Fan fiction X Files (Expediente x) Californication... Sí soy así de Friki y estoy así de loca....

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sábado, 22 de diciembre de 2007

De cómo acabaron en aquél camino y de lo qué ocurrió después.

Todos los derechos son de la 1013 y la Fox y bla bla bla y yo solo escribo por escribir y porque me gusta.....

Torció la cabeza y levantó la mirada cuando él se acercó, llevaba su traje oscuro, su camisa azul y su gabardina. La sala de autopsias estaba llena de gente, todos ellos relacionados con el caso. Había Agentes del FBI, superiores, médicos, enfermeras y los policías que habían descubierto el cadáver.
Ella se estaba poniendo los guantes cuándo se hizo un silencio en la sala y supo, quizá más por costumbre que por instinto, que era él quién había entrado. Se giró y le vio acercarse sin quitarle los ojos de encima. Él, a su vez, se acercó directamente a ella, echando primero un rápido vistazo a la sala para tomar nota de quién había. Les miró y les ignoró yendo directamente hacia el fondo de la sala, dónde estaba ella. La dijo algo al oído, ella movió la cabeza para escucharle sin dejar de mirar al frente, él esperó su respuesta. Ella levantó la vista y le miró, seria, sombría, asintió, seguía preocupada y él resistió las ganas de besarla o tocarla. Respiró hondo, sentía la mirada de toda esa gente pendiente de ellos. Ella le seguía mirando sombría y Mulder se despidió con una sonrisa antes de girarse y marcharse. Ella no le sonrió, estaba preocupada y era su manera de decírselo. El resto del mundo podía verles hablar o mirarse pero no podía ver lo que pensaban, eso les dejaba un gran margen dónde jugar y esconderse.
Al día siguiente tuvieron que desplazarse a otro pueblo cercano. La investigación continuaba. Llovía. Conducía ella y él leía informes y bromeaba. Quería que ella dejara de estar preocupada y medio cabreada con él por haberlo vuelto a hacer, por haber vuelto a desaparecer durante casi un día entero sin avisarla. Siguiendo una pista con aquel granjero en mitad del bosque. Ella no le dijo nada, sólo tuvo que ver su cara cuándo apareció empapado, veinte horas después, sin nada que ofrecer, ningún avance, la pista era falsa. Mulder agachó la cabeza y apretó la mandíbula, luego levantó la mirada para verla de nuevo los ojos. La sonrió tristemente y la vio tan dolida que le dieron ganas de abrazarla y decirla que no pasaba nada, que estaba bien, que lo sentía y que no volvería a hacerlo, pero sabía que lo volvería a hacer, era su naturaleza y era horrible pero no era algo que pudiera cambiar tan fácilmente. Durante el día siguiente ella se siguió mostrando así con él. Si en vez de mostrarse tan preocupada y asustada, se hubiera mostrado cabreada, la solución habría sido más fácil: siempre conseguía hacer que se la pasara el enfado haciéndola sonreír. Ahora la hacía sonreír aún a sabiendas de que eso no lo iba a solucionar. "Esta vez no, así no".
Sonó un trueno tan fuerte que les hizo a los dos abrir la boca por la sorpresa y comenzó a llover tanto que Scully tuvo que reducir la velocidad porque casi no veían nada a través del cristal. Luego la tormenta pareció calmarse algo y dejó de tronar. Los parabrisas a modo de música, monótona, haciéndoles sentirse en mitad de algún otro momento ya vivido antes. La carretera, la lluvia, sus vidas. El tiempo pasaba y la lluvia no cesaba, el parabrisas, el ruido del motor. Él no había vuelto a decir nada y los dos sabían lo que estaba pensando el otro. Las gotas corrían por las ventanas como pequeños arroyos. Pasaron por encima de un puente, era grande y escucharon el sonido del agua de río al pasar, las montañas rodeadas de niebla. Luego la carretera atravesaba un bosque, la lluvia pasó a ser llovizna. Él la miró y le pareció el momento adecuado para decirla todas esas cosas que le quemaban por dentro. No se atrevía, no le parecía que eso la fuera a gustar a ella. "No, no metas la para otra vez". Ella sentía los ojos de él. Miraba a la carretera y le sentía mirarla. Sabía exactamente cómo la estaría mirando sin verle, eso la estremecía y la dieron ganas de echarse a llorar. "¿Cómo podemos conocernos tanto?" se decía y entonces le recordó, vio la imagen de él cuándo la devolvió su cruz de oro en aquel hospital, el corazón lleno, emocionada, al ver su cara, él había llevado su cruz durante todo el tiempo que ella estuvo desaparecida. Esa imagen y esa sensación se mezclan con el recuerdo de su cara, al aparecer veinte malditas horas después, mirándola, sin decirla nada, hubiera sobrado cualquier tipo de explicación y él lo sabía. Le hubiera abofeteado o gritado para hacerle saber de qué modo la había preocupado pero no hacía falta tampoco. Lo sabía. "Nos conocemos".
Siente como si la estuvieran apretando el corazón, la duele. Dios, la duele tanto que necesita alejarse aunque sea un par de malditos metros de él para continuar respirando así que gira el volante y se mete por un camino de arena a su izquierda, entre los árboles. Él no dice nada, sólo se sujeta poniendo las manos en el salpicadero. Continua por el camino hasta encontrar un llano dónde poder dar luego la vuelta. Frena y deja el coche en punto muerto, los parabrisas siguen moviéndose. Los dos se quedan callados. Ella mirando al frente y él mirándola a ella, esperando a ver qué quiere, qué pretende. Ella pone el freno de mano y sale del coche dejando la puerta abierta y él pestañea, apretando la mandíbula, preocupado por si le manda a paseo de una vez por todas y excitado ante una inminente discusión con ella, con sus ojos y sus labios frente a él.
Scully da unos pasos, sigue lloviznando y se tapa la cara con las manos. No sabe si gritar ahora o salir corriendo o volver al coche y abrazarle. Sabe que le habrá dejado asombrado por su comportamiento y que no la ha dicho nada porque teme meter más la pata, que quizá no sepa qué hacer. Nota cómo se la está mojando el pelo, escucha la lluvia contra el suelo, el motor del coche y el olor a tierra mojada. Nota el bosque alrededor y piensa dónde diablos pueden estar, quiere gritarle todo cuándo podría decirle y que sabe que no le dirá nunca y eso la ahoga y entonces lo siente, claramente, lo sabe y la sensación es tan fuerte que el deseo de rendirse por fin la vence. Sabe qué él está detrás de ella, esperando a que se gire y le mire. La ternura la mueve despacio. Lentamente se quita las manos de la cara, mira el paisaje durante unos segundos, memorizando el momento, luego se gira y le mira y puede sentir su tristeza y sabe que no podría evitarlo así que se rinde y le abraza y se echa a llorar. Él la abraza a su vez y la acaricia y respira hondo.
La lluvia cae y los parabrisas siguen moviéndose. Han seguido abrazados hasta que ella ha dejado de llorar, luego él la ha secado la cara con sus manos y ella le ha sonreído y él contento por verla sonreírle de nuevo ha soltado una carcajada que ha roto el silencio. Ella recuerda por qué estaba preocupada. Porque le quiere. Y da un paso hacia atrás y le mira. Y coge aire y se va a girar para no verle cuándo nota que él se vuelve a acercar y entonces le mira y le frena con un "No" y un "Joder" casi gritando, negando con la cabeza. Él frena, la mira, ahora si que está realmente preocupado. No sabe qué puede querer decir con ese No y solo acierta a decirla "Scully" esperando a que ella le diga algo más, pero ella está callada, mirándole. Saben que es un momento muy importante en sus vidas, determinante, saben que todo va a cambiar pero temen que sea en otra dirección, ahora podrían estropearlo todo. Ella sabe lo que quiere, lo sabe tan bien y desde hace tanto tiempo que decide no retrasarlo más y comienza a acercarse a él sin dejar de mirarle, tan seria que no deja lugar a dudas. Él lo entiende, sabe lo que va a suceder y abre los brazos para recibirla. Ella le toca con las dos manos y él la atrae hacia sí agarrándola de la nuca, cerrando los ojos y la besa bajo la lluvia. Sus chaquetas empapadas, no importa nada que no sean ellos dos y ese beso, no hay lugar para nada que no sean ellos, agarrándose fuertemente, el uno contra el otro. Olvidándolo todo, el mundo se detiene y quizá ese beso haya durado horas o minutos, no importa. Vuelven al coche sin decirse nada. Entran, cierran las puertas y se quedan callados, mirando al frente, la lluvia y el parabrisas marcando el tiempo. Se vuelven para mirarse y asegurarse de lo que les parece que acaba de pasar ha pasado realmente y se ponen en marcha. Confianza. Ella maniobra para dar la vuelta y regresar a la carretera. Todo está en calma pero entonces siente que este es el momento, que el momento es ahora y vuelve a poner el punto muerto y echa el freno de mano y coloca las manos en el volante apretando fuerte, cogiendo fuerzas. El parabrisas, la lluvia, los árboles, sus labios, su lengua, sus ojos verdes y su mirada triste en su cabeza y su corazón latiendo fuerte en su pecho "Yo....yo también.... te quiero" le dice sin mirarle. No sabe qué hacer entonces, no sabe cómo reaccionar ni cómo continuar. "¿Y ahora qué?" se dice a sí misma y con valor le mira y su cara es tan inexpresiva que se da cuenta de qué seguro qué estará pensando que si la ha oído mal y eso la parece tan gracioso, que se echa a reír, dejándole más perplejo aún. "Vaya dos" piensa y opta por volver a salir del coche y espera que él haga lo mismo mirando la puerta, con las manos en las caderas. Él tarda en salir, la mira desde el otro lado, la mira y sonríe, pensando que debe de estar bromeando o algo, no sabiendo porqué se ha echado a reír después de decirle lo que le ha dicho y no entendiendo el chiste rodea el coche acercándose a ella decidido a preguntarla que si está bien pero cuándo se planta en frente suyo y se dispone a hablar la vuelve a besar. "Creo que nos va a costar no hacerlo a todas horas a partir de ahora Scully" piensa. Ahora están los dos tomando conciencia de más detalles. Ella alzándose algo y él alzándola a su vez, la fuerza e intensidad del beso y sus lenguas, dulces, abriendo los ojos para mirarse, sintiendo el pelo mojado al acariciarse nucas y cuello. Mirarse a los ojos, pasando los dedos por el contorno de sus labios.
Luego, años después, los dos lo recordarían como algo impulsivo y tierno, recordarían la lluvia, mojarse rodeados de árboles con el coche en marcha, besarse con el corazón desbocado y lágrimas en los ojos. Recordarían dar ese paso sin saber claramente cómo habían llegado hasta allí o qué les impulsó definitivamente a enfrentarse con sus sentimientos, saltar ese abismo. "¿Cómo ocurrió Scully? Diablos, siempre pensé que nos besaríamos gritándonos en mitad de alguna estúpida discusión" la dijo un tiempo después. Recordarían también pasar el resto de camino algo cohibidos, sin saber cómo actuar, los dos bastante perdidos ante esa nueva vida. Decidiendo pedir que les llevaran la cena a la habitación. Cenar nerviosos y emocionados, sentados en la cama, con el pelo aún mojado, hablando de cualquier cosa sin importancia, sonriendo sus ojos, bebiendo directamente de la botella de vino por falta de copas, besarse por encima de los platos, con las manos sobre la colcha, aprendiendo esa nueva intimidad, disfrutándola, desvistiéndose poco a poco de rodillas en la cama con la habitación en penumbras. "Está pasando, no me lo puedo creer. Está pasando" pensaban mientras se desabrochan los botones de las camisas, mientras se besan y se miran y se acarician. Ella se deja tumbar y él sobre ella. La cena tirada por el suelo, la almohada, las sábanas, su pelo, susurros al oído, gemidos. Se quieren, se desean, están enamorados.

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