta que en el barco había un montón de basura y botellas vacías. "Debió de ser un bonito y alejado lugar dónde olvidar las luces de la Gran Ciudad" la dijo. Parecía como se hubieran desecho de pruebas. Era como ese edificio. Parecía como si lo hubieran barrido y vaciado. Scully le contó que los cadáveres habían muerto por ingestión de barbitúricos. Mezclados con alcohol, claro. Suicidio. No había signos de violencia, ni enfermedades anteriores. Lo único bueno es que habían encontrado una sustancia extraña en los cadáveres. Comprobó los resultados del primer cadáver y también la tenía, pero en una cantidad tan mínima que no le había dado importancia entonces. Roberst seguiría haciendo pruebas para ver de qué se trataba, pero suponían que nunca sabrían mucho más. La conversación se desvió hacia Roberst:

M- Digamos que no me gusta como sonríe, que sea condescendiente.

S- Creo que solo intenta caerte bien.

M- Creo que no me gusta.

S- No es un mal tipo.

M- Ya.

S- Mulder.... - Encoje los hombros en señal de no entenderle.

M- Ya, no todos son espías que vienen a hacernos daño..... Entiéndeme, no es que esté paranoico, es que no me gusta como sonríe, no sé... - Ella le mira y cruza los brazos y él piensa que a ella se la puede estar pasando por la cabeza que sean celos pero no es eso o quizá en parte sí. La dice- No, no es eso- La mira sonriente- Aunque bueno, quizá debería ayudarte yo en el laboratorio....

S- Mulder, sabes que ese no es tu territorio.

Y él la dice entonces mirándola a los ojos, muy serio.

M- Concibo todo lo que te rodea y lo que tiene que ver contigo como mi territorio, Scully.

Ella casi ni pestañea y él decide que ya es hora de cambiar de tema. Abre la puerta del edificio, mientras se guarda la bolsa de pipas en el bolsillo.

M- ¿Entramos?

Y los dos van a entrar nuevamente al edificio cuando Mulder, al mirarla para dejarla entrar a ella primero percibe algo al fondo del callejón y al mirar hacía allí "Bingo". Increíblemente Harold James decidía hacerles una visita. Les vio y vio a Mulder reaccionar. No debió reconocerles de inmediato porque tardó unos segundos en salir corriendo. Ellos corrían detrás. Callejones mojados por la lluvia de esa mañana. Harold iba deprisa a pesar de su edad. Mulder y Scully le gritaron que se detuviera. No lo hizo. Desapareció por un hueco entre un edificio y una verja de hierro. Mulder sujetó la verja para abrirla y dejar pasar a Scully primero. Luego pasó él. Había una ventana rota en el suelo del edificio. No había otra salida. Scully se agachó y miró, apuntando con la pistola a la oscuridad del interior mientras Mulder esperaba de pié. Pasaron dentro. Olía mal. El suelo estaba encharcado. Las paredes mojadas por la humedad. La pintura descorchada. Iban avanzando y apuntando con sus armas. Se oían gotas caer. Estuvieron pasando de habitación en habitación sin ver nada. Tardaron en darse cuenta de que había sido la misma jugarreta. Se dieron cuenta prácticamente a la vez. Ella dijo "Mulder..." y él la miró y la dijo "Joder" y salieron corriendo buscando una salida. Les había vuelto a engañar para escabullirse.
La puerta se abrió de un portazo y salieron a la calle. Miraron alrededor para situarse. Salieron a otra calle y de allí se dirigieron corriendo al edificio original. Al "cuartel general". Mulder iba a abrir la puerta. Sujetando la manilla, sin abrir aún, se gira para decirle a Scully:

M- Harold debió de descubrir algo en sus años como científico. Quién sabe. O quizá lo descubrió años después y era difícil esconder un secreto como ese y una noche con sus amigos y unas copas de más se lo contó y decidieron sacarle partido, planearon lo del banco y.... y algo debió de salir mal. Suicidio Scully. Años compartiendo miserias. Culpabilidad. Debieron pensar que era la mejor manera de ponerle fin a todo esto.

S- ¿Crees que comenzaron a experimentar aquí?

M- Apartado y lo suficientemente cerca del Hospital por si ocurriera algo. Sí.

S- Su hija no le rechazaría ayuda en caso de emergencia... Aunque llevara años sin tener contacto con ella.

Mulder sonrió tristemente. La Doctora Carver quería a su padre. Le seguía queriendo después de todo. Llaman solicitando refuerzos y luego entran. Se separan al entrar. Silencio. Gestos para hacerse señales. Scully camina hacia la sala de los espejos de la planta baja y Mulder comienza a subir las escaleras. No oyen nada. El edificio sigue pareciendoles igual de raro. El sonido, el color. Scully entra en la sala y no ve nada. Mulder sigue subiendo las escaleras. Scully mira al techo medio derruido y le ve. Ve un brazo colgando por un agujero. Debe ser Harold. Sale corriendo y Mulder la oye correr y se para y la ve subir las escaleras. Le dice "Está en el suelo" y él lo entiende. Entran en la habitación y al pisar los dos el suelo parte de este se desprende casi bajo sus pies. Los dos se agachan instintivamente. Se sujetan del brazo y luego se miran y miran el hueco que ahora se abre frente a ellos. Miran más allá y ven a Harold en el suelo. Intentan acercarse. Miran cómo hacerlo y se mueven por la sala con cuidado. Mirándose. Preocupándose de que el otro no ande por dónde no tiene que andar. Nada, no hay manera de acercarse sin peligro. Scully se queda lo más cerca que puede. Se agacha. Intenta hablar con Harold pero este debe estar inconsciente. Mulder se acerca a ella. Quiere hacer algo pero es imposible. Se agacha junto a ella. Poniendo las manos en el suelo para mirar por el agujero. Algo no va bien.

M- Vámonos!- La dice y se echa hacia atrás y la mira.

Ha visto cómo comenzaba a desprenderse la parte del suelo que aún parecía intacta. Nota el ligero temblor bajo sus manos. Ella aún no sabe qué hacer y él se acerca y la agarra para levantarla. La coge de la mano y la saca de allí. Al salir de la habitación el sonido y el temblor les hace darse la vuelta y ven cómo parte de lo que quedaba del suelo se ha desplomado. Todo es polvo y parece que el edificio entero se estuviera moviendo. Bajan aún agarrados las escaleras y salen a la calle, los refuerzos no tardarán y se quedan los dos afuera mirando. Ella aún sintiendo que debería estar dentro haciendo algo y él apretándola fuertemente la mano.
Las ambulancias llegan y los bomberos. Él la ha soltado la mano al verles llegar. Les señalan el lugar y esperan. Ella le mira aún confusa y él la dice:

M- Creo que estaba ya muerto Scully.

S- Quizá yo podría haber hecho algo- Sintiendo que realmente si que podría haber sido así aunque supiera que no.

M- El suelo estaba apunto de ceder. No. No podías haber hecho nada- Está muy serio y se gira y camina hacia el coche. Ella le ve sacar el teléfono y marcar. Hay una hija que tiene que recibir una mala noticia.




Mulder se despierta. Ya ha amanecido y la luz inunda la habitación de Scully. Otra pesadilla. Se sienta en la cama y se restriega los ojos con los dedos y luego se levanta, rascándose la nuca y revolviéndose el pelo. Está totalmente desnudo. Se levanta y comienza a andar. Huele a ella y aún nota su calor en su piel. Sus pies sobre la moqueta, su altura contra la luz de la ventana al acercarse. Mira por la ventana, apoya sus manos en el borde de esta y se queda ahí mirando hacia afuera, quitándose su pesadilla de la cabeza. Ve las casas y la ciudad despertándose al mirar y también ve algo de su reflejo en el cristal. Se mira a sí mismo preguntándose mil cosas. Ve sus ojos e intenta ver más allá y no lo consigue. Alguien se mueve en la cama y es ella que le mira y le ve ahí, con sus manos apoyadas en la ventana, mirando la nada. Se incorpora y siente frío. Se mueve en la cama para asomarse a ver qué puede encontrar en el suelo para ponerse encima. Coge una jersey de él y se lo pone. La queda grande y huele a él. Sus pisadas casi no se oyen en el suelo, sus pies pequeños también sobre la moqueta, el jersey, el pelo revuelto y las uñas pintadas. Se acerca a él mirando su desnudez y se para al lado. Le acaricia el brazo y le besa el hombro y él gira entonces la cabeza para mirarla. Se miran en silencio y ella pasa su mano por debajo del brazo de él, tocándole el pecho hasta parar en el corazón y notar cómo late y al notarlo le sonríe y él levanta la mano del borde de la ventana para dejarla pasar y tenerla delante. Ella se apoya contra la ventana, mirándole, entre sus brazos. Ahora ella le acaricia la cara y la sien. Él sigue con las manos en el borde de la ventana, manteniéndola en medio, su mirada es triste y ella quiere besarle.

M- Soñé que caíamos los dos- La dice.

Ella le da un beso en los labios y le contesta:

S- Fuiste tú el que nos sacó de allí a ambos, Mulder.

Y él no la dice nada, sigue mirándola. Nada de lo que la diga o de lo que ella pueda decirle le quitarán esa sensación. Harold también se suicidó. Fuera lo que fuera lo que había descubierto no era tan importante como haber arruinado esa vida que se construyó durante años con sus tres amigos. Harold creyó haberlo perdido todo.
La besa en la frente y vuelve a mirarla y ella le coge de la cintura, acariciándole con los pulgares la piel. Él desnudo y ella mordiéndose los labios y le besa y se besan sin moverse. Él con las manos en la ventana y ella entre ellas con las manos en las caderas de él. Las cortinas a medio abrir, la luz haciéndose cada vez más presente y ellos besándose.

sábado, 26 de enero de 2008

George, Ray, Nelson, Melvin, el viejo Charley y el ser algo más que amigos.

Todos los derechos son de la 1013 y la Fox y bla bla bla y yo solo escribo por escribir y porque me gusta.....


PRIMERA PARTE

ARKANSAS

Quizá ya lo sabía aquella vez, ya entonces, cuando se metió en su cama. Cuando ya fuera el sonido del colchón o el movimiento en este le hicieron despertarse, en mitad de la noche, para encontrarse con sus ojos y luego su pelo, sin saber aún qué pasaba, hasta que pasados unos segundos fue capaz de caer en la cuenta de que no era un sueño, que esta vez estaba despierto y ella, no podía creerlo, de verdad se estaba metiendo en su cama. Quizá ya lo sabía. Era como algo que siempre había estado ahí pero que nunca se atrevió a mirar directamente, pero lo sabía, bueno, quizá y quizá ella también.
La miró serio, demasiado pensativo como para ser feliz, porque no terminaba de entenderlo, porque ella había dicho ni una palabra, se había metido entre sus sábanas, junto a él, acercándose al trozo de la cama que ya tenía calentito, incluso creyó oír lo que le pareció un pequeño gemido de satisfacción al sentirse abrazada. Él la miraba mientras ella apoyaba u cabeza en la almohada. Ella ya estaba prácticamente dentro cuándo él abrió los ojos y ya estaba tumbada a su lado cuando logró comprender lo que estaba pasando, luego le miró muy seria, cogió su brazo derecho y se dio la vuelta sin soltarle, obligándole a girar con ella, a abrazarla, a pegar su cuerpo contra su espalda y aguantar la respiración por miedo a cualquiera de las miles de cosas que podrían ocurrir en ese instante que pudieran destrozar eso que estaba pasando, su cuerpo entre sus brazos, su gemido, su respiración tranquila, su calor y su olor suave delante a solo unos centímetros. No quería preguntarse porqué, no es que no hiciera falta, porque, bien sabe Dios que se moría por saber porqué ahora ella dormía entre su brazo y el colchón de su cama, era que prefería no preguntárselo porque se conocía y sabía que si empezaba a darle demasiadas vueltas, aquello se convertiría en algo cada vez más grande que acabaría por dar un giro completo a su visión actual de la situación de estar en el cielo, a pasar a una visión de seguro, mucho más oscura donde esto, lo que estaba ocurriendo, no era sino causa de algo malo que la pasaba, algo jodidamente malo, que la había obligado a meterse en su cama, o vete tú a saber, quizá tantos años de tensión y stress la habían convertido en sonánbula o bueno, cualquier escusa le valdría para sentirse mal y no dejar de darle vueltas y así no disfrutar de esto, de ella a su lado, tan calentita, tan suave, una noche como otra cualquiera de primavera, un martes, en un pueblo de Arkansas en mitad de las montañas, dónde hacen la tarta de fresas más buena que haya probado en su vida y dónde habían pasado una tarde sin nada de particular, dándose las buenas noches después de haber hablado el rato normal, después de haber tenido una cena de lo más normal.
Y claro que le iba a costar volver a dormirse. Eso no era lo importante. Lo importante en ese momento era que ella si que parecía haberse dormido. Respiración tranquila, ningún movimiento. Él al principio estaba muy tenso, no quería moverse, no quería estropearlo, fuera lo que fuera, pero ahora ya se había relajado y seguía con los ojos abiertos mirando su pelo y un trozo de hombro que lograba verla por la abertura de su pijama blanco de raso. Memorizaba ese pequeño pedazo de mundo que era para él ahora su hombro y se concentraba en la respiración de ella y en su pulso que notaba a través de su propio brazo sobre ella. Luego, al final, acabó por dormirse también y luego, varias horas después, volvió a despertarse por ella, otra vez, ella moviéndose en su cama. Él se habría movido durante la noche o quizá ella y ahora él se sabe bocarriba y ella moviéndose a su lado, abrazándole, rozando su hombro desnudo con su cara, quizá con sus labios. Abre los ojos y mira al techo. Aún hay muchas cosas girando en su cabeza como para acertar a sonreír. Hay algo de luz que entra por la ventana y hay que coger un avión a primera hora así que se deberían levantar ya, ahora. "¿Scully?" la pregunta con la voz aún ronca, despacio, casi susurrando y ella se mueve y él sabe que ahora está despierta y lo que es aún peor, que ahora sabe que él está despierto y la conoce y seguro que teme tener que darle explicaciones y que no querrá y la verdad es que eso no le importa, aún no las necesita, las necesitará, pero aún no, así que se mueve y se ladea y se queda mirándola y ella le mira y joder, todo parece tan normal..... y él se mueve y se levanta dejándola ver sus espalda al hacerlo y luego la mira, tan alto, delante de la ventana. Con sus manos se estira la cara y revuelve su pelo y bosteza, con la luz detrás de él, entre las rendijas de la ventana y el olor a cerrado, a ellos, totalmente despeinado, con su pantalón de pijama y señala el baño y la mira y mira el baño otra vez y la vuelve a mirar y "Voy a ducharme" y camina hacia el baño con ella mirándole desde la cama, aún bajo sus sábanas, viendo como él cierra la puerta y tras unos segundos el agua suena haciendo que la realidad la alcance y la haga, primero sentarse en la cama y luego mirar la ventana y la puerta del baño y luego la puerta contigua por dónde entró hace unas horas.
Cuando él sale de la ducha, con la toalla en la cintura, el pelo mojado, apretando la mandíbula, sabe que ella ya no estará allí. Deja la puerta abierta y la luz encendida del baño y avanza por la habitación dejando gotas de agua a su paso hasta quedarse de pie al lado de la cama, mirando las sábanas arrugadas. Respira, parado sin moverse, mirando la cama, viendo casi la imagen de ella y él hacía tan solo unos minutos ahí mismo. Aún no es capaz de sonreír.

Media hora después él espera sentado en unas escaleras que hay justo delante de las habitaciones. Espera sentado, con sus botas y sus vaqueros y la mirada perdida en algún lugar entre la pared del edificio de enfrente y él. No ha llamado a la puerta, ha salido y ha preferido sentarse y esperar a que ella saliera y le viera ahí esperándola. El problema no era que no supiera qué decirla, sino que no quería parecer ansioso o lo que fuera después de, joder, haber pasado la noche abrazados y por eso prefería dejarla un poco de espacio para ella misma y para que pensara o lo que fuera después de lo ocurrido y ella entre tanto, se ha duchado, se la secado el pelo, se ha maquillado un poco, solo un poco, sentada en la cama, se pone los zapatos, mientras piensa en todo eso que la cosquillea cada vez que respira. Con los dos pies en el suelo y las dos manos sobre la cama, se queda mirando la puerta que da a la calle y luego mira la puerta contigua y se pregunta si él la estará esperando o si habrá ido ya coger sitio en la cafetería para tomarse un café caliente en esas sillas de madera de nogal de la cafetería del Motel. Se levanta y va hacia la puerta contigua y coge el picaporte y respira y aprieta los labios antes de llamar con la otra mano, esperar unos segundos y luego abre al no escuchar respuesta. Mira la habitación desde la puerta, nada, mira el baño desde allí, asomándose un poco por si acaso, pero nada tampoco. Estará ya en la cafetería. Cierra la puerta. volviendo a su habitación y coge de una mesa sus llaves y su cartera, abre la puerta de la calle guiñando los ojos por el efecto del Sol y se queda un segundo paralizada al verle ahí. Le ve girarse sin levantarse para mirarla, como esperando que ella se acerque y ella ve sus ojos verdes y cierra la puerta y se sienta a su lado. Se miran y callan y "Hola", "Hola". Sonrisa de Buenos días. Luego algo hay que decir y de alguna manera hay que comenzar a decirlo pero no se la ocurre ninguna y a él tampoco y coge aire y le mira y mira al suelo y le vuelve a mirar y "Mulder....." y él la mira atento, esperando y lo ve en sus ojos, teme lo que vaya a decirle y no sabe cómo hacerlo o cómo explicarlo o si ahora es el momento de tener esa conversación que no han tenido en todos estos años y "Mulder... yo.." y él la corta, porque parece que iba a darle una excusa y joder eso le ha hecho tener pánico. La corta y la deja casi, casi con la boca abierta apunto de continuar, de comenzar con lo que iba a decirle, que podría ser cualquier cosa porque ella no sabe si es o no es el maldito momento y eso si que lo tiene claro, no sabe cómo hablar de esto con él, pensaba utilizar las mínimas palabras para no ahogarse en su propia respiración al dejar salir algo de todo lo que tiene ahí dentro latiendo desde hace años. La ha dicho "Si me vas a decir que lo sientes, déjalo Scully" y ella pestañea porque no imaginaba que él pudiera estar cabreado, pero lo entiende si eso es lo que él piensa y además ella pensaba empezar con algo así aunque luego vinieran muchas más cosas y bueno, ahora ya si que no sabe cómo continuar la conversación y le mira intentando centrarse en unas cuantas palabras, que puede que sean las indicadas o no o quién sabe, no quiere decirlo todo, quizá solo con abordarlo o rozarlo baste y mientras le mira y él, sin mirarla, mirando al frente, continúa "Somos mayorcitos" y ahora parece realmente cabreado y ella piensa en que a veces, cuando se cabrea, parece un niño y él la mira para decirla "Te metiste en mi cama Scully..." y ella solo es capaz de replicar a algo tan directo con otro "Mulder..." y él como intentando adelantarse a lo que teme que sea la dice "No te metas en la cama de un amigo con el que llevas años compartiéndolo absolutamente todo" negando con la cabeza, mirando al frente y la dice "Vámonos. Hay que coger una avión" y se levanta hacia su habitación a por sus maletas y ella le sigue y le agarra del brazo para frenarle, para que la mire y poder hablar pero él la mira y la dice "No quiero hablar de ello ¿De acuerdo? Quizá en otro momento" y ya dentro de la habitación empieza a coger sus cosas y ella le ha seguido hasta allí y no sabe cómo ha pasado esto, porque creía que aunque no fuera capaz de decirle muchas cosas, algo si que le diría, aunque fueran unas disculpas por haberse metido en la cama de un amigo con el que, según él, lleva años compartiéndolo absolutamente todo y piensa vaya Mulder, tú si que sabes cómo tener una conversación trascendental con una chica. Pensaba decirle algo más a parte de disculparse, claro que sí, pensaba explicarle porque lo había hecho y insinuarle algo de lo que les une y lo que, maldita sea, piensa en decirle Mulder, no te hagas el dolido conmigo antes de dejarme explicarme, antes de poder acercarme a decirte algo de lo que siento por tí y maldita sea, menos aún después de haber sido yo la que se ha metido en tu cama. Años compartiéndolo todo. Es una cama Mulder. Me conoces. Si me metí en tu cama es por algo.


WASHINGTON

Ella está viendo el atardecer por la ventana del salón del apartamento de él. Las únicas luces encendidas son las de la habitación, ahí está en penumbras. Se ha acercado a la ventana por la izquierda de la mesa y ha abierto con los dedos las rejas para poder ver mejor. Está esperando a que él acabe de vestirse. No quiere tener que ver otra vez cómo lo hace porque él tiene esa maldita costumbre y ella siempre lo soporta mirando hacia otro lado como si no pasara nada. Esta vez él se ha comenzado a quitar su pijama de cuadros cuando ambos estaban hablando en su habitación. Aún hacía gestos con sus manos explicándola Dios sabe qué, sacándose el pijama por los pies, cuando ella ha salido de la habitación sin oírle. Las nubes y el color anaranjado al fondo, entre los edificios de enfrente y ella oye los pasos de él en el salón. Sabe que está descalzo sin girarse y oye cómo se calza y ahora él se está abrochando la corbata en el salón, a oscuras, palpando, esperando que los años de práctica le ayuden. Joder, dice al equivocarse con el nudo y sigue intentándolo. Ella se gira y él la mira un segundo para luego seguir intentando anudarse la corbata a oscuras. ¿Estás bien? la pregunta y como no le responde y sigue igual con la corbata enciende la luz y la mira y algo ocurre y él lo sabe, pero teme preguntarla cuándo no tiene que hacerlo o hacer la pregunta equivocada o descubrir que en realidad está cabreada con él, así que se anuda la corbata y cuando acaba la sonríe y ella sigue allí de pie y él dándole vueltas a la cabeza, pensando qué más decirla o cómo hacerlo y ella comienza a caminar y pasa a su lado camino de la puerta y se para un par de segundos en silencio y él a punto de decir cualquier bobada por no saber qué hacer y ella le dice "Mulder....." y se gira para mirarle y vuelve a callar, como si ella tampoco supiera que pasa y él con los brazos a ambos lados, mirándola fijamente, expectante. Le ha venido a buscar a esas horas porque alguien llamó esta mañana al despacho y estuvo hablando con ella y quedó en volver a llamarla otro día para darles información y al final la ha llamado el mismo día. Sí, parece un tipo muy extraño y es raro que sea a ella a quién llamen y que ella se lo tome en serio porque siempre acaba por desacreditar a todos los pirados que intentan engañarles con promesas parecidas y puede que por eso esté tan rara, que solo se sienta fuera de lugar o demasiado metida dónde nunca estuvo o qué diablos, porque ha llegado un momento en su vida junto a él en el que ya no es un ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? sin ser exactamente un cómo, porque sabe cómo ha sido, sino que más bien es un cómo dejamos que pasara y cómo seguimos haciéndolo y porqué lo dejamos a un lado si es algo nuestro y piensa "odio que te desvistas delante mío" y y él la pregunta "¿Es porque esta vez la del soplo eres tú?" y ella sonríe y niega con la cabeza levantando una ceja y le dice que no lo sabe, que da igual, que no es nada y él insiste "Estás muy callada" y ella le dice "Mulder, en serio, da igual" y él levanta las manos bromeando con un "Me rindo" y salen del apartamento y una media hora de coche camino de una bonita cafetería en una calle casi desierta cerca del Hoover y un par de cafés y sentarse en el fondo dónde casi no se oye la música, ni al resto de la gente y llega el tipo y se sienta con ellos y les mira y ellos le miran y se miran y es un tipo raro y saca un sobre del bolsillo interior de su chaqueta y lo deja en la mesa sonriendo y aún sin decir nada se levanta y se va, como si llevara prisa o como si hubiera pretendido desde el principio hacer justo eso, llegar, entregar el sobre y no dirigirles la palabra y Mulder mira a Scully y Scully mira a Mulder y es él quién se encarga de hacer esas cosas. Coge el sobre, lo gira en sus manos para ver si tiene algo por fuera y luego lo abre cuidadosamente y mira dentro y saca unas fotografías y las mira, una por una y ella espera y luego le pasa las fotos y observa la cara de ella al mirarlas, esperando. "Habrá que comprobar si están trucadas" la dice cuando ella acaba. "Creo que se trata de más de lo mismo, pero habrá que comprobarlo" añade y ella asiente apretando los labios, sintiéndose algo decepcionada por acabar igual que siempre, pero ya tan acostumbrada que solo lo siente por él, porque aunque él esté más acostumbrado que ella, aún así, él siempre guarda esperanzas, él siempre lo ve de modo distinto. Caminan hacia el coche y ella se para y él se para y ella le dice que aunque a veces haya dudado de dónde estaba y qué hacía, hay otras que está muy segura de dónde está exactamente y que es una sensación rara y que cree que es por eso por lo que está así de rara hoy y él la dice mirando el sobre y luego mirándola a ella cuando habla "Yo... lo siento, pero no me lo planteo nunca... no sé, yo creo en lo que hacemos. Creo que estamos aquí camino de algún sitio y no sólo lo espero, sino que sé que sea dónde sea dónde tengamos que llegar, llegaremos y ...... y ¿Sabes? Creo que cuando lo hagamos entenderemos porqué ha sido así, porqué de este modo... las personas que hemos perdido, las que hemos conocido, las que hemos salvado, lo que sabemos ya y lo que sabremos.... creo que... eso, que estamos aquí para algo y sé que sea lo que sea este es el camino y no puede ser de otro modo". Su tono de voz lo ha dicho todo y ella no le dice nada más porque necesitaba esto, necesitaba esto de él, pero como no le contesta él teme haber dicho más de la cuenta "No sé si es lo que esperabas oír Scully" la dice comprensivo. "Sí, es solo que.... ya sabes..." le dice haciendo un gesto con la mano. "Ya" le dice él asintiendo con la cabeza, extrañamente feliz, extrañamente triste. "Vámonos o empezaré a decir tonterías" la dice y ella nota cómo casi se la sale el corazón del pecho y él continua caminando hacia el coche y es tarde y le lleva a casa y se sonríen en el coche antes de que él abra la puerta para salir y ella espera hasta que él sube las escaleras y se mete en su portal y luego a casa, a dormir unas horas antes de continuar con lo de siempre.

Un par de días después la fotos eran falsas, pero aún así había algo raro en ellas. Eran fotografías de unas extrañas sombras en el cielo que podrían pasar por Ovnis en pleno día en algún lugar de Arkansas. Las sombras estaban trucadas, pero lo que no estaba trucado era que al fondo se lograba ver, aumentando la imagen, algo parecido a construcciones ovaladas, blancas, colmenas blancas en mitad de un campo de maíz. Un campo de maíz en medio del bosque. Vaya, eso les sonaba de algo. La fotografía estaba hecha desde un precipicio en las montañas por lo que abarcaba mucha distancia. Tenían que saber dónde estaba.

Scully estaba en el baño de la tercera planta del Hoover, colocándose la chaqueta frente al espejo, cuando recibió una llamada del contacto, el tipo raro, hablaron sobre las fotografías, sobre lo que habían descubierto en ellas. El contacto no sabía a qué se refería porque las fotos se las había dado otra persona, la dijo que la volvería a llamar en cuanto supiera algo más y la colgó y Scully se quedó mirando el móvil y luego salió al pasillo, con su pelo rojo y sus tacones y fue directamente hacia el ascensor para bajar abajo a contárselo a Mulder. Diez minutos después, ya en el sótano, ella sentada sobre la mesa de Mulder, la llamaba de nuevo para decirla que el tipo que le encargó el trabajo llamaría a Mulder en media hora para decirle dónde fue tomada la fotografía exactamente y qué día y acto seguido la volvió a colgar.
Mulder sentado en su silla, jugando con su corbata, la mira sonriente cuando ella le cuenta los detalles. "¿Te gusta Arkansas Scully?".

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SEGUNDA PARTE


WASHINGTON- ARKANSAS.


En el avión él mira por la ventana y ella le mira y mira sus dedos juguetear con sus labios. Piensa en aquella noche, en el maíz y la luz blanca de esas colmenas o lo que fueran. Mira al otro lado, hacia el resto de pasajeros y luego levanta nuevamente la mirada para verle, para ver sus ojos cristalinos por la luz a través de la ventana. Fue a buscarla hasta el ártico. Lo hizo. Piensa en lo que aquel hombre les dijo un año antes de aquello, cuando ella estaba enferma. Les dijo que les manipulaban. Que su enfermedad les era útil, que así podrían manipularle. Desde entonces teme que sus vidas hayan estado ligadas a manipulaciones desde el principio. Aquella abeja en su nuca, aquella ambulancia preparada, esperando para llevarla al Ártico. Piensa en cuantas cosas más tendrían calculadas para ellos.
Luego él está leyendo la sección de deportes del periódico y la mira mientras pasa página y luego sigue con la lectura. Ella le ha visto mirarla y ahora le mira y mira sus dedos sujetando el papel y su jersey azul su cara cansada y comienza a decirle:

S- ¿Y si lo tenían todo calculado?- y él levanta la mirada, escuchando. Le dice- Desde el principio ¿Y si calcularon las posibilidades antes?-Ella muy seria, frágil y él lo piensa y no sabe muy bien a qué viene la pregunta.

M-¿Y si lo fuera?-la contesta. Ella le mira, niega con la cabeza y mira por la ventana y respira y le vuelve a mirar.

S- Temo que si fuera así y ellos no se equivocaron y.. y si realmente contaban con todas las consecuencias y vieron que era posible, entonces... yo... yo... - y se calla.

Él ahora comprende y también teme lo que ella teme y la dice:
M- Creo que hay cosas que no se pueden calcular Scully- y ella le mira y asiente aún confusa y él continua -Siempre pudimos elegir. Siempre. ¿Sabes Scully? Dices que ahora sabes dónde estás exactamente- y la mira esperando a que ella asienta de nuevo para continuar -Siempre creí que acabarías por alejarte. Sí. Era algo con lo que llegué a contar de veras y creo que era algo con lo que ellos también contaban. Tú siempre fuiste más lista. El manipulable soy yo- y ella frunce el ceño.

S- Mulder....

M- Sí, jugaban conmigo y lo harán, pero contigo no o no tan a las claras...-y ella le corta para poder hablar.

S- Quizá también cuenten con eso.... Mulder... Yo... ¿Sabes? Sé de lo que son capaces y lo he visto y lo afronto, pero supongo que lo que pasa es que hay cosas que son solo mías y no soporto la idea de la posibilidad de que no lo sean. Es... Es frustrante ¿Sabes? En cuanto vi la imagen del maíz y demás al fondo de la fotografía Mulder, sentí que.. sentí como si volvieran otra vez a llevarnos dónde ellos quieren y por dónde ellos quieren y no es justo y me cabrea y... - y para de hablar para coger aire y preguntarle -¿Y si lo fuera?-y calla y le mira y él parece entenderla, le dice- ¿En realidad no importa no? Como tú dices elegimos y ahora ya no importa... es... es solo una posibilidad Mulder, lo sé, pero me cabrea.

Y él sonríe tristemente al decirla:
M- Si es un tablero y nosotros somos fichas, ellos también lo son Scully.

Ella le mira y luego mira por la ventana.

S- Yo tampoco creo que todo se pueda calcular.



ARKANSAS

El Sol en lo alto y ellos en la rutina de coche de alquiler y carretera. El pueblo más cercano al lugar tiene los suficientes habitantes como para tener una bolera pero no como para tener un buen equipo de fútbol, pero bueno, el hotel no está mal y han parado a almorzar y diablos, que tartas más buenas hacen por aquí. Están sentados sobre una de las mesas de madera que hay fuera de la bolera, la calle principal del pueblo no queda lejos y la gente pasea. Se han pedido un par de cafés y un trozo de tarta y han salido afuera, a tomar algo de Sol y a no tener que oír tanto griterío del grupo de jubilados que está entrenando allí dentro a esas horas de la mañana. Han visto la mesa y Scully le ha hecho un gesto a Mulder para ir hacia allí y ella se ha sentado encima y él la ha imitado y han bebido un sorbo del café a la vez mirando a la gente pasear, yendo a cualquier lado y lo han saboreado y luego Mulder ha dejado el café en la mesa y ha partido un trozo de tarta y lo ha probado y ummmm ha dicho y ella le mira y no suele hacerlo pero hay veces, como esta, que no puede evitarlo al verle hacer lo que acaba de hacer y él sonríe porque ha visto la cara que ha puesto ella y con la boca llena hace un sonido que podría pasar por un "pruébalo" mientras la tiende el plato con el tenedor. Ummmm hace también ella al probarlo. Café, tarta, Sol y una mesa sobre la que sentarse en mitad de ninguna parte. Arkansas no estaba tan mal, había algo de hogareño en ese lugar y veían a la gente pasear y pensaban en lo bien que sabía esa tarta y en aquella noche gritando sus nombres corriendo entre el maíz y también pensaban en el miedo a no tenerse, que siempre estaba ahí, todos los días.

La fotografía estaba tomada desde una colina que pertenecía a una zona natural protegida, parte del bosque también lo era, pero luego había un montón de terrenos pertenecientes a varias personas y bueno, no era una zona muy concurrida porque cerca había otros dos espacios naturales protegidos y tenían mucho más que ofrecer a los turistas. El Guarda Bosques tenía la oficina en el camino principal que recorría el bosque. Mulder y Scully se acercaron por el camino de tierra y aparcaron el coche al lado de la oficina y vieron que el Guarda Bosques, un chico joven por lo que parecía, les saludaba desde una de las ventanas laterales. Se miraron sin decirse nada y salieron del coche mirando al cielo y a los árboles de alrededor y luego caminaron juntos hacia la oficina. Ella delante y él detrás mirándola. El chico salió a la puerta a recibirles, ya habían hablado por teléfono, pero entonces no les pareció que fuera tan joven. "¿Son los Agentes del FBI?" les pregunto con una voz igual de joven y ellos asintieron y se miraron y fue Mulder el que le preguntó si no habían hablado con otra persona y el chico les dijo que sí, que habían hablado con su compañero, pero que el turno cambió y sería él el que les llevaría. "No soy tan joven como parezco" les dijo y luego les invitó a pasar y subieron las escaleras. Scully entró primero mientras Mulder con la mano en su espalda la sonreía y la decía bajito para que el chico no le oyera "Apuesto a que tiene más de cuatro años". Ya dentro les pidió perdón por sus modales y se presentó: Nelson, estirando la mano hacia ellos.
El plano en la mesa y los tres mirándolo. Nelson encuentra rápidamente las coordenadas que Mulder le ha dado. Sí, es lo alto de una colina, pero Mulder quiere ver algo que tiene que estar abajo, una zona donde se haya plantado maíz o algo por el estilo y Nelson les mira extrañado y les pregunta que qué están buscando exactamente y Mulder y Scully se miran y luego miran al chico y Mulder le enseña las ampliaciones de las fotografías y Nelson no parece muy extrañado y les dice que lo siente pero que eso ya lo investigaron hacía unos meses y "¿Qué?" le preguntan ellos a la vez y Nelson les explica y les dice que bueno, que nadie sabía nada en realidad, que no se enteraron de lo que había porque a pesar de no ser una zona muy transitada y de que nadie imaginaba que hubiera nada sembrándose allí, que todo se supo porque hubo un gran incendio y eso si que lo vieron y cuando llegaron ellos ya había gente allí controlando el incendio y no pasó mucho más. El incendio controlado, un accidente, otros Agentes por la zona y todo quedó resuelto y cuando les cuenta eso Mulder y Scully vuelven a mirarse y esta vez Mulder sale a la calle sin decir nada y Scully le dice a Nelson que aún así les gustaría que les acompañara a la zona y Nelson la sonríe y la dice que claro, que no hay problema y salen fuera y les dice de ir en su camioneta y montan los tres y Scully le dice a Mulder antes de subir que aún así puede que solo se quemara parte y que aún quede algo y él la mira y asiente, pero sin dejar lugar a dudas que no espera nada bueno de todo esto.

"¿Crees que contaban con que tu fueras a buscarme Mulder?" le pregunta en mitad del campo devastado. Él cambia su cara de desolación y se gira a mirarla. Ella está detrás de él, no ha mirado si quiera el campo, no le ha prestado atención en cuanto ha visto que allí no había nada que ver. Han bajado de la camioneta, han caminado hacia allí a través de una espesa arboleda y luego han visto el campo y él se ha adelantado dando zancadas con un "Dios mío Scully" al ver que hasta la negrura del suelo estaba también casi borrada del mapa, verdeando ya por la naturaleza y las flores y la vida de la primavera. Nelson se ha quedado atrás mirándoles, con la mano a modo de visera y ella ha seguido Mulder hasta colocarse detrás y se ha parado sin dejar de mirarle. No la importaba que ya no quedara nada porque ambos imaginaban que eso era lo que iban a encontrar, pero al ver el campo le pasaron por la cabeza un montón de miedos y verdades y necesitaba que él la dijera algo al respecto. Él tarda en responder. Ha entendido la pregunta perfectamente pero está calculando las posibilidades, piensa en todo aquello y le parece muy lejano ahora que la tiene tan cerca, piensa que quizá por eso ella esté tan pensativa, puede que a ella esto aún la asuste o puede que no. Piensa ¿Qué ha dicho? ¿Qué si contaban con ello ha dicho? Kritschgau les dijo lo que les dijo y desde entonces han contado con esa posibilidad, pero.... "No" la dice y ella parece aliviarse algo y él continúa con un "Creo que si que contaban con que yo haría cualquier cosa por ti pero intentaron matarme y esa vez, con todo lo que pasó allí y todo lo que perdieron... No, no contaban con ello Scully" y niega con la cabeza para reafirmarlo y se acerca a ella y ella respira hondo y mira al cielo y le dice "Vámonos Mulder. Aquí ya no queda nada".

En la camioneta, de vuelta, Mulder mira por la ventana y Scully le mira a él y Nelson que no aguanta más el silencio les cuenta, mirando alternativamente al camino y al retrovisor para verles, que sabe que en la oficina del sheriff no hay ningún informe de lo que ocurrió porque el propio sheriff se lo contó a su compañero. Mulder sigue mirando por la ventana y Scully ahora mira a Mulder y a Nelson y Nelson continúa "Pero aún así puede que haya algo, ya saben, siempre se queda por ahí alguna mala fotocopia o el resguardo de algo. Ahora si quieren pueden ir a la oficina del Sheriff a preguntar, pero hasta mañana no podrán hablar con él porque hoy es su día de pesca y por aquí todo el mundo lo sabe y saben que no hay manera de localizarle, porque él si que se lo toma en serio y apaga el teléfono y todo y bueno, ya sé que se marchan mañana así que mañana por la mañana yo mismo me encargaré de hablar con el Sheriff y le preguntaré por el tema, porque él es el que sabe de esto, el que estuvo rondando por aquí cuando pasó aquello y el que habló con aquellos otros Agentes y ya verán, no se preocupen, déjenlo en mis manos, algo sacaremos" y Mulder miró a Scully y parecía desilusionado y había un bache en el camino y la camioneta dio un salto y Nelson se echó a reír y les miró por el retrovisor diciéndoles "Así es más divertido ¿Verdad?" y Scully miró a Mulder y Mulder le dijo a Nelson que sí, pero que le agradecería no acabar por tener que salir a rastras del coche después de volcar y Nelson le dijo que se tranquilizara, que era un experto y llegaron a la oficina y se despidieron y Mulder le dijo que le llamara en cuanto averiguara algo más y montaron en el coche y salieron de allí camino de la oficina de Sheriff dónde no encontraron nada, dónde les contaron poco y dónde se sintieron fuera de lugar al preguntar por algo que la gente del lugar desconocía y a lo que no le daban importancia, porque no era asunto suyo, porque no era parte de su vida, ni de su mundo.

WASHINGTON

George siente el picorcillo y piensa que esa no es muy buena señal. Estornuda y luego suelta un joder y mira a su alrededor cabreado, cabreadísimo y harto de llevar más de dos horas tiritando en ese portal, donde no queda a cubierto de la intensa lluvia que cae ahora mismo en mitad de Washington D.C. Tiene el pelo mojado y parte de su ropa empieza a estarlo también. Está de pié, apoyado contra la pared y con las manos bajo sus axilas. Piensa que tiene treinta y dos años y que ahora si que va a dejar esto de una vez por todas porque lo de jugar a los espías ya no tiene gracia, quizá nunca tuvo la suficiente o no tanta como pensaba cuando era niño y leía comics, y cree que además, para jugar bien a ser un espía tienes que serlo para empezar y no ser un mísero rebuscador de mierda, que cobra por trabajo hecho y que nunca llega a saber realmente si trabaja para los buenos o para los malos. Que se ha jugado la vida unas cuantas veces y esta va a ser la última, que hace frío cuando se espera calado a que aparezca alguien para que le cuente el cuento y le de una propina a modo de documento o fotografía, o Cd o cualquier cosa, porque ha visto de todo a estas alturas de su "carrera" y luego hay que pasar la antorcha a su contacto y así podrá irse a casa, de una jodida vez, a darse un baño caliente y dejarse de toda esta mierda que le ha hecho perder varios días y que ni llega a entender, ni le importa, porque conoce la reputación de ese tipo del FBI y la de su compañera y sabe que con ellos las cosas nunca son fáciles y por eso prefiere no tener nada que ver con ellos, pero como la cantidad a sumar era lo suficientemente interesante esta vez aceptó el juego, pero eso sí, cuanto menos hable con ellos mejor, incluso si tiene que colgarles mucho mejor. Menos palabras, menos contacto. Pero algo salió mal y había algo raro y tuvo que volver a hablar y su contacto volvió a llamarle y ahora está aquí pasando frío y agarrando un buen constipado. Vuelve a estornudar y vuelve a soltar otro joder en el portal, ahora ya tiritando y mordiéndose los labios de rabia, se asoma un poco para ver cómo está el cielo en ese maldito día y aguanta las ganas de gritar al ver que el cielo sigue negro, muy negro.
Un paraguas casi igual de negro se asoma por la esquina y parece que es una mujer mayor y eso le hace resoplar porque la conoce de alguna otra vez. Espera en el portal y ella se acerca, le mira y rápidamente le entrega un sobre que él se encarga de meter en su chaqueta para que no se moje. Ni holas ni adioses, ella sigue adelante bajo la lluvia y él camina en dirección contraria dándole gracias al cielo, pensando en su bañera, en el agua corriendo.
Al contacto para este caso no le ha visto nunca. Esta vez tiene que dejar el sobre debajo de un banco en un centro comercial. Mucha gente, mucho movimiento. Ni se preocupa por mirar hacia atrás por si pudiera ver a su contacto y así ponerle cara. Solo piensa en el agua caliente. Mientras él sale por la puerta su contacto, gorra negra y jersey gris, se agacha a recoger el sobre y se mezcla entre la gente. Luego, George coge el coche en la estación central, donde lo había dejado y se dirige a su casa, pasa dos semáforos y luego para a comprarse algo de cerveza en un drugstore. Otro par de semáforos y en el último los coches de detrás comienzan a pitarle para que arranque de una vez. Nada, el coche no se mueve, él ni si quiera ha oído los pitidos. Ha sido una muerte rápida y lo mejor para él: indolora.

ARKANSAS

Él cabreado y ella confusa y avergonzada. Él cogiendo sus maletas y ella sin saber cómo explicarse. Cara a cara. Él hace unos segundos la ha dicho que no se meta en la cama de sus amigos y ella en este instante, con el cabreo de él, la cama tan cerca y su calor aún en sus huesos se está mordiendo los labios y sabe que ahora podía hacer o decir cualquier cosa y se miran y se callan y bueno, suena un móvil, el de él, que está en algún lado, dentro de sus vaqueros y ahora suena otro móvil, el de ella, que está en el bolsillo de su chaqueta. Se miran antes de descolgar y hablan. Sí, sí, Señor, Sí, Mulder, claro Señor, una autopsia, ¿información que no conocía? ¿Autopsia de quién? ¿Quién se la ha facilitado? Ah ah, no le conozco. ¿De quién se trata Señor? Bien, bien, claro, me interesaría ver el informe ¿Una nota? ¿Habladurías? ¿Una nota con mi nombre Señor? ah ah, claro, más campos de maíz. Claro Señor, le vimos unos segundos, creo que podría identificarle. Bien, claro. Ahora cojo el vuelo Señor.
Cuelgan y se miran. Empieza tú, no, no, empieza tú y Mulder la dice que Nelson ha hablado con su compañero que ha hablado con el sheriff como les dijo y que se ha llevado una sorpresa al saber que había más gente interesada en el caso y que podía contarle algunas cosas de cuando el campo salió ardiendo y que además hay habladurías de personas de los alrededores del pueblo que cuentan que han visto campos de maíz similares a ese en otros lugares cercanos y Scully asiente según se lo cuenta y Mulder la pregunta por quién la ha llamado, que si era Skinner y ella le responde que sí, que han encontrado un cadáver con una nota en la que aparece el nombre de Scully y que menciona algo de Arkansas y que no saben de qué ha muerto y que Skinner opina que debería hacerle ella la autopsia y "Claro" le responde él, porque hablar de trabajo es un alivio y una manera de postergar la discusión y la dice que él se acercará a ver al sheriff y que luego irá a ver si las habladurías tienen fundamento en Arkansas y que si, que es mejor que ella vaya a hacerle la autopsia al tipo ese y ella le dice que Skinner ha mencionado la posibilidad de que el cadáver fuera su contacto y Mulder pestañea y traga saliva y dice "Entonces esto se va a poner mucho más interesante a partir de ahora Scully".

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TERCERA PARTE

WASHINGTON

Ray B. Smith estaba asustado, se habían cargado a George y el siguiente en la cadena podía ser fácilmente él mismo, por eso se dio prisa en abandonar su casa, cogió lo indispensable y el sobre y salió disparado al centro. Tenía un piso franco y sabía que allí podía ocultarse durante un tiempo y además tenía pasaportes y algo de dinero para salir en cuanto pudiera del país, pero ahora tenía que saber algo más, tenía algunas dudas, porque George no era un tipo importante, era uno más de entre muchos y estaba seguro de que no estaba metido en ningún mal trato con nadie y sabía, eso sí y lo sabía de primera mano, que lo que le mantenía ocupado los últimos días era ese maldito asunto de las fotografías de Arkansas y los Agentes del FBI a los que George tenía tanto miedo acercarse. Sabía, que esa misma mañana, muy temprano, George recogió aquel sobre y luego lo dejó debajo de aquel banco en el centro comercial y él mismo se había encargado de asegurarse que la zona era segura y que a George no le había seguido nadie y además, se fiaba de los otros intermediarios en todo este asunto, así que no se explicaba qué era lo que podía haber pasado con George y por eso estaba asustado, porque no le olía nada bien, porque algo se le escapaba y él, que nunca había querido complicarse la vida demasiado, estaba viendo como en un abrir cerrar de ojos, todo se estaba yendo a la mierda.
Ray B. Smith la vio llegar al edificio del Hoover y esperó. Sabía a lo que venía, tenía un cadáver qué ver y George seguro que tenía algo interesante que mostrarla en su muerte y por eso Ray esperó, porque ahora ella tenía que ver el cadáver y luego, cuando acabara, seguro que tendría respuestas para Ray y así el trato sería mejor, información para ella, información para él. Ray tenía el sobre y tenía una idea y en cuanto pudiera se largaría de allí y olvidaría todo este maldito asunto. Había mirado lo que contenía el sobre. Le había echado una buena ojeada y no entendía bien cuál era el problema. Más fotografías, esta vez eran de otro lugar y las había mirado bien y bueno, también esta vez al fondo del paisaje se veía algo, pero no había tenido tiempo de hacer nada más y tampoco quería hacerlo. Se libraría del sobre y concluiría el asunto, que ella hiciera lo que creyera oportuno, él terminaría ese mismo día con todo este asunto y se alejaría para siempre de allí. Pensaba que no quería acaba igual que George, joder, pensaba en cómo coño lo hicieron.


Scully ha entrado en el Hoover y se ha dirigido directamente a hablar con Skinner. Se ha pasado las horas de avión pensando en Mulder y en su cabreo en plan niño intentando defenderse de algo que no era tal y como él pensaba que era y le ha estado dando vueltas hasta que la ha empezado a doler la cabeza, pero eso no ha evitado que siguiera dándole más vueltas y luego ha empezado incluso a arrepentirse de haberlo hecho, de haberse metido así en su cama y diablos, no puede dejar de pensar en ello, en él y en ella abrazados y en que no tubo ningún miedo a la hora de hacerlo y recuerda el momento de estar sola en su cama, pensando en todo eso en lo que llevaba pensando días y en él y ella y en el destino y en la realidad de estar solos y no querer estarlo y sabía que si se metía en su cama, no habría nada malo en ello y sabía que lo necesitaba tanto que no quiso pensar en el luego y que los dos se encargarían de pensarlo o de hablarlo y maldita sea, no imaginó que él se cabrearía y eso ahora la hace meterse en el ascensor y no mirar a nadie y no fijarse en nadie y llegar al despacho de Skinner y entrar con tan mala cara qué Skinner la pregunta que si está bien y la respuesta fácil de siempre "Es que no he dormido muy bien Señor" y bueno, hablan del caso, lee la nota, se guarda una copia, se despiden y ella se marcha a hacer la autopsia de George Bishop, porque así se llama, que acaba de ver el informe y las fotos y si que es el tipo tan raro aquel que les dio las fotografías y esto la huele mal y piensa en que Mulder está muy lejos y piensa en qué estará haciendo ahora.

ARKANSAS

Mulder ha pasado la mañana en el despacho del Sheriff escuchando historias de pesca y entre medias algo de lo que pasó cuando aquellos campos de maíz se quemaron y no ha sacado nada en claro, excepto que el sheriff es un verdadero experto en pesca, que prefiere la mosca a cualquier otra técnica, que su hijo es un famoso abogado en Los Ángeles, al cuál casi nunca ve y mejor así porque no le aguanta y también, ha logrado saber que los Agentes que vinieron decían ser del FBI y aseguraron que lo que allí se sembraba era una nueva especie de maíz alterado genéticamente (hasta ahí vamos bien, pensó Mulder) y que todo ello formaba parte de un amplio estudio del gobierno para conseguir una planta de maíz mucho más resistente a cambios climáticos y plagas y que el incendio había sido un accidente, pero que como el estudio ya había acabado, aprovecharon el incidente para, en esos días que siguieron al incendio, en los que no paraban de llegar camiones y gente extraña, encargarse de limpiar el lugar y así cerrarlo y dejar de dar motivos de preocupación a las gentes del lugar. El sheriff le dijo a Mulder que le pareció sospechoso que no dejaran absolutamente nada allí y que le días más tarde no recibiera ningún informe o copia de él por parte del FBI ni de ninguna otra Agencia. Mulder le preguntó si no se había interesado en llamar para pedir la información y el sheriff entre risas le dijo que claro que sí, que durante días estuvieron hablando con personal del FBI y demás y que no lograron saber nada, ni los unos, ni los otros y que dejaron de insistir porque aunque sean gente de pueblo, saben perfectamente "cómo se las gasta esa maldita gentuza del gobierno" y que si no querían que se enteraran qué era lo que habían estado haciendo allí, no se enterarían por mucho que se pasaran el resto de su vida intentándolo. Mulder, por supuesto, sonrío irónicamente al oír semejante comentario.
Horas más tarde él, Nelson y un policía llamado Melvin, que no se parecía en nada a Frohikie y que se quedó algo extrañado cuando al presentarse a Mulder y decir su nombre, este le miró con una sonrisa rara que no venía a cuento, se dirigían hacia un pueblecito a varias horas en coche, en el que un amigo de un amigo de Nelson le había asegurado unos días antes que hacía unos años a ellos les había pasado lo mismo en un paraje cercano al pueblo, que alguien había estado sembrando allí maíz y que luego habían abandonado el lugar. La diferencia era que, esta vez, le aseguraron que si que habían dejado evidencias y restos de materiales y construcciones.
El coche de policía iba a toda velocidad por la carretera y Nelson gritaba y bromeaba con Melvin. Melvin conducía y a su lado iba Mulder intentado ignorar los gritos de Nelson que estaba sentado atrás el cuál iba disfrutando de esto de veras y Mulder pensaba que debía de aburrirse mucho y que Melvin también debía de aburrirse mucho. Había sido una mañana horrible y no había conseguido prácticamente nada y esperaba lograr ver algo más en ese pueblo y se sentía como un gilipollas ahí sentado con Nelson gritándole al oído y Melvin acelerando en todas las malditas rectas y joder, no quería pensar en ella y en su manera de mirarle esa mañana en las escaleras del motel. Aún le duraba la sensación de vértigo que le produjo verla mirarle, preocupada y decirle, bueno, no se lo dijo, pero él sabía perfectamente lo que le diría o bueno, tenía una ligera idea y no quería oír lo de que necesitaba un abrazo y que lo sentía o algo así, porque él también necesitaba eso, pero había otras muchas cosas más que necesitaba y no todas eran tan castas, aunque muchas sí y joder, creía que las cosas serían de distinto modo, que algún día iban a tener valor para hacer algo y al meterse en su cama, le hizo pensar que quizá era posible, que quizá lo sentían y lo querían ambos, pero luego esa mirada y entonces le vino el vértigo y le entró miedo, le entró mucho miedo.


WASHINGTON.

Los resultados eran claros: George murió envenenado. Por el informe y lo poco que en él ponía acerca dela vida de George, debía ser algo así como un espía de los bajos fondos y Scully pensó que si su vida era así, entonces lo de morir envenenado era algo así como un final esperado. Lo que no tenía muy claro era el momento en el que había podido inyectarle el veneno, porque la marca de la aguja estaba en su cadera izquierda y que se supiera no iba nadie con él en el coche en el momento de su muerte, pero resultó que había cerveza recién comprada, la hora en el ticket de compra encontrado en su coche lo demostraba y bueno, aunque no estuviera claro, podría haber sido el momento adecuado para su asesino de disimular un choque entre clientes dentro del drugstore y así inyectarle el veneno.
Se quitó los guantes y la mascarilla y luego se cambió de ropa. Al menos con la autopsia había logrado dejar de pensar tanto en Mulder y todo lo que había pasado. El volver a su rutina y concentrarse la había hecho dejar a un lado a Mulder y concentrarse en George. Cogió los documentos y salió de la sala de autopsias. En el pasillo, caminando entre la gente, marcó el número de Mulder de nuevo. Le había llamado hacía media hora y no daba señal y hacía más de cinco horas que no habla con él y la preocupaba que estuviera deambulando por caminos perdidos, ahora que estaba anocheciendo, acompañado de lo que según Mulder, eran dos copias de Barney el amigo de Homer Simpson. La había contado, en los escasos tres minutos de conversación, que llevaba todo el día esperando que en cualquier momento le llevaran a la Taberna de Moe a conocer al resto de la pandilla y luego colgó y ella sintió como si la hubiera colgado aposta, como si evitara hablar con ella y ahora el teléfono está marcando su número y Scully caminando por el pasillo, esperando a oír su voz cuando algo la para, alguien la sujeta del brazo diciéndola un "Buenas noches Agente Scully" y ella aparta el teléfono y le mira y "Espero no interrumpirla, pero tiene que acompañarme un momento abajo". Es un tipo normal, y la habla como si la conociera y ella se queda mirándole y fijándose en la tarjeta que lleva en la chaqueta que es de las de "visita" y es tarde para seguir en el edificio con esa tarjeta y cuelga el teléfono y le dice que la disculpe pero que no le conoce o no le recuerda y él se presenta como Ray y la dice que es amigo de George y ella se pone tensa y él la calma y la dice que le deje explicarse y lo hace y la dice que claro, no le iban a dejar entrar con el sobre y él tampoco iba a arriesgarse y que lo tenía abajo, afuera, en su coche, que estaba cerca y que la calle estaba saturada de gente a esas horas y que no tenía motivos para asustarse. La dijo "Usted está armada, yo no" y a los pocos minutos los dos salían por la puerta del Hoover.


ARKANSAS.


Si Nelson y Melvin era peculiares el amigo del amigo de quién fuera que les habló del otro campo de maíz era aún más peculiar. Había sido policía durante toda su vida y ahora que se acababa de jubilar había hecho lo que nadie imaginaba que era irse a vivir a una cabaña en mitad del bosque y dedicarse a cultivar marihuana en el sótano. Por supuesto que eso no lo sabía casi nadie, para el resto del mundo Charly, el viejo Charly, se pasaba el día dedicándose a hacerle fotos a los diferentes tipos de pájaros cantores que, en sus bonitas jaulas, ocupaban la mayor parte de la cabaña del viejo.
Cuando Mulder salió del coche aguantó las ganas de quitarle las llaves a Melvin y salir de allí haciendo ruedas, pero a cambio puso su mejor cara y se dirigió a la puerta de la cabaña. El viejo Charly tardó en abrirles y Nelson dijo que tardaría porque estaría dedicado a "sus pájaros" y tanto él como Melvin se echaron a reír poniendo caras que Mulder ni si quiera se preocupó de descifrar. La puerta se abrió y ey, el viejo Charly. Tanto Nelson como Melvin parecían conocerle bien y ya luego, cuando después de decirle que Mulder era un tipo de confianza, le explicaron su afición a ciertos "cultivos", Mulder se explicó que hablaran de un amigo, que conoce a otro a amigo y las risas bobas al hablar de "sus pájaros". Charly bromeó con lo de disimular olores y humedades y demás con esos malditos pájaros que le hacían la vida imposible.
Charly, les hizo sentarse y sabía que esta vez los chicos no venían a lo que solían venir, así que se limitó a ofrecerles café y luego, todos sentados en su salón, rodeados de todos esos pájaros y ese jaleo, les contó lo que había pasado hacía unos años. Afuera ya era de noche y Mulder al mirar por la ventana, y ver la oscuridad pensaba en si Scully habría acabado ya la autopsia y en si pensaba o no volver a Arkansas esa misma noche o si no pensaba hacerlo. Se levantó pidiendo disculpas y fue hasta un lateral del salón con el teléfono en la mano y esperaba que se lo dijera ella, que le dijera que llegaría en unas horas, pero no había cobertura, apretó la mandíbula, se quedó mirando el móvil durante unos segundos y luego regresó a su sillón y a su café y al "¿Por dónde íbamos?".


WASHINGTON.

El coche de Ray estaba aparcado justo donde dijo. Scully caminaba detrás de él, atenta a cualquier cosa rara y veía que Ray también estaba atento. La dijo que posiblemente fuera una locura lo de hacer el intercambio en plena calle y a la vista de todos, pero que quizá eso bastara para que quedara claro que él ya no tenía el sobre, si esa había sido la causa de la muerte de George y además, si les estaban siguiendo, entonces ¿Qué más daba que les vieran juntos si ya sabían que lo estaban?". A Scully todos esos argumentos la parecían pobres, pero la daba igual, lo importante era que la iba a entregar algo y que lo hacía a plena vista, sin tantos rodeos como tenían que hacer siempre en estas circunstancias. Llegaron al coche y Scully recordó que había colgado el teléfono y que Mulder no la había devuelto la llamada y Ray abrió la puerta y cogió algo de la guantera y se lo entregó. Era un sobre y ella miró dentro y había unos documentos y él la dijo que ya estaba, que ya podía irse y que hiciera el favor de olvidar su cara y luego se metió al coche y arrancó, dejándola en mitad de la calle con el sobre en las manos.
Luego Scully vuelve al Hoover y va hacia su despacho, esperando llegar para mirar las fotografías, aguantando las ganas de volver la llamar a Mulder. Apretando los dientes pensando en Mulder, conociéndole podía estar metido en cualquier lío a estas alturas. Clin. El ascensor suena y las puertas se abren y ella camina hacia el despacho. Fox Mulder pone en la puerta, saca la llave del bolsillo y al ir a meterla en la cerradura se fija en que la puerta está abierta, empuja despacio y entra. Nada, no hay nadie. Hace memoria y ella había cerrado y imagina que puede haber sido el personal de limpieza que suele pasar a esas horas, pero ellos nunca se olvidan de cerrar y sí, sí, hay algo que, decididamente, la huele sospechoso en todo este asunto. Va a la mesa de Mulder, enciende la luz y se sienta. Coge unos guantes y empieza a mirar las fotografías lenta y cuidadosamente.

ARKANSAS.

Ahora van los cuatro en una vieja camioneta de Charly. Mulder agradece que al menos, delante del viejo, esos dos se contengan y parezcan medio normales. El viejo no para de hablar, va conduciendo y les va relatando historias. Han sido muchos años como policía y ha visto de todo y cree que tiene derecho a contarlo. Mulder asiente por algo que le está diciendo en ese momento acerca de una anciana que se fugó de un sanatorio y mira por la ventana, hacia la oscuridad, hacia los árboles y luego mira al frente. El camino de tierra ha dado a otro camino asfaltado que parece medio transitable y las luces del coche iluminan poco entre tanta negrura y Charly les dice que por estos caminos no hay que ir deprisa porque abundan los ciervos locos y ha visto muchos accidentes a causa de ciervos locos en toda su vida, como para querer correr por allí al volante y Nelson entonces comenta que una tía abuela suya murió por ese mismo motivo y Melvin le pregunta que si la atacaron los ciervos locos y Charly ríe y deja de mirar la carretera para girarse y mirarles a ellos y Mulder siente ganas de gritar y mira al frente esperando ver aparecer en cualquier momento un maldito ciervo y gracias a Dios que en seguida Charly vuelve a mirar al frente y escuchan como Melvin le pregunta a Nelson que si la vieja loca que se fugó del sanatorio también era tía abuela suya.
Un rato después llegan a su destino. Dejan la camioneta en un lateral de la carretera y cada uno coge una linterna de la parte de atrás. El terreno es escarpado y tienen que bajar unos metros por un pequeño cañón. Al llegar abajo Charly levanta la linterna y señala al frente diciéndoles que es allí, que está justo ahí delante y Melvin le dice que no ve nada y Nelson tropieza y se echa a reír pidiendo ayuda para levantarse y Mulder sigue hacia delante ignorandoles, con la linterna en su mano, que alumbra solo unos metros por delante. Les deja atrás, llega al borde de la arboleda y encuentra algo parecido a un terreno yermo. No hay sonidos alrededor. Alumbra al frente y le extraña, le extraña no oírles porque llevan horas sin callarse, sin dejarle en paz. Cuando hay silencio es que ocurre algo. Piensa que están en mitad de cualquier sitio y que realmente no sabe quiénes son esos tipos con los que ha llegado hasta allí.


WASHINGTON.

Las fotografías son de un cadáver. Lo primero que hace Scully es fijarse en todos los signos que haya en el cadáver y que ella puede distinguir como forense. Asesinado. Hombre, treinta y tantos, parece estar en el suelo de algún cuartucho. No hay signos de violencia y por el aspecto del cadáver, no debe llevar mucho tiempo muerto. Examina las fotografías por todos lados y nada. Examina el sobre. Nada tampoco. Se echa hacia atrás en la silla, con las manos hacia los lados, los guantes aún puestos, intentando sacar algo en claro de todo este asunto. ¿Quién será? ¿Porqué la ha entregado las fotografías? Mira al techo y ahí están: los malditos lapiceros. Coge su móvil y lo mira. Nada, nada de nada. Se vuelve a poner recta en la silla y coge las fotografías y las vuelve a examinar. Algo tiene que haber. Se fija en el suelo, en la ropa, se fija en un trozo de pared. Coge otra fotografía y lo mismo, coge otra y espera, la deja y coge la de antes y se fija. Abre un cajón de un lateral de la mesa y saca una lupa. En la fotografía se ve lo que parece una carta de menús de una cafetería, se fija en el nombre y en el logotipo y no puede creerlo. Esa cafetería está cerca del Hoover. Se levanta, guarda las fotografías y sale corriendo. Espera nerviosa al ascensor, espera nerviosa a que luego el ascensor suba y luego sale corriendo por la puerta y cruza la calle, una manzana más allá, en la parte baja de un edificio de oficinas está la cafetería. La policía rodea la entrada, hay gente alrededor. Luces de los coches de policía, sirenas. Oye a la gente comentar algo de un asesinato cuando pasa entre ellos. Enseña la placa y la dejan pasar. Agente Scully, FBI. ¿Qué ha pasado? La cuentan que han encontrado el cadáver de un tipo en el cuarto de la limpieza, que no saben más, que nadie sabe quién es. La indican por dónde ir para llegar al cuarto de la limpieza, la dejan pasar y sí, es él, es el tipo que sale en las fotografías. Es él y es el lugar, joder, lo de que la olía mal era una cosa, pero encontrarse con esto es otra muy distinta. Ese hijo de puta del sobre seguro que hizo las fotografías después de encargarse él mismo de matarle. Piensa en contárselo a Mulder, piensa en qué está pasando y si está en peligro y porqué las fotografías y porqué no la hizo nada cuando la llevó al coche y joder, la puerta del despacho estaba abierta cuando volvió y sale del cuartucho dejando allí el cadáver, dejando al resto de policías detrás y sale a la calle y hay mucho jaleo ahí fuera con tanta gente y agentes y sirenas y mira al cielo e intenta respirar y calmarse y entonces cae el la cuenta de que no sabe nada de Mulder. Cae en la cuenta de que realmente no sabe nada de Mulder desde hace horas y se queda paralizada y piensa en porqué está ella en Washington y en aquella nota en el cadáver dirigiéndose a ella y luego en ese tipo sacándola del edificio con una excusa y entonces la parece que lo de la nota seguro que también fue una excusa, que si era una venganza o si se querían quitar de en medio a esos tipos, podían haberlo hecho al estilo de siempre, sin nota, sin nada y piensa en todas las veces que les han manipulado y ahora está realmente asustada, ahí, delante de una cafetería que ella y Mulder han pisado varias docenas de veces en estos años, rodeada de policías y de gente y imagina la noche en Arkansas y esos bosques y esos pueblos tranquilos y recuerda la tarta sentados en la mesa de la puerta de la bolera y no quiere, por nada del mundo, pensar en la noche anterior cuando dormían juntos.


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CUARTA PARTE (FINAL).

WASHINGTON.

Skinner ha bajado casi corriendo al enterarse. Se ha puesto la chaqueta y se ha arreglado la corbata y ha bajado todo lo rápido que ha podido. Ha cruzado la calle y ha caminado y ha llegado al lugar, todo lleno de policía y ha visto de lejos al Agente que le había avisado, saludándole con la mano, haciéndole señas para que se acercara. Le cuenta que no conocen al tipo, pero que todo está bien. Más o menos todo el personal del FBI ha ido alguna vez a esa cafetería y Skinner conoce al dueño y se ha preocupado cuando este le ha llamado y es muy raro que ocurra algo así tan cerca del Hoover y la gente parece asustada y Skinner se fija en la cantidad de gente que hay agolpada en los alrededores y mira la puerta y en ese momento ve salir a Scully y deja de oír lo que el Agente le está contando y ve que ella parece preocupada y se pregunta si tendrá algo que ver con todo esto y le dice al Agente que le disculpe y se acerca a Scully y la toca un hombro y ella le mira y esa mirada lo dice todo. Ella va a decirle algo pero se calla, aguantando las lágrimas y entonces coge aire y le dice que no sabe nada de Mulder desde hace horas y Skinner lo entiende y la pregunta, señalando a la cafetería, que si todo eso tiene algo que ver y ella asiente y le dice que sí, pero que aún no sabe muy bien cómo relacionarlo. Le dice que alguien ha entrado en su despacho y en el Hoover y que posiblemente es el mismo que ha matado el hombre de dentro de la caferería y Skinner la dice, que espere un momento y se aleja y ella le escucha decirle al Agente al mando que manden una unidad al despacho del Agente Mulder y que ponga al Hoover en alerta porque alguien ha entrado y puede ser el asesino y entonces Scully se lleva un susto de muerte porque nota que algo se mueve en su mano y maldita sea, es el móvil, lo ha llevado en la mano todo este tiempo sin darse cuenta y mira y casi se la saltan nuevamente las lágrimas porque ahí pone que la llama Mulder y descuelga el teléfono, temiendo lo que pudiera oír al otro lado.


ALGÚN LUGAR A LAS AFUERAS DE WASHINGTON.

Un coche para junto a la única farola que funciona en casi toda la manzana. Es una zona casi desierta de edificios y tiendas abandonados. El coche para y baja un tipo normal que podría pasar incluso por buena persona por su aspecto. Cruza la calle y se acerca al otro lado. Junto a la pared, levemente iluminado por la luz del otro lado, le espera otro tipo. Los dos se miran entre las sombras. El que acaba de bajar del coche extiende la mano para entregar un sobre, el otro lo coge y no le dice nada y luego ve cómo este se da la vuelta despacio, cruza, abre la puerta del coche y se mete dentro. Enciende la radio, arranca tranquilamente y dando la vuelta se marcha por donde ha venido. Otro trabajo bien hecho. El otro tipo, el que se ha quedado, se guarda el sobre en el interior de su chaqueta. Se enciende un cigarrillo y comienza a caminar en la oscuridad. Sus pasos en mitad de la calle desierta. El humo entra en sus pulmones y puede que eso sea lo único que le guste de estar vivo en este mundo. Mira al cielo, en la ciudad no se ven casi estrellas y luego sigue andando.


WASHINGTON.

Skinner estaba hablando con el Agente y se ha girado para mirar a Scully y la ha visto coger el móvil, ve como habla con alguien y como se tapa el otro oído con la otra mano para escuchar mejor. Se aleja mientras habla y la sigue con la mirada, viendo cómo cruza la calle y ve que se queda allí hablando. Luego alguien habla a su lado y la voz le resulta familiar, es el dueño de la cafetería que ha salido a hablar con él. Skinner le calma. Es un asunto del FBI, todo está bajo control, no se preocupe.


Scully con el móvil al otro lado de la calle. Su voz. No podía creerlo, era su voz. Al principio, cuando le oyó, incluso pensó en un secuestro y qué él se encargaría ahora de decirla lo que los secuestradores querían o algo así, pero no, era su voz y parecía estar bien. La dijo:

M- ¿Scully? Ey Scully, soy yo, soy Mulder, ¿Me oyes?-y ella le dijo que sí, pero no le oía muy bien y se alejó de la puerta de la cafetería y le iba a preguntar que si estaba bien pero él la decía que lo sentía, que no había cobertura en ese maldito lugar y ella ahora ya no recordaba que hacía unos segundos estaba apunto de echarse a llorar y la dijo -No sabes cuánto echaba de menos hablar con alguien normal, Scully. Esto ha sido Kafkiano ¿Sabes? He conocido a los amigos de Nelson- y ella ahora sonríe y recuerda que Mulder apostó que Nelson tenía más de cuatro años cuando le conocieron el día anterior y le pregunta:

S- ¿Y van todos al mismo colegio?- y le escucha reír al otro lado y eso la hace inmensamente feliz.

M- Creo que sí- y luego la dice - No hemos encontrado nada, Scully, allí no había nada más que cabañas viejas. Solo cabañas viejas- y ella lo siente por él y él la dice - Dios Scully, estábamos en mitad de la nada y no se les ocurre otra cosa que sentarse en silencio y ponerse a fumar hierba!! Como no había nada que hacer allí, se sentaron en el suelo y la verdad es que no sé porque me extrañó.. vaya tres Scully. Me dieron un susto de muerte.

Ella calla porque no sabe qué decir y está tan confusa aún que no le dice todo lo que ha ocurrido en Washington y él la dice:
M- Voy al Motel y luego cogeré el primer vuelo para Washington.

S-Bien, bien- Le contesta ella, deseando que él no deje de hablarla, saboreando cada palabra y él piensa en que algo raro pasa y la pregunta:

M- ¿Estás bien Scully?- y ella claro, ahora piensa en que tiene un montón de cosas que contarle y él sigue -¿Está todo bien?

Ella le cuenta lo que ha pasado y lo del Hoover y lo del tipo de la cafetería y le dice que cree que pueden habérsela jugado otra vez y que no sabe en qué sentido y que estaba preocupada por él y temía cualquier cosa y él la dice que no se preocupe, que sea lo que sea, no tiene nada que ver con él porque su vida por Arkansas no ha tenido nada de rara, a parte de las rarezas de Nelson y compañía y que teniendo en cuenta que han entrado en su despacho, que algo querrían y que si la hicieron volver a Washington sería por algo y que lo que le preocupaba ahora a él era ella y que tenían que averiguar que habían cogido del despacho, la dijo "¿Había algo interesante que pudieran querer Scully?" y ella piensa y no recuerda nada, le dice que había llevado los informes de las autopsias, pero que si era por eso, en la cafetería de enfrente tenían otro cadáver con, probablemente, las mismas causas de muerte y Mulder la dice que bien, pero que algo tiene que haber y ella le cuenta que ahí al lado tiene a Skinner y que ya ha puesto en alerta a todo el Hoover y Mulder la dice que así mejor, que no se separe de Skinner y que no tardará más de un par de horas en llegar y la dice "Te llamo en un rato" y la cuelga y ella, aprieta el teléfono y cruza la calle para hablar con Skinner que la está esperando preguntándose con quién habría estado hablando.

ARKANSAS.

Resultó que Mulder se había llevado un buen susto. Se había girado en medio de la oscuridad alumbrando con su linterna, sacando su arma y temiendo cualquier cosa y comenzó a caminar, pisando hierba seca, con los brazos extendidos, arma y linterna apuntando hacia delante, pulso acelerado y oscuridad. Alumbraba hacia un lado y luego hacia otro y avanzaba lentamente y entonces comenzó a escuchar algo y le extrañó de veras que parecieran risas. Siguió avanzando en esa misma dirección y no tardó en alumbrarles, allí, en mitad del campo, sentados en círculo en el suelo, riendo en voz baja. Al verse alumbrados comenzaron a instarle para que bajara la linterna. Le decían "Ey ¿Quieres dejarnos ciegos?" y él se acercó y se quedó parado mirándoles con cara de no poder creérselo y les dijo algo así como "¿Qué diablos hacéis aquí? Me habéis dado un susto de muerte!!" y ellos se echaron a reír sabiendo que la situación no era para menos después de haberle dejado solo allí delante y le invitaron a sentarse y no se sentó y le dijeron que pensaban que era de esa clase de hombres que no se asustan en la oscuridad y él les contestó no acostumbraba a serlo pero que su vidente personal le había dicho que debería tener cuidado con los desconocidos y los lugares extraños y que por un momento creyó iba a ser secuestrado por alguna secta sodomita y bueno, después de bromear algo más, ellos se quedaron ahí y él decidió ver si podía encontrar algo en ese campo desierto y con la linterna y la pistola ya en su funda les dejó atrás. Estrellas en el cielo y oscuridad, su linterna hacía que sus ojos no vieran nada a su alrededor que no estuviera alumbrado y caminar en mitad de ese campo lleno de socabones no era nada fácil. Vio una vieja cabaña de solo una habitación y se acercó y se metió dentro, pasando por el hueco de lo que debió se la puerta. Nada, no había nada dentro. Al lado había otra y lo mismo. Esto no tenía nada que ver con esas colmenas blancas que aún le quitaban el sueño. En una cabaña encontró trozos de maíz secos de hacía años y trampas para zorros y suspiró al ver que nada de lo que había por allí era lo que esperaba. Salió de una cabaña, pisando con cuidado al bajar al suelo y vio que el viejo Charley estaba fuera esperándole. Le preguntó si había encontrado lo que buscaba y luego le dijo que lo sentía al decirle Mulder que no. Le dijo que sentía si le había hecho perder el tiempo, pero que él no tenía ni idea de que allí no iban a encontrar más que cabañas vacías. Los dos miraron las cabañas y el campo y la oscuridad y luego miraron al cielo. "¿Sabes hijo?" le dijo el viejo Charley "Hacía tiempo que no veía en nadie esa mirada" y Mulder dejó de mirar las estrellas para mirar al viejo Charley y este siguió diciéndole "Pero no todo en la vida es buscar.... No todo es buscar" y se lo decía sin dejar de mirar al cielo y Mulder le entendía y hubiera querido decirle muchas cosas y volvió a mirar al cielo sin decirle nada, pensando en Washington, en que estaba muy lejos de allí. Se metió la mano en el bolsillo y sacó el móvil y nada, allí tampoco había cobertura.


WASHINGTON.

Ya ha amanecido y Mulder entra en el despacho de Skinner. Scully le dijo por teléfono que le esperarían allí. Habían hablado unas cuantas veces más aquella noche. Tanto él como ella tenían una sensación rara y necesitaban de alguna manera hablar. Hablar más porque se habían preocupado y a ambos les sabía mal el no haber hablado durante todo el día anterior casi nada y haber colgado enseguida y no haber insistido lo suficiente o haber vuelto a llamar. Hablaron cuando Mulder llegó al aeropuerto en Arkansas, hablaron antes de que saliera el vuelo y hablaron en cuanto él aterrizó en Washington. Scully le había ido contando novedades. Del despacho solo faltaban las fotografías. Todas, hasta las originales. Eso no era suficiente porque eso no explicaba mucho, ni era justificación para dos asesinatos, pero habían visto cosas más raras y bueno, les habían visto hacer cosas más raras por lo que en un principio, parecían motivos menos justificables. Contaban con que no tenían todas las respuestas y con que si habían hecho todo esto era por algo más que unas fotografías, pero no sabían porqué y suponían que nunca lo sabrían. Ahora todo estaba en calma. Habían puesto el Hoover patas arriba porque incluso saltaron las alarmas entre algunos en cuestión de terrorismo y temieron por unos momentos que se tratara de alguna otra clase de ataque, ahora que hasta encontraban muertos en la cafetería donde iban a desayunar tantos Agentes del FBI, todo era posible, pensaron algunos. A fin de cuentas, mirado desde cierto punto de vista, era como si se hubieran encontrado un cadáver en el cuarto de baño de alguna planta del mismísmo Hoover.
Mulder entra y Scully que estaba sentada se levanta sin pensarlo. Mulder la mira y puede ver en su cara aún la preocupación. Skinner le saluda y le dice que se siente y él se acerca al lado de Scully no sabiendo si abrazarla o no y la ve sentarse y se sienta a su lado y la mira y ella le mira a él y los dos miran a Skinner. Hablan del caso. Skinner está cabreado porque conoce al tipo de la cafetería, porque han puesto al Hoover en alarma y hay un montón de Agentes que se han pasado la noche mirando debajo de todas las malditas sillas del FBI buscando algo fuera de lo común, está cabreado porque había dos cadáveres y poco más, porque por unas fotografías se fueron hasta Arkansas para no averiguar nada y porque por unas fotografías, porque no encuentran otro motivo, se ha montado la que se ha montado y les mira muy serio y les pregunta qué qué diablos había en esas fotografías y Scully le comienza a explicar lo de los campos de maíz cuando Skinner la corta y la dice que eso ya lo sabe, pero que quiere saber si había algo más, algo que se les escape y Mulder le dice que ese es precisamente el problema, que no saben qué más podría haber en esas fotografías y que lo siente, que ellos saben lo mismo que él y que no tienen ni idea de cómo ha pasado lo que ha pasado. Skinner les pregunta que si eso es todo y Scully se muerde los labios y Mulder la mira y luego mira a Skinner y le dice que siente decirle esto, pero que a veces, hay determinados tipos que quieren algo y que no les importa como conseguirlo, que no sabe el verdadero motivo de lo que había pasado, pero que les habían utilizado para conseguir algo, que habían vuelto a ser manipulados y bueno, por lo que parecía, esta vez se habían salido con la suya y Skinner le mira muy serio y le pregunta "¿Esta vez?" y Mulder mira a Scully otra vez y responde "Esta vez". La reunión termina. Queda por acabar la autopsia del último cadáver y preparar el informe. Mulder deja salir a Scully primero y los dos caminan por el pasillo. Alrededor el resto del mundo y ellos caminando juntos sin mirarse, rozándose los brazos, callados. Ambos están preocupados. Todo se ha complicado. Tienen dos cadáveres, han sido manipulados de nuevo y en realidad no saben qué ha pasado. Se han llevado un buen susto con todo esto y encima, han dormido juntos. Han sido un par de días difíciles.

Mulder va a ver a los chicos por si ellos saben algo o por si pueden facilitarle alguna fotografía de satélite del lugar. Le comenta a Frohikie que conoció a un tocallo suyo que no se parecía mucho a él, que era más alto. Los chicos viven en ese lugar mezcla de trastero y hogar. Sus vidas rodeadas de tecnología y publicaciones. Mulder habla con ellos y piensa en lo mucho que él se parece a ellos, piensa que en su vida tampoco hay línea que separe el trabajo de todo lo demás. Cree que quizá eso sea todo. Les mira y les escucha y piensa. Conspiranoía y oscuridad. Su vida es así y ahora sonríe al pensarlo.

Scully haciendo la autopsia, rodeada de azulejos blancos, muebles metálicos, silencio, esterilidad, todo frío y muerto a su alrededor. Lleva dos días sin dormir mucho y aún así sabe que no podría dormir si lo intentara. Piensa que la última vez que durmió fue a su lado y eso hace que se la acelere el pulso. Acaba la autopsia y recoge los utensilios. Metal sobre metal, guantes de goma y mascarilla y silencio. Sus pasos sobre las baldosas. Piensa en que deberían hablarlo, pero no sabe cómo. Luego, el resultado de la autopsia. Mismo veneno, mismo método ¿Mismo asesino? Supone que le seguiría a la cafetería y que este entraría allí por algo, ya fuera café, comida o ir al baño. Se pregunta qué haría allí, tan cerca del Hoover y lo sabe. Llama a Mulder y hablan. Ella toqueteando un libro que hay abierto sobre una mesa y él alejándose un poco de los chicos y sus aparatos para oírla mejor. Ella rodeada de azulejos blancos y él en esa especie de trastero oscuro. Están de acuerdo. Probablemente el tipo pensaría seguir a Scully para hablar con ella o para darla más información y alguien se enteró y decidió ponerle remedio. Cuelgan sin despedirse y sin decirse nada más.

Unas horas después Scully llama a Mulder para que vaya a su casa. Tenían que hacer el informe. Abre la puerta y se sonríen. La mesa del salón llena de papeles. Ella le enseña el resultado de la autopsia y él lo ojea aún sin sentarse. Luego miran algún documento más y se sientan y hablan y hablan de que esta vez lo han vuelto a hacer y no saben quién habrá sido y las fotografías del satélite no mostraban nada raro y los chicos no sabían nada más y la mandaban saludos y luego él se levanta a por un refresco, abre el frigorífico y lo coge sin dejar de hablar y ella le mira y se levanta y se apoya en la mesa grande de la cocina. Él de pié frente a ella, abre el refresco y bebe y sigue hablando y ella le mira y nada la parece más sexy y piensa que él siempre había necesitado que le esperaran. Lo sabe, sí, él necesitaba que le esperaran. Que le dieran tiempo para arreglar algo de su interior dónde guardaba su infancia y sus miedos y su soledad cuando Samantha dejó de gobernar su vida. Necesitaba buscar y ver por sí mismo y siempre supo que nada le detendría y nunca quiso hacerlo. Siempre la asombró su fuerza y su determinación y piensa que esperar tampoco había sido tan malo, piensa en decisiones y en años. Después de haber dormido juntos la situación podría parecer incómoda pero no lo es. Es algo íntimo, es como un silencio tranquilo que ninguno de los dos desaprueba, que los dos necesitan. Ella se metió en su cama y él se cabreó a la mañana siguiente. Durmieron juntos. Los amigos no se miran como se miran ellos.

S- ¿Crees que ahora es el momento de hablarlo?- le pregunta ella , apoyada en la mesa y él delante del frigorífico con una lata de refresco en la mano. Le dice - Lo de haber dormido juntos- y él se queda sin respiración y la mira y no le salen las palabras. -Mulder...- le dice intentando continuar y él la vuelve a cortar como ya hizo la otra vez y la dice:

M- Siento si fui algo difícil la otra mañana- y ella no se esperaba algo así y piensa que nada será normal en esta clase de conversaciones con él.

S- La otra mañana parecías dolido- Sus ojos azules, su pelo rojo.

M- ¿Qué esperabas?- La contesta y ya parece tenso y ella le dice lo que él no quería oír la otra mañana, le dice:

S- Lo siento.

M- No me digas que lo sientes Scully. Mierda, no me digas que lo sientes- y está nuevamente cabreado.

S- Mulder no es lo que tú crees- levantando algo la voz, por miedo, por verle cabreado otra vez y él se calla, deja en refresco en la mesa y la mira unos segundos, pensando.

M- Entonces explícamelo Scully... Dime qué significó para ti meterte en mi cama- directo, cabreado y lo ha dicho porque siempre se pone a la defensiva, pero también para cabrearla a ella, para hacerla hablar y lo consigue:

S- Mulder ¿Qué diablos crees que significó? ¿Crees que.... crees que ... ¿Cómo dijiste? ¿Meterme en la cama de un amigo? ¿Crees que solo somos amigos Mulder?

Él lo ha cogido al vuelo, acaba de entender el punto de vista de ella y siente que quizá ya lo sabía y que quizá ya lo sabía ella y ella le dice con miedo:

S- ¿Quieres quedarte a dormir conmigo?- Aguantando la respiración, sin saber muy bien cómo ha llegado a decírselo.

El beso es más suave de lo que ambos esperaban con tanta tensión. Él la ha mirado fijamente durante unos segundos, como intentando reaccionar o averiguar qué diablos debería hacer o responder a lo que le acababa de decir y luego se ha acercado y la ha besado y Dios ¿Estaba realmente pasando esto? y la ha mirado con sus labios aún rozando los de ella, respirando, notando como el pulso se acelera cada vez más, con sus manos sujetando su cara y su cuello, sintiendo los latidos de ella en su garganta. Ella nota el refresco aún en el sabor de sus labios, nota que su piel es más áspera en su barbilla y que está conteniendo parte del deseo y eso la provoca aún más. Otro beso. Labios y lengua y ya no piensan en nada que no tenga que ver con sus labios y sus cuerpos. Besos y más besos, aprendiendo y luego miradas, serias, febriles, dominantes. Él la sujeta con fuerza. Paran para respirar y mirarse y él mira hacia la blusa de ella y ella le mira y le deja desabrocharla, poco a poco, con la respiración acelerada, viendo cómo la desnuda, apoyada en la mesa, blusa y besos y dientes en el cuello y luego pantalones y él apretándose de nuevo contra ella, tan alto y luego ella le quita el jersey y se vuelven a besar mientras le desabrocha el pantalón y las manos en la espalda y las manos fuertes levantándola, apretándola contra él y ella apretándose a su vez y luego sábanas y más besos y él sobre ella y moverse a la vez y sus dedos en su nuca agarrándole y sus labios, rojos, sobre su piel.

Al día siguiente los dos frente a Skinner para presentarle el informe. Más serios de lo normal, aparentando normalidad. Skinner preguntando lo que tiene que preguntar y ellos respondiendo lo que saben, que es poco y no hay novedades sobre la persona que entró en el Hoover, las cámaras muestran a alguien normal y no hay datos sobre él. Cualquiera sabe. Alguien nuevo en el negocio o alguien hasta ahora oculto o vete tú a saber qué. Bajan al despacho mirándose en silencio. Ella en mitad del despacho de pié y él pasa a su lado y se sienta y la mira y ella se sienta enfrente. "¿Qué hay para hoy?" le dice y se sonríen y él mira lo que hay sobre su mesa y luego la mira a ella y la dice "Esta semana debíamos ir a hablar con aquella mujer del centro". Ella asiente mientras juega con sus dedos con algún papel que hay sobre la mesa y él la mira hacerlo y luego le dice "¿Nos vamos?" y los dos se levantan y salen y él cierra al puerta y ella le espera y se miran y sonríen. Ella agita sus llaves delante de él cuando llegan al aparcamiento. Cogen su coche, conduce ella. El coche por la calle y ellos sonriendo dentro. Luego ella le dice "¿Sabes Mulder? Creí que sería más difícil" y él sonríe y la dice "Se te subieron los colores al hablar con Skinner" y ella le mira y luego vuelve a mirar a la carretera y él la dice sin atreverse a mirarla "Estabas preciosa" y ella calla intentando no sonreír y pasan unos minutos sin decir nada y luego le dice "Espero que en algún momento deje de latirme tan fuerte el corazón".

FIN.