Fan fiction X Files (Expediente x) Californication... Sí soy así de Friki y estoy así de loca....

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sábado, 26 de enero de 2008

George, Ray, Nelson, Melvin, el viejo Charley y el ser algo más que amigos.

Todos los derechos son de la 1013 y la Fox y bla bla bla y yo solo escribo por escribir y porque me gusta.....


PRIMERA PARTE

ARKANSAS

Quizá ya lo sabía aquella vez, ya entonces, cuando se metió en su cama. Cuando ya fuera el sonido del colchón o el movimiento en este le hicieron despertarse, en mitad de la noche, para encontrarse con sus ojos y luego su pelo, sin saber aún qué pasaba, hasta que pasados unos segundos fue capaz de caer en la cuenta de que no era un sueño, que esta vez estaba despierto y ella, no podía creerlo, de verdad se estaba metiendo en su cama. Quizá ya lo sabía. Era como algo que siempre había estado ahí pero que nunca se atrevió a mirar directamente, pero lo sabía, bueno, quizá y quizá ella también.
La miró serio, demasiado pensativo como para ser feliz, porque no terminaba de entenderlo, porque ella había dicho ni una palabra, se había metido entre sus sábanas, junto a él, acercándose al trozo de la cama que ya tenía calentito, incluso creyó oír lo que le pareció un pequeño gemido de satisfacción al sentirse abrazada. Él la miraba mientras ella apoyaba u cabeza en la almohada. Ella ya estaba prácticamente dentro cuándo él abrió los ojos y ya estaba tumbada a su lado cuando logró comprender lo que estaba pasando, luego le miró muy seria, cogió su brazo derecho y se dio la vuelta sin soltarle, obligándole a girar con ella, a abrazarla, a pegar su cuerpo contra su espalda y aguantar la respiración por miedo a cualquiera de las miles de cosas que podrían ocurrir en ese instante que pudieran destrozar eso que estaba pasando, su cuerpo entre sus brazos, su gemido, su respiración tranquila, su calor y su olor suave delante a solo unos centímetros. No quería preguntarse porqué, no es que no hiciera falta, porque, bien sabe Dios que se moría por saber porqué ahora ella dormía entre su brazo y el colchón de su cama, era que prefería no preguntárselo porque se conocía y sabía que si empezaba a darle demasiadas vueltas, aquello se convertiría en algo cada vez más grande que acabaría por dar un giro completo a su visión actual de la situación de estar en el cielo, a pasar a una visión de seguro, mucho más oscura donde esto, lo que estaba ocurriendo, no era sino causa de algo malo que la pasaba, algo jodidamente malo, que la había obligado a meterse en su cama, o vete tú a saber, quizá tantos años de tensión y stress la habían convertido en sonánbula o bueno, cualquier escusa le valdría para sentirse mal y no dejar de darle vueltas y así no disfrutar de esto, de ella a su lado, tan calentita, tan suave, una noche como otra cualquiera de primavera, un martes, en un pueblo de Arkansas en mitad de las montañas, dónde hacen la tarta de fresas más buena que haya probado en su vida y dónde habían pasado una tarde sin nada de particular, dándose las buenas noches después de haber hablado el rato normal, después de haber tenido una cena de lo más normal.
Y claro que le iba a costar volver a dormirse. Eso no era lo importante. Lo importante en ese momento era que ella si que parecía haberse dormido. Respiración tranquila, ningún movimiento. Él al principio estaba muy tenso, no quería moverse, no quería estropearlo, fuera lo que fuera, pero ahora ya se había relajado y seguía con los ojos abiertos mirando su pelo y un trozo de hombro que lograba verla por la abertura de su pijama blanco de raso. Memorizaba ese pequeño pedazo de mundo que era para él ahora su hombro y se concentraba en la respiración de ella y en su pulso que notaba a través de su propio brazo sobre ella. Luego, al final, acabó por dormirse también y luego, varias horas después, volvió a despertarse por ella, otra vez, ella moviéndose en su cama. Él se habría movido durante la noche o quizá ella y ahora él se sabe bocarriba y ella moviéndose a su lado, abrazándole, rozando su hombro desnudo con su cara, quizá con sus labios. Abre los ojos y mira al techo. Aún hay muchas cosas girando en su cabeza como para acertar a sonreír. Hay algo de luz que entra por la ventana y hay que coger un avión a primera hora así que se deberían levantar ya, ahora. "¿Scully?" la pregunta con la voz aún ronca, despacio, casi susurrando y ella se mueve y él sabe que ahora está despierta y lo que es aún peor, que ahora sabe que él está despierto y la conoce y seguro que teme tener que darle explicaciones y que no querrá y la verdad es que eso no le importa, aún no las necesita, las necesitará, pero aún no, así que se mueve y se ladea y se queda mirándola y ella le mira y joder, todo parece tan normal..... y él se mueve y se levanta dejándola ver sus espalda al hacerlo y luego la mira, tan alto, delante de la ventana. Con sus manos se estira la cara y revuelve su pelo y bosteza, con la luz detrás de él, entre las rendijas de la ventana y el olor a cerrado, a ellos, totalmente despeinado, con su pantalón de pijama y señala el baño y la mira y mira el baño otra vez y la vuelve a mirar y "Voy a ducharme" y camina hacia el baño con ella mirándole desde la cama, aún bajo sus sábanas, viendo como él cierra la puerta y tras unos segundos el agua suena haciendo que la realidad la alcance y la haga, primero sentarse en la cama y luego mirar la ventana y la puerta del baño y luego la puerta contigua por dónde entró hace unas horas.
Cuando él sale de la ducha, con la toalla en la cintura, el pelo mojado, apretando la mandíbula, sabe que ella ya no estará allí. Deja la puerta abierta y la luz encendida del baño y avanza por la habitación dejando gotas de agua a su paso hasta quedarse de pie al lado de la cama, mirando las sábanas arrugadas. Respira, parado sin moverse, mirando la cama, viendo casi la imagen de ella y él hacía tan solo unos minutos ahí mismo. Aún no es capaz de sonreír.

Media hora después él espera sentado en unas escaleras que hay justo delante de las habitaciones. Espera sentado, con sus botas y sus vaqueros y la mirada perdida en algún lugar entre la pared del edificio de enfrente y él. No ha llamado a la puerta, ha salido y ha preferido sentarse y esperar a que ella saliera y le viera ahí esperándola. El problema no era que no supiera qué decirla, sino que no quería parecer ansioso o lo que fuera después de, joder, haber pasado la noche abrazados y por eso prefería dejarla un poco de espacio para ella misma y para que pensara o lo que fuera después de lo ocurrido y ella entre tanto, se ha duchado, se la secado el pelo, se ha maquillado un poco, solo un poco, sentada en la cama, se pone los zapatos, mientras piensa en todo eso que la cosquillea cada vez que respira. Con los dos pies en el suelo y las dos manos sobre la cama, se queda mirando la puerta que da a la calle y luego mira la puerta contigua y se pregunta si él la estará esperando o si habrá ido ya coger sitio en la cafetería para tomarse un café caliente en esas sillas de madera de nogal de la cafetería del Motel. Se levanta y va hacia la puerta contigua y coge el picaporte y respira y aprieta los labios antes de llamar con la otra mano, esperar unos segundos y luego abre al no escuchar respuesta. Mira la habitación desde la puerta, nada, mira el baño desde allí, asomándose un poco por si acaso, pero nada tampoco. Estará ya en la cafetería. Cierra la puerta. volviendo a su habitación y coge de una mesa sus llaves y su cartera, abre la puerta de la calle guiñando los ojos por el efecto del Sol y se queda un segundo paralizada al verle ahí. Le ve girarse sin levantarse para mirarla, como esperando que ella se acerque y ella ve sus ojos verdes y cierra la puerta y se sienta a su lado. Se miran y callan y "Hola", "Hola". Sonrisa de Buenos días. Luego algo hay que decir y de alguna manera hay que comenzar a decirlo pero no se la ocurre ninguna y a él tampoco y coge aire y le mira y mira al suelo y le vuelve a mirar y "Mulder....." y él la mira atento, esperando y lo ve en sus ojos, teme lo que vaya a decirle y no sabe cómo hacerlo o cómo explicarlo o si ahora es el momento de tener esa conversación que no han tenido en todos estos años y "Mulder... yo.." y él la corta, porque parece que iba a darle una excusa y joder eso le ha hecho tener pánico. La corta y la deja casi, casi con la boca abierta apunto de continuar, de comenzar con lo que iba a decirle, que podría ser cualquier cosa porque ella no sabe si es o no es el maldito momento y eso si que lo tiene claro, no sabe cómo hablar de esto con él, pensaba utilizar las mínimas palabras para no ahogarse en su propia respiración al dejar salir algo de todo lo que tiene ahí dentro latiendo desde hace años. La ha dicho "Si me vas a decir que lo sientes, déjalo Scully" y ella pestañea porque no imaginaba que él pudiera estar cabreado, pero lo entiende si eso es lo que él piensa y además ella pensaba empezar con algo así aunque luego vinieran muchas más cosas y bueno, ahora ya si que no sabe cómo continuar la conversación y le mira intentando centrarse en unas cuantas palabras, que puede que sean las indicadas o no o quién sabe, no quiere decirlo todo, quizá solo con abordarlo o rozarlo baste y mientras le mira y él, sin mirarla, mirando al frente, continúa "Somos mayorcitos" y ahora parece realmente cabreado y ella piensa en que a veces, cuando se cabrea, parece un niño y él la mira para decirla "Te metiste en mi cama Scully..." y ella solo es capaz de replicar a algo tan directo con otro "Mulder..." y él como intentando adelantarse a lo que teme que sea la dice "No te metas en la cama de un amigo con el que llevas años compartiéndolo absolutamente todo" negando con la cabeza, mirando al frente y la dice "Vámonos. Hay que coger una avión" y se levanta hacia su habitación a por sus maletas y ella le sigue y le agarra del brazo para frenarle, para que la mire y poder hablar pero él la mira y la dice "No quiero hablar de ello ¿De acuerdo? Quizá en otro momento" y ya dentro de la habitación empieza a coger sus cosas y ella le ha seguido hasta allí y no sabe cómo ha pasado esto, porque creía que aunque no fuera capaz de decirle muchas cosas, algo si que le diría, aunque fueran unas disculpas por haberse metido en la cama de un amigo con el que, según él, lleva años compartiéndolo absolutamente todo y piensa vaya Mulder, tú si que sabes cómo tener una conversación trascendental con una chica. Pensaba decirle algo más a parte de disculparse, claro que sí, pensaba explicarle porque lo había hecho y insinuarle algo de lo que les une y lo que, maldita sea, piensa en decirle Mulder, no te hagas el dolido conmigo antes de dejarme explicarme, antes de poder acercarme a decirte algo de lo que siento por tí y maldita sea, menos aún después de haber sido yo la que se ha metido en tu cama. Años compartiéndolo todo. Es una cama Mulder. Me conoces. Si me metí en tu cama es por algo.


WASHINGTON

Ella está viendo el atardecer por la ventana del salón del apartamento de él. Las únicas luces encendidas son las de la habitación, ahí está en penumbras. Se ha acercado a la ventana por la izquierda de la mesa y ha abierto con los dedos las rejas para poder ver mejor. Está esperando a que él acabe de vestirse. No quiere tener que ver otra vez cómo lo hace porque él tiene esa maldita costumbre y ella siempre lo soporta mirando hacia otro lado como si no pasara nada. Esta vez él se ha comenzado a quitar su pijama de cuadros cuando ambos estaban hablando en su habitación. Aún hacía gestos con sus manos explicándola Dios sabe qué, sacándose el pijama por los pies, cuando ella ha salido de la habitación sin oírle. Las nubes y el color anaranjado al fondo, entre los edificios de enfrente y ella oye los pasos de él en el salón. Sabe que está descalzo sin girarse y oye cómo se calza y ahora él se está abrochando la corbata en el salón, a oscuras, palpando, esperando que los años de práctica le ayuden. Joder, dice al equivocarse con el nudo y sigue intentándolo. Ella se gira y él la mira un segundo para luego seguir intentando anudarse la corbata a oscuras. ¿Estás bien? la pregunta y como no le responde y sigue igual con la corbata enciende la luz y la mira y algo ocurre y él lo sabe, pero teme preguntarla cuándo no tiene que hacerlo o hacer la pregunta equivocada o descubrir que en realidad está cabreada con él, así que se anuda la corbata y cuando acaba la sonríe y ella sigue allí de pie y él dándole vueltas a la cabeza, pensando qué más decirla o cómo hacerlo y ella comienza a caminar y pasa a su lado camino de la puerta y se para un par de segundos en silencio y él a punto de decir cualquier bobada por no saber qué hacer y ella le dice "Mulder....." y se gira para mirarle y vuelve a callar, como si ella tampoco supiera que pasa y él con los brazos a ambos lados, mirándola fijamente, expectante. Le ha venido a buscar a esas horas porque alguien llamó esta mañana al despacho y estuvo hablando con ella y quedó en volver a llamarla otro día para darles información y al final la ha llamado el mismo día. Sí, parece un tipo muy extraño y es raro que sea a ella a quién llamen y que ella se lo tome en serio porque siempre acaba por desacreditar a todos los pirados que intentan engañarles con promesas parecidas y puede que por eso esté tan rara, que solo se sienta fuera de lugar o demasiado metida dónde nunca estuvo o qué diablos, porque ha llegado un momento en su vida junto a él en el que ya no es un ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? sin ser exactamente un cómo, porque sabe cómo ha sido, sino que más bien es un cómo dejamos que pasara y cómo seguimos haciéndolo y porqué lo dejamos a un lado si es algo nuestro y piensa "odio que te desvistas delante mío" y y él la pregunta "¿Es porque esta vez la del soplo eres tú?" y ella sonríe y niega con la cabeza levantando una ceja y le dice que no lo sabe, que da igual, que no es nada y él insiste "Estás muy callada" y ella le dice "Mulder, en serio, da igual" y él levanta las manos bromeando con un "Me rindo" y salen del apartamento y una media hora de coche camino de una bonita cafetería en una calle casi desierta cerca del Hoover y un par de cafés y sentarse en el fondo dónde casi no se oye la música, ni al resto de la gente y llega el tipo y se sienta con ellos y les mira y ellos le miran y se miran y es un tipo raro y saca un sobre del bolsillo interior de su chaqueta y lo deja en la mesa sonriendo y aún sin decir nada se levanta y se va, como si llevara prisa o como si hubiera pretendido desde el principio hacer justo eso, llegar, entregar el sobre y no dirigirles la palabra y Mulder mira a Scully y Scully mira a Mulder y es él quién se encarga de hacer esas cosas. Coge el sobre, lo gira en sus manos para ver si tiene algo por fuera y luego lo abre cuidadosamente y mira dentro y saca unas fotografías y las mira, una por una y ella espera y luego le pasa las fotos y observa la cara de ella al mirarlas, esperando. "Habrá que comprobar si están trucadas" la dice cuando ella acaba. "Creo que se trata de más de lo mismo, pero habrá que comprobarlo" añade y ella asiente apretando los labios, sintiéndose algo decepcionada por acabar igual que siempre, pero ya tan acostumbrada que solo lo siente por él, porque aunque él esté más acostumbrado que ella, aún así, él siempre guarda esperanzas, él siempre lo ve de modo distinto. Caminan hacia el coche y ella se para y él se para y ella le dice que aunque a veces haya dudado de dónde estaba y qué hacía, hay otras que está muy segura de dónde está exactamente y que es una sensación rara y que cree que es por eso por lo que está así de rara hoy y él la dice mirando el sobre y luego mirándola a ella cuando habla "Yo... lo siento, pero no me lo planteo nunca... no sé, yo creo en lo que hacemos. Creo que estamos aquí camino de algún sitio y no sólo lo espero, sino que sé que sea dónde sea dónde tengamos que llegar, llegaremos y ...... y ¿Sabes? Creo que cuando lo hagamos entenderemos porqué ha sido así, porqué de este modo... las personas que hemos perdido, las que hemos conocido, las que hemos salvado, lo que sabemos ya y lo que sabremos.... creo que... eso, que estamos aquí para algo y sé que sea lo que sea este es el camino y no puede ser de otro modo". Su tono de voz lo ha dicho todo y ella no le dice nada más porque necesitaba esto, necesitaba esto de él, pero como no le contesta él teme haber dicho más de la cuenta "No sé si es lo que esperabas oír Scully" la dice comprensivo. "Sí, es solo que.... ya sabes..." le dice haciendo un gesto con la mano. "Ya" le dice él asintiendo con la cabeza, extrañamente feliz, extrañamente triste. "Vámonos o empezaré a decir tonterías" la dice y ella nota cómo casi se la sale el corazón del pecho y él continua caminando hacia el coche y es tarde y le lleva a casa y se sonríen en el coche antes de que él abra la puerta para salir y ella espera hasta que él sube las escaleras y se mete en su portal y luego a casa, a dormir unas horas antes de continuar con lo de siempre.

Un par de días después la fotos eran falsas, pero aún así había algo raro en ellas. Eran fotografías de unas extrañas sombras en el cielo que podrían pasar por Ovnis en pleno día en algún lugar de Arkansas. Las sombras estaban trucadas, pero lo que no estaba trucado era que al fondo se lograba ver, aumentando la imagen, algo parecido a construcciones ovaladas, blancas, colmenas blancas en mitad de un campo de maíz. Un campo de maíz en medio del bosque. Vaya, eso les sonaba de algo. La fotografía estaba hecha desde un precipicio en las montañas por lo que abarcaba mucha distancia. Tenían que saber dónde estaba.

Scully estaba en el baño de la tercera planta del Hoover, colocándose la chaqueta frente al espejo, cuando recibió una llamada del contacto, el tipo raro, hablaron sobre las fotografías, sobre lo que habían descubierto en ellas. El contacto no sabía a qué se refería porque las fotos se las había dado otra persona, la dijo que la volvería a llamar en cuanto supiera algo más y la colgó y Scully se quedó mirando el móvil y luego salió al pasillo, con su pelo rojo y sus tacones y fue directamente hacia el ascensor para bajar abajo a contárselo a Mulder. Diez minutos después, ya en el sótano, ella sentada sobre la mesa de Mulder, la llamaba de nuevo para decirla que el tipo que le encargó el trabajo llamaría a Mulder en media hora para decirle dónde fue tomada la fotografía exactamente y qué día y acto seguido la volvió a colgar.
Mulder sentado en su silla, jugando con su corbata, la mira sonriente cuando ella le cuenta los detalles. "¿Te gusta Arkansas Scully?".

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SEGUNDA PARTE


WASHINGTON- ARKANSAS.


En el avión él mira por la ventana y ella le mira y mira sus dedos juguetear con sus labios. Piensa en aquella noche, en el maíz y la luz blanca de esas colmenas o lo que fueran. Mira al otro lado, hacia el resto de pasajeros y luego levanta nuevamente la mirada para verle, para ver sus ojos cristalinos por la luz a través de la ventana. Fue a buscarla hasta el ártico. Lo hizo. Piensa en lo que aquel hombre les dijo un año antes de aquello, cuando ella estaba enferma. Les dijo que les manipulaban. Que su enfermedad les era útil, que así podrían manipularle. Desde entonces teme que sus vidas hayan estado ligadas a manipulaciones desde el principio. Aquella abeja en su nuca, aquella ambulancia preparada, esperando para llevarla al Ártico. Piensa en cuantas cosas más tendrían calculadas para ellos.
Luego él está leyendo la sección de deportes del periódico y la mira mientras pasa página y luego sigue con la lectura. Ella le ha visto mirarla y ahora le mira y mira sus dedos sujetando el papel y su jersey azul su cara cansada y comienza a decirle:

S- ¿Y si lo tenían todo calculado?- y él levanta la mirada, escuchando. Le dice- Desde el principio ¿Y si calcularon las posibilidades antes?-Ella muy seria, frágil y él lo piensa y no sabe muy bien a qué viene la pregunta.

M-¿Y si lo fuera?-la contesta. Ella le mira, niega con la cabeza y mira por la ventana y respira y le vuelve a mirar.

S- Temo que si fuera así y ellos no se equivocaron y.. y si realmente contaban con todas las consecuencias y vieron que era posible, entonces... yo... yo... - y se calla.

Él ahora comprende y también teme lo que ella teme y la dice:
M- Creo que hay cosas que no se pueden calcular Scully- y ella le mira y asiente aún confusa y él continua -Siempre pudimos elegir. Siempre. ¿Sabes Scully? Dices que ahora sabes dónde estás exactamente- y la mira esperando a que ella asienta de nuevo para continuar -Siempre creí que acabarías por alejarte. Sí. Era algo con lo que llegué a contar de veras y creo que era algo con lo que ellos también contaban. Tú siempre fuiste más lista. El manipulable soy yo- y ella frunce el ceño.

S- Mulder....

M- Sí, jugaban conmigo y lo harán, pero contigo no o no tan a las claras...-y ella le corta para poder hablar.

S- Quizá también cuenten con eso.... Mulder... Yo... ¿Sabes? Sé de lo que son capaces y lo he visto y lo afronto, pero supongo que lo que pasa es que hay cosas que son solo mías y no soporto la idea de la posibilidad de que no lo sean. Es... Es frustrante ¿Sabes? En cuanto vi la imagen del maíz y demás al fondo de la fotografía Mulder, sentí que.. sentí como si volvieran otra vez a llevarnos dónde ellos quieren y por dónde ellos quieren y no es justo y me cabrea y... - y para de hablar para coger aire y preguntarle -¿Y si lo fuera?-y calla y le mira y él parece entenderla, le dice- ¿En realidad no importa no? Como tú dices elegimos y ahora ya no importa... es... es solo una posibilidad Mulder, lo sé, pero me cabrea.

Y él sonríe tristemente al decirla:
M- Si es un tablero y nosotros somos fichas, ellos también lo son Scully.

Ella le mira y luego mira por la ventana.

S- Yo tampoco creo que todo se pueda calcular.



ARKANSAS

El Sol en lo alto y ellos en la rutina de coche de alquiler y carretera. El pueblo más cercano al lugar tiene los suficientes habitantes como para tener una bolera pero no como para tener un buen equipo de fútbol, pero bueno, el hotel no está mal y han parado a almorzar y diablos, que tartas más buenas hacen por aquí. Están sentados sobre una de las mesas de madera que hay fuera de la bolera, la calle principal del pueblo no queda lejos y la gente pasea. Se han pedido un par de cafés y un trozo de tarta y han salido afuera, a tomar algo de Sol y a no tener que oír tanto griterío del grupo de jubilados que está entrenando allí dentro a esas horas de la mañana. Han visto la mesa y Scully le ha hecho un gesto a Mulder para ir hacia allí y ella se ha sentado encima y él la ha imitado y han bebido un sorbo del café a la vez mirando a la gente pasear, yendo a cualquier lado y lo han saboreado y luego Mulder ha dejado el café en la mesa y ha partido un trozo de tarta y lo ha probado y ummmm ha dicho y ella le mira y no suele hacerlo pero hay veces, como esta, que no puede evitarlo al verle hacer lo que acaba de hacer y él sonríe porque ha visto la cara que ha puesto ella y con la boca llena hace un sonido que podría pasar por un "pruébalo" mientras la tiende el plato con el tenedor. Ummmm hace también ella al probarlo. Café, tarta, Sol y una mesa sobre la que sentarse en mitad de ninguna parte. Arkansas no estaba tan mal, había algo de hogareño en ese lugar y veían a la gente pasear y pensaban en lo bien que sabía esa tarta y en aquella noche gritando sus nombres corriendo entre el maíz y también pensaban en el miedo a no tenerse, que siempre estaba ahí, todos los días.

La fotografía estaba tomada desde una colina que pertenecía a una zona natural protegida, parte del bosque también lo era, pero luego había un montón de terrenos pertenecientes a varias personas y bueno, no era una zona muy concurrida porque cerca había otros dos espacios naturales protegidos y tenían mucho más que ofrecer a los turistas. El Guarda Bosques tenía la oficina en el camino principal que recorría el bosque. Mulder y Scully se acercaron por el camino de tierra y aparcaron el coche al lado de la oficina y vieron que el Guarda Bosques, un chico joven por lo que parecía, les saludaba desde una de las ventanas laterales. Se miraron sin decirse nada y salieron del coche mirando al cielo y a los árboles de alrededor y luego caminaron juntos hacia la oficina. Ella delante y él detrás mirándola. El chico salió a la puerta a recibirles, ya habían hablado por teléfono, pero entonces no les pareció que fuera tan joven. "¿Son los Agentes del FBI?" les pregunto con una voz igual de joven y ellos asintieron y se miraron y fue Mulder el que le preguntó si no habían hablado con otra persona y el chico les dijo que sí, que habían hablado con su compañero, pero que el turno cambió y sería él el que les llevaría. "No soy tan joven como parezco" les dijo y luego les invitó a pasar y subieron las escaleras. Scully entró primero mientras Mulder con la mano en su espalda la sonreía y la decía bajito para que el chico no le oyera "Apuesto a que tiene más de cuatro años". Ya dentro les pidió perdón por sus modales y se presentó: Nelson, estirando la mano hacia ellos.
El plano en la mesa y los tres mirándolo. Nelson encuentra rápidamente las coordenadas que Mulder le ha dado. Sí, es lo alto de una colina, pero Mulder quiere ver algo que tiene que estar abajo, una zona donde se haya plantado maíz o algo por el estilo y Nelson les mira extrañado y les pregunta que qué están buscando exactamente y Mulder y Scully se miran y luego miran al chico y Mulder le enseña las ampliaciones de las fotografías y Nelson no parece muy extrañado y les dice que lo siente pero que eso ya lo investigaron hacía unos meses y "¿Qué?" le preguntan ellos a la vez y Nelson les explica y les dice que bueno, que nadie sabía nada en realidad, que no se enteraron de lo que había porque a pesar de no ser una zona muy transitada y de que nadie imaginaba que hubiera nada sembrándose allí, que todo se supo porque hubo un gran incendio y eso si que lo vieron y cuando llegaron ellos ya había gente allí controlando el incendio y no pasó mucho más. El incendio controlado, un accidente, otros Agentes por la zona y todo quedó resuelto y cuando les cuenta eso Mulder y Scully vuelven a mirarse y esta vez Mulder sale a la calle sin decir nada y Scully le dice a Nelson que aún así les gustaría que les acompañara a la zona y Nelson la sonríe y la dice que claro, que no hay problema y salen fuera y les dice de ir en su camioneta y montan los tres y Scully le dice a Mulder antes de subir que aún así puede que solo se quemara parte y que aún quede algo y él la mira y asiente, pero sin dejar lugar a dudas que no espera nada bueno de todo esto.

"¿Crees que contaban con que tu fueras a buscarme Mulder?" le pregunta en mitad del campo devastado. Él cambia su cara de desolación y se gira a mirarla. Ella está detrás de él, no ha mirado si quiera el campo, no le ha prestado atención en cuanto ha visto que allí no había nada que ver. Han bajado de la camioneta, han caminado hacia allí a través de una espesa arboleda y luego han visto el campo y él se ha adelantado dando zancadas con un "Dios mío Scully" al ver que hasta la negrura del suelo estaba también casi borrada del mapa, verdeando ya por la naturaleza y las flores y la vida de la primavera. Nelson se ha quedado atrás mirándoles, con la mano a modo de visera y ella ha seguido Mulder hasta colocarse detrás y se ha parado sin dejar de mirarle. No la importaba que ya no quedara nada porque ambos imaginaban que eso era lo que iban a encontrar, pero al ver el campo le pasaron por la cabeza un montón de miedos y verdades y necesitaba que él la dijera algo al respecto. Él tarda en responder. Ha entendido la pregunta perfectamente pero está calculando las posibilidades, piensa en todo aquello y le parece muy lejano ahora que la tiene tan cerca, piensa que quizá por eso ella esté tan pensativa, puede que a ella esto aún la asuste o puede que no. Piensa ¿Qué ha dicho? ¿Qué si contaban con ello ha dicho? Kritschgau les dijo lo que les dijo y desde entonces han contado con esa posibilidad, pero.... "No" la dice y ella parece aliviarse algo y él continúa con un "Creo que si que contaban con que yo haría cualquier cosa por ti pero intentaron matarme y esa vez, con todo lo que pasó allí y todo lo que perdieron... No, no contaban con ello Scully" y niega con la cabeza para reafirmarlo y se acerca a ella y ella respira hondo y mira al cielo y le dice "Vámonos Mulder. Aquí ya no queda nada".

En la camioneta, de vuelta, Mulder mira por la ventana y Scully le mira a él y Nelson que no aguanta más el silencio les cuenta, mirando alternativamente al camino y al retrovisor para verles, que sabe que en la oficina del sheriff no hay ningún informe de lo que ocurrió porque el propio sheriff se lo contó a su compañero. Mulder sigue mirando por la ventana y Scully ahora mira a Mulder y a Nelson y Nelson continúa "Pero aún así puede que haya algo, ya saben, siempre se queda por ahí alguna mala fotocopia o el resguardo de algo. Ahora si quieren pueden ir a la oficina del Sheriff a preguntar, pero hasta mañana no podrán hablar con él porque hoy es su día de pesca y por aquí todo el mundo lo sabe y saben que no hay manera de localizarle, porque él si que se lo toma en serio y apaga el teléfono y todo y bueno, ya sé que se marchan mañana así que mañana por la mañana yo mismo me encargaré de hablar con el Sheriff y le preguntaré por el tema, porque él es el que sabe de esto, el que estuvo rondando por aquí cuando pasó aquello y el que habló con aquellos otros Agentes y ya verán, no se preocupen, déjenlo en mis manos, algo sacaremos" y Mulder miró a Scully y parecía desilusionado y había un bache en el camino y la camioneta dio un salto y Nelson se echó a reír y les miró por el retrovisor diciéndoles "Así es más divertido ¿Verdad?" y Scully miró a Mulder y Mulder le dijo a Nelson que sí, pero que le agradecería no acabar por tener que salir a rastras del coche después de volcar y Nelson le dijo que se tranquilizara, que era un experto y llegaron a la oficina y se despidieron y Mulder le dijo que le llamara en cuanto averiguara algo más y montaron en el coche y salieron de allí camino de la oficina de Sheriff dónde no encontraron nada, dónde les contaron poco y dónde se sintieron fuera de lugar al preguntar por algo que la gente del lugar desconocía y a lo que no le daban importancia, porque no era asunto suyo, porque no era parte de su vida, ni de su mundo.

WASHINGTON

George siente el picorcillo y piensa que esa no es muy buena señal. Estornuda y luego suelta un joder y mira a su alrededor cabreado, cabreadísimo y harto de llevar más de dos horas tiritando en ese portal, donde no queda a cubierto de la intensa lluvia que cae ahora mismo en mitad de Washington D.C. Tiene el pelo mojado y parte de su ropa empieza a estarlo también. Está de pié, apoyado contra la pared y con las manos bajo sus axilas. Piensa que tiene treinta y dos años y que ahora si que va a dejar esto de una vez por todas porque lo de jugar a los espías ya no tiene gracia, quizá nunca tuvo la suficiente o no tanta como pensaba cuando era niño y leía comics, y cree que además, para jugar bien a ser un espía tienes que serlo para empezar y no ser un mísero rebuscador de mierda, que cobra por trabajo hecho y que nunca llega a saber realmente si trabaja para los buenos o para los malos. Que se ha jugado la vida unas cuantas veces y esta va a ser la última, que hace frío cuando se espera calado a que aparezca alguien para que le cuente el cuento y le de una propina a modo de documento o fotografía, o Cd o cualquier cosa, porque ha visto de todo a estas alturas de su "carrera" y luego hay que pasar la antorcha a su contacto y así podrá irse a casa, de una jodida vez, a darse un baño caliente y dejarse de toda esta mierda que le ha hecho perder varios días y que ni llega a entender, ni le importa, porque conoce la reputación de ese tipo del FBI y la de su compañera y sabe que con ellos las cosas nunca son fáciles y por eso prefiere no tener nada que ver con ellos, pero como la cantidad a sumar era lo suficientemente interesante esta vez aceptó el juego, pero eso sí, cuanto menos hable con ellos mejor, incluso si tiene que colgarles mucho mejor. Menos palabras, menos contacto. Pero algo salió mal y había algo raro y tuvo que volver a hablar y su contacto volvió a llamarle y ahora está aquí pasando frío y agarrando un buen constipado. Vuelve a estornudar y vuelve a soltar otro joder en el portal, ahora ya tiritando y mordiéndose los labios de rabia, se asoma un poco para ver cómo está el cielo en ese maldito día y aguanta las ganas de gritar al ver que el cielo sigue negro, muy negro.
Un paraguas casi igual de negro se asoma por la esquina y parece que es una mujer mayor y eso le hace resoplar porque la conoce de alguna otra vez. Espera en el portal y ella se acerca, le mira y rápidamente le entrega un sobre que él se encarga de meter en su chaqueta para que no se moje. Ni holas ni adioses, ella sigue adelante bajo la lluvia y él camina en dirección contraria dándole gracias al cielo, pensando en su bañera, en el agua corriendo.
Al contacto para este caso no le ha visto nunca. Esta vez tiene que dejar el sobre debajo de un banco en un centro comercial. Mucha gente, mucho movimiento. Ni se preocupa por mirar hacia atrás por si pudiera ver a su contacto y así ponerle cara. Solo piensa en el agua caliente. Mientras él sale por la puerta su contacto, gorra negra y jersey gris, se agacha a recoger el sobre y se mezcla entre la gente. Luego, George coge el coche en la estación central, donde lo había dejado y se dirige a su casa, pasa dos semáforos y luego para a comprarse algo de cerveza en un drugstore. Otro par de semáforos y en el último los coches de detrás comienzan a pitarle para que arranque de una vez. Nada, el coche no se mueve, él ni si quiera ha oído los pitidos. Ha sido una muerte rápida y lo mejor para él: indolora.

ARKANSAS

Él cabreado y ella confusa y avergonzada. Él cogiendo sus maletas y ella sin saber cómo explicarse. Cara a cara. Él hace unos segundos la ha dicho que no se meta en la cama de sus amigos y ella en este instante, con el cabreo de él, la cama tan cerca y su calor aún en sus huesos se está mordiendo los labios y sabe que ahora podía hacer o decir cualquier cosa y se miran y se callan y bueno, suena un móvil, el de él, que está en algún lado, dentro de sus vaqueros y ahora suena otro móvil, el de ella, que está en el bolsillo de su chaqueta. Se miran antes de descolgar y hablan. Sí, sí, Señor, Sí, Mulder, claro Señor, una autopsia, ¿información que no conocía? ¿Autopsia de quién? ¿Quién se la ha facilitado? Ah ah, no le conozco. ¿De quién se trata Señor? Bien, bien, claro, me interesaría ver el informe ¿Una nota? ¿Habladurías? ¿Una nota con mi nombre Señor? ah ah, claro, más campos de maíz. Claro Señor, le vimos unos segundos, creo que podría identificarle. Bien, claro. Ahora cojo el vuelo Señor.
Cuelgan y se miran. Empieza tú, no, no, empieza tú y Mulder la dice que Nelson ha hablado con su compañero que ha hablado con el sheriff como les dijo y que se ha llevado una sorpresa al saber que había más gente interesada en el caso y que podía contarle algunas cosas de cuando el campo salió ardiendo y que además hay habladurías de personas de los alrededores del pueblo que cuentan que han visto campos de maíz similares a ese en otros lugares cercanos y Scully asiente según se lo cuenta y Mulder la pregunta por quién la ha llamado, que si era Skinner y ella le responde que sí, que han encontrado un cadáver con una nota en la que aparece el nombre de Scully y que menciona algo de Arkansas y que no saben de qué ha muerto y que Skinner opina que debería hacerle ella la autopsia y "Claro" le responde él, porque hablar de trabajo es un alivio y una manera de postergar la discusión y la dice que él se acercará a ver al sheriff y que luego irá a ver si las habladurías tienen fundamento en Arkansas y que si, que es mejor que ella vaya a hacerle la autopsia al tipo ese y ella le dice que Skinner ha mencionado la posibilidad de que el cadáver fuera su contacto y Mulder pestañea y traga saliva y dice "Entonces esto se va a poner mucho más interesante a partir de ahora Scully".

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TERCERA PARTE

WASHINGTON

Ray B. Smith estaba asustado, se habían cargado a George y el siguiente en la cadena podía ser fácilmente él mismo, por eso se dio prisa en abandonar su casa, cogió lo indispensable y el sobre y salió disparado al centro. Tenía un piso franco y sabía que allí podía ocultarse durante un tiempo y además tenía pasaportes y algo de dinero para salir en cuanto pudiera del país, pero ahora tenía que saber algo más, tenía algunas dudas, porque George no era un tipo importante, era uno más de entre muchos y estaba seguro de que no estaba metido en ningún mal trato con nadie y sabía, eso sí y lo sabía de primera mano, que lo que le mantenía ocupado los últimos días era ese maldito asunto de las fotografías de Arkansas y los Agentes del FBI a los que George tenía tanto miedo acercarse. Sabía, que esa misma mañana, muy temprano, George recogió aquel sobre y luego lo dejó debajo de aquel banco en el centro comercial y él mismo se había encargado de asegurarse que la zona era segura y que a George no le había seguido nadie y además, se fiaba de los otros intermediarios en todo este asunto, así que no se explicaba qué era lo que podía haber pasado con George y por eso estaba asustado, porque no le olía nada bien, porque algo se le escapaba y él, que nunca había querido complicarse la vida demasiado, estaba viendo como en un abrir cerrar de ojos, todo se estaba yendo a la mierda.
Ray B. Smith la vio llegar al edificio del Hoover y esperó. Sabía a lo que venía, tenía un cadáver qué ver y George seguro que tenía algo interesante que mostrarla en su muerte y por eso Ray esperó, porque ahora ella tenía que ver el cadáver y luego, cuando acabara, seguro que tendría respuestas para Ray y así el trato sería mejor, información para ella, información para él. Ray tenía el sobre y tenía una idea y en cuanto pudiera se largaría de allí y olvidaría todo este maldito asunto. Había mirado lo que contenía el sobre. Le había echado una buena ojeada y no entendía bien cuál era el problema. Más fotografías, esta vez eran de otro lugar y las había mirado bien y bueno, también esta vez al fondo del paisaje se veía algo, pero no había tenido tiempo de hacer nada más y tampoco quería hacerlo. Se libraría del sobre y concluiría el asunto, que ella hiciera lo que creyera oportuno, él terminaría ese mismo día con todo este asunto y se alejaría para siempre de allí. Pensaba que no quería acaba igual que George, joder, pensaba en cómo coño lo hicieron.


Scully ha entrado en el Hoover y se ha dirigido directamente a hablar con Skinner. Se ha pasado las horas de avión pensando en Mulder y en su cabreo en plan niño intentando defenderse de algo que no era tal y como él pensaba que era y le ha estado dando vueltas hasta que la ha empezado a doler la cabeza, pero eso no ha evitado que siguiera dándole más vueltas y luego ha empezado incluso a arrepentirse de haberlo hecho, de haberse metido así en su cama y diablos, no puede dejar de pensar en ello, en él y en ella abrazados y en que no tubo ningún miedo a la hora de hacerlo y recuerda el momento de estar sola en su cama, pensando en todo eso en lo que llevaba pensando días y en él y ella y en el destino y en la realidad de estar solos y no querer estarlo y sabía que si se metía en su cama, no habría nada malo en ello y sabía que lo necesitaba tanto que no quiso pensar en el luego y que los dos se encargarían de pensarlo o de hablarlo y maldita sea, no imaginó que él se cabrearía y eso ahora la hace meterse en el ascensor y no mirar a nadie y no fijarse en nadie y llegar al despacho de Skinner y entrar con tan mala cara qué Skinner la pregunta que si está bien y la respuesta fácil de siempre "Es que no he dormido muy bien Señor" y bueno, hablan del caso, lee la nota, se guarda una copia, se despiden y ella se marcha a hacer la autopsia de George Bishop, porque así se llama, que acaba de ver el informe y las fotos y si que es el tipo tan raro aquel que les dio las fotografías y esto la huele mal y piensa en que Mulder está muy lejos y piensa en qué estará haciendo ahora.

ARKANSAS

Mulder ha pasado la mañana en el despacho del Sheriff escuchando historias de pesca y entre medias algo de lo que pasó cuando aquellos campos de maíz se quemaron y no ha sacado nada en claro, excepto que el sheriff es un verdadero experto en pesca, que prefiere la mosca a cualquier otra técnica, que su hijo es un famoso abogado en Los Ángeles, al cuál casi nunca ve y mejor así porque no le aguanta y también, ha logrado saber que los Agentes que vinieron decían ser del FBI y aseguraron que lo que allí se sembraba era una nueva especie de maíz alterado genéticamente (hasta ahí vamos bien, pensó Mulder) y que todo ello formaba parte de un amplio estudio del gobierno para conseguir una planta de maíz mucho más resistente a cambios climáticos y plagas y que el incendio había sido un accidente, pero que como el estudio ya había acabado, aprovecharon el incidente para, en esos días que siguieron al incendio, en los que no paraban de llegar camiones y gente extraña, encargarse de limpiar el lugar y así cerrarlo y dejar de dar motivos de preocupación a las gentes del lugar. El sheriff le dijo a Mulder que le pareció sospechoso que no dejaran absolutamente nada allí y que le días más tarde no recibiera ningún informe o copia de él por parte del FBI ni de ninguna otra Agencia. Mulder le preguntó si no se había interesado en llamar para pedir la información y el sheriff entre risas le dijo que claro que sí, que durante días estuvieron hablando con personal del FBI y demás y que no lograron saber nada, ni los unos, ni los otros y que dejaron de insistir porque aunque sean gente de pueblo, saben perfectamente "cómo se las gasta esa maldita gentuza del gobierno" y que si no querían que se enteraran qué era lo que habían estado haciendo allí, no se enterarían por mucho que se pasaran el resto de su vida intentándolo. Mulder, por supuesto, sonrío irónicamente al oír semejante comentario.
Horas más tarde él, Nelson y un policía llamado Melvin, que no se parecía en nada a Frohikie y que se quedó algo extrañado cuando al presentarse a Mulder y decir su nombre, este le miró con una sonrisa rara que no venía a cuento, se dirigían hacia un pueblecito a varias horas en coche, en el que un amigo de un amigo de Nelson le había asegurado unos días antes que hacía unos años a ellos les había pasado lo mismo en un paraje cercano al pueblo, que alguien había estado sembrando allí maíz y que luego habían abandonado el lugar. La diferencia era que, esta vez, le aseguraron que si que habían dejado evidencias y restos de materiales y construcciones.
El coche de policía iba a toda velocidad por la carretera y Nelson gritaba y bromeaba con Melvin. Melvin conducía y a su lado iba Mulder intentado ignorar los gritos de Nelson que estaba sentado atrás el cuál iba disfrutando de esto de veras y Mulder pensaba que debía de aburrirse mucho y que Melvin también debía de aburrirse mucho. Había sido una mañana horrible y no había conseguido prácticamente nada y esperaba lograr ver algo más en ese pueblo y se sentía como un gilipollas ahí sentado con Nelson gritándole al oído y Melvin acelerando en todas las malditas rectas y joder, no quería pensar en ella y en su manera de mirarle esa mañana en las escaleras del motel. Aún le duraba la sensación de vértigo que le produjo verla mirarle, preocupada y decirle, bueno, no se lo dijo, pero él sabía perfectamente lo que le diría o bueno, tenía una ligera idea y no quería oír lo de que necesitaba un abrazo y que lo sentía o algo así, porque él también necesitaba eso, pero había otras muchas cosas más que necesitaba y no todas eran tan castas, aunque muchas sí y joder, creía que las cosas serían de distinto modo, que algún día iban a tener valor para hacer algo y al meterse en su cama, le hizo pensar que quizá era posible, que quizá lo sentían y lo querían ambos, pero luego esa mirada y entonces le vino el vértigo y le entró miedo, le entró mucho miedo.


WASHINGTON.

Los resultados eran claros: George murió envenenado. Por el informe y lo poco que en él ponía acerca dela vida de George, debía ser algo así como un espía de los bajos fondos y Scully pensó que si su vida era así, entonces lo de morir envenenado era algo así como un final esperado. Lo que no tenía muy claro era el momento en el que había podido inyectarle el veneno, porque la marca de la aguja estaba en su cadera izquierda y que se supiera no iba nadie con él en el coche en el momento de su muerte, pero resultó que había cerveza recién comprada, la hora en el ticket de compra encontrado en su coche lo demostraba y bueno, aunque no estuviera claro, podría haber sido el momento adecuado para su asesino de disimular un choque entre clientes dentro del drugstore y así inyectarle el veneno.
Se quitó los guantes y la mascarilla y luego se cambió de ropa. Al menos con la autopsia había logrado dejar de pensar tanto en Mulder y todo lo que había pasado. El volver a su rutina y concentrarse la había hecho dejar a un lado a Mulder y concentrarse en George. Cogió los documentos y salió de la sala de autopsias. En el pasillo, caminando entre la gente, marcó el número de Mulder de nuevo. Le había llamado hacía media hora y no daba señal y hacía más de cinco horas que no habla con él y la preocupaba que estuviera deambulando por caminos perdidos, ahora que estaba anocheciendo, acompañado de lo que según Mulder, eran dos copias de Barney el amigo de Homer Simpson. La había contado, en los escasos tres minutos de conversación, que llevaba todo el día esperando que en cualquier momento le llevaran a la Taberna de Moe a conocer al resto de la pandilla y luego colgó y ella sintió como si la hubiera colgado aposta, como si evitara hablar con ella y ahora el teléfono está marcando su número y Scully caminando por el pasillo, esperando a oír su voz cuando algo la para, alguien la sujeta del brazo diciéndola un "Buenas noches Agente Scully" y ella aparta el teléfono y le mira y "Espero no interrumpirla, pero tiene que acompañarme un momento abajo". Es un tipo normal, y la habla como si la conociera y ella se queda mirándole y fijándose en la tarjeta que lleva en la chaqueta que es de las de "visita" y es tarde para seguir en el edificio con esa tarjeta y cuelga el teléfono y le dice que la disculpe pero que no le conoce o no le recuerda y él se presenta como Ray y la dice que es amigo de George y ella se pone tensa y él la calma y la dice que le deje explicarse y lo hace y la dice que claro, no le iban a dejar entrar con el sobre y él tampoco iba a arriesgarse y que lo tenía abajo, afuera, en su coche, que estaba cerca y que la calle estaba saturada de gente a esas horas y que no tenía motivos para asustarse. La dijo "Usted está armada, yo no" y a los pocos minutos los dos salían por la puerta del Hoover.


ARKANSAS.


Si Nelson y Melvin era peculiares el amigo del amigo de quién fuera que les habló del otro campo de maíz era aún más peculiar. Había sido policía durante toda su vida y ahora que se acababa de jubilar había hecho lo que nadie imaginaba que era irse a vivir a una cabaña en mitad del bosque y dedicarse a cultivar marihuana en el sótano. Por supuesto que eso no lo sabía casi nadie, para el resto del mundo Charly, el viejo Charly, se pasaba el día dedicándose a hacerle fotos a los diferentes tipos de pájaros cantores que, en sus bonitas jaulas, ocupaban la mayor parte de la cabaña del viejo.
Cuando Mulder salió del coche aguantó las ganas de quitarle las llaves a Melvin y salir de allí haciendo ruedas, pero a cambio puso su mejor cara y se dirigió a la puerta de la cabaña. El viejo Charly tardó en abrirles y Nelson dijo que tardaría porque estaría dedicado a "sus pájaros" y tanto él como Melvin se echaron a reír poniendo caras que Mulder ni si quiera se preocupó de descifrar. La puerta se abrió y ey, el viejo Charly. Tanto Nelson como Melvin parecían conocerle bien y ya luego, cuando después de decirle que Mulder era un tipo de confianza, le explicaron su afición a ciertos "cultivos", Mulder se explicó que hablaran de un amigo, que conoce a otro a amigo y las risas bobas al hablar de "sus pájaros". Charly bromeó con lo de disimular olores y humedades y demás con esos malditos pájaros que le hacían la vida imposible.
Charly, les hizo sentarse y sabía que esta vez los chicos no venían a lo que solían venir, así que se limitó a ofrecerles café y luego, todos sentados en su salón, rodeados de todos esos pájaros y ese jaleo, les contó lo que había pasado hacía unos años. Afuera ya era de noche y Mulder al mirar por la ventana, y ver la oscuridad pensaba en si Scully habría acabado ya la autopsia y en si pensaba o no volver a Arkansas esa misma noche o si no pensaba hacerlo. Se levantó pidiendo disculpas y fue hasta un lateral del salón con el teléfono en la mano y esperaba que se lo dijera ella, que le dijera que llegaría en unas horas, pero no había cobertura, apretó la mandíbula, se quedó mirando el móvil durante unos segundos y luego regresó a su sillón y a su café y al "¿Por dónde íbamos?".


WASHINGTON.

El coche de Ray estaba aparcado justo donde dijo. Scully caminaba detrás de él, atenta a cualquier cosa rara y veía que Ray también estaba atento. La dijo que posiblemente fuera una locura lo de hacer el intercambio en plena calle y a la vista de todos, pero que quizá eso bastara para que quedara claro que él ya no tenía el sobre, si esa había sido la causa de la muerte de George y además, si les estaban siguiendo, entonces ¿Qué más daba que les vieran juntos si ya sabían que lo estaban?". A Scully todos esos argumentos la parecían pobres, pero la daba igual, lo importante era que la iba a entregar algo y que lo hacía a plena vista, sin tantos rodeos como tenían que hacer siempre en estas circunstancias. Llegaron al coche y Scully recordó que había colgado el teléfono y que Mulder no la había devuelto la llamada y Ray abrió la puerta y cogió algo de la guantera y se lo entregó. Era un sobre y ella miró dentro y había unos documentos y él la dijo que ya estaba, que ya podía irse y que hiciera el favor de olvidar su cara y luego se metió al coche y arrancó, dejándola en mitad de la calle con el sobre en las manos.
Luego Scully vuelve al Hoover y va hacia su despacho, esperando llegar para mirar las fotografías, aguantando las ganas de volver la llamar a Mulder. Apretando los dientes pensando en Mulder, conociéndole podía estar metido en cualquier lío a estas alturas. Clin. El ascensor suena y las puertas se abren y ella camina hacia el despacho. Fox Mulder pone en la puerta, saca la llave del bolsillo y al ir a meterla en la cerradura se fija en que la puerta está abierta, empuja despacio y entra. Nada, no hay nadie. Hace memoria y ella había cerrado y imagina que puede haber sido el personal de limpieza que suele pasar a esas horas, pero ellos nunca se olvidan de cerrar y sí, sí, hay algo que, decididamente, la huele sospechoso en todo este asunto. Va a la mesa de Mulder, enciende la luz y se sienta. Coge unos guantes y empieza a mirar las fotografías lenta y cuidadosamente.

ARKANSAS.

Ahora van los cuatro en una vieja camioneta de Charly. Mulder agradece que al menos, delante del viejo, esos dos se contengan y parezcan medio normales. El viejo no para de hablar, va conduciendo y les va relatando historias. Han sido muchos años como policía y ha visto de todo y cree que tiene derecho a contarlo. Mulder asiente por algo que le está diciendo en ese momento acerca de una anciana que se fugó de un sanatorio y mira por la ventana, hacia la oscuridad, hacia los árboles y luego mira al frente. El camino de tierra ha dado a otro camino asfaltado que parece medio transitable y las luces del coche iluminan poco entre tanta negrura y Charly les dice que por estos caminos no hay que ir deprisa porque abundan los ciervos locos y ha visto muchos accidentes a causa de ciervos locos en toda su vida, como para querer correr por allí al volante y Nelson entonces comenta que una tía abuela suya murió por ese mismo motivo y Melvin le pregunta que si la atacaron los ciervos locos y Charly ríe y deja de mirar la carretera para girarse y mirarles a ellos y Mulder siente ganas de gritar y mira al frente esperando ver aparecer en cualquier momento un maldito ciervo y gracias a Dios que en seguida Charly vuelve a mirar al frente y escuchan como Melvin le pregunta a Nelson que si la vieja loca que se fugó del sanatorio también era tía abuela suya.
Un rato después llegan a su destino. Dejan la camioneta en un lateral de la carretera y cada uno coge una linterna de la parte de atrás. El terreno es escarpado y tienen que bajar unos metros por un pequeño cañón. Al llegar abajo Charly levanta la linterna y señala al frente diciéndoles que es allí, que está justo ahí delante y Melvin le dice que no ve nada y Nelson tropieza y se echa a reír pidiendo ayuda para levantarse y Mulder sigue hacia delante ignorandoles, con la linterna en su mano, que alumbra solo unos metros por delante. Les deja atrás, llega al borde de la arboleda y encuentra algo parecido a un terreno yermo. No hay sonidos alrededor. Alumbra al frente y le extraña, le extraña no oírles porque llevan horas sin callarse, sin dejarle en paz. Cuando hay silencio es que ocurre algo. Piensa que están en mitad de cualquier sitio y que realmente no sabe quiénes son esos tipos con los que ha llegado hasta allí.


WASHINGTON.

Las fotografías son de un cadáver. Lo primero que hace Scully es fijarse en todos los signos que haya en el cadáver y que ella puede distinguir como forense. Asesinado. Hombre, treinta y tantos, parece estar en el suelo de algún cuartucho. No hay signos de violencia y por el aspecto del cadáver, no debe llevar mucho tiempo muerto. Examina las fotografías por todos lados y nada. Examina el sobre. Nada tampoco. Se echa hacia atrás en la silla, con las manos hacia los lados, los guantes aún puestos, intentando sacar algo en claro de todo este asunto. ¿Quién será? ¿Porqué la ha entregado las fotografías? Mira al techo y ahí están: los malditos lapiceros. Coge su móvil y lo mira. Nada, nada de nada. Se vuelve a poner recta en la silla y coge las fotografías y las vuelve a examinar. Algo tiene que haber. Se fija en el suelo, en la ropa, se fija en un trozo de pared. Coge otra fotografía y lo mismo, coge otra y espera, la deja y coge la de antes y se fija. Abre un cajón de un lateral de la mesa y saca una lupa. En la fotografía se ve lo que parece una carta de menús de una cafetería, se fija en el nombre y en el logotipo y no puede creerlo. Esa cafetería está cerca del Hoover. Se levanta, guarda las fotografías y sale corriendo. Espera nerviosa al ascensor, espera nerviosa a que luego el ascensor suba y luego sale corriendo por la puerta y cruza la calle, una manzana más allá, en la parte baja de un edificio de oficinas está la cafetería. La policía rodea la entrada, hay gente alrededor. Luces de los coches de policía, sirenas. Oye a la gente comentar algo de un asesinato cuando pasa entre ellos. Enseña la placa y la dejan pasar. Agente Scully, FBI. ¿Qué ha pasado? La cuentan que han encontrado el cadáver de un tipo en el cuarto de la limpieza, que no saben más, que nadie sabe quién es. La indican por dónde ir para llegar al cuarto de la limpieza, la dejan pasar y sí, es él, es el tipo que sale en las fotografías. Es él y es el lugar, joder, lo de que la olía mal era una cosa, pero encontrarse con esto es otra muy distinta. Ese hijo de puta del sobre seguro que hizo las fotografías después de encargarse él mismo de matarle. Piensa en contárselo a Mulder, piensa en qué está pasando y si está en peligro y porqué las fotografías y porqué no la hizo nada cuando la llevó al coche y joder, la puerta del despacho estaba abierta cuando volvió y sale del cuartucho dejando allí el cadáver, dejando al resto de policías detrás y sale a la calle y hay mucho jaleo ahí fuera con tanta gente y agentes y sirenas y mira al cielo e intenta respirar y calmarse y entonces cae el la cuenta de que no sabe nada de Mulder. Cae en la cuenta de que realmente no sabe nada de Mulder desde hace horas y se queda paralizada y piensa en porqué está ella en Washington y en aquella nota en el cadáver dirigiéndose a ella y luego en ese tipo sacándola del edificio con una excusa y entonces la parece que lo de la nota seguro que también fue una excusa, que si era una venganza o si se querían quitar de en medio a esos tipos, podían haberlo hecho al estilo de siempre, sin nota, sin nada y piensa en todas las veces que les han manipulado y ahora está realmente asustada, ahí, delante de una cafetería que ella y Mulder han pisado varias docenas de veces en estos años, rodeada de policías y de gente y imagina la noche en Arkansas y esos bosques y esos pueblos tranquilos y recuerda la tarta sentados en la mesa de la puerta de la bolera y no quiere, por nada del mundo, pensar en la noche anterior cuando dormían juntos.


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CUARTA PARTE (FINAL).

WASHINGTON.

Skinner ha bajado casi corriendo al enterarse. Se ha puesto la chaqueta y se ha arreglado la corbata y ha bajado todo lo rápido que ha podido. Ha cruzado la calle y ha caminado y ha llegado al lugar, todo lleno de policía y ha visto de lejos al Agente que le había avisado, saludándole con la mano, haciéndole señas para que se acercara. Le cuenta que no conocen al tipo, pero que todo está bien. Más o menos todo el personal del FBI ha ido alguna vez a esa cafetería y Skinner conoce al dueño y se ha preocupado cuando este le ha llamado y es muy raro que ocurra algo así tan cerca del Hoover y la gente parece asustada y Skinner se fija en la cantidad de gente que hay agolpada en los alrededores y mira la puerta y en ese momento ve salir a Scully y deja de oír lo que el Agente le está contando y ve que ella parece preocupada y se pregunta si tendrá algo que ver con todo esto y le dice al Agente que le disculpe y se acerca a Scully y la toca un hombro y ella le mira y esa mirada lo dice todo. Ella va a decirle algo pero se calla, aguantando las lágrimas y entonces coge aire y le dice que no sabe nada de Mulder desde hace horas y Skinner lo entiende y la pregunta, señalando a la cafetería, que si todo eso tiene algo que ver y ella asiente y le dice que sí, pero que aún no sabe muy bien cómo relacionarlo. Le dice que alguien ha entrado en su despacho y en el Hoover y que posiblemente es el mismo que ha matado el hombre de dentro de la caferería y Skinner la dice, que espere un momento y se aleja y ella le escucha decirle al Agente al mando que manden una unidad al despacho del Agente Mulder y que ponga al Hoover en alerta porque alguien ha entrado y puede ser el asesino y entonces Scully se lleva un susto de muerte porque nota que algo se mueve en su mano y maldita sea, es el móvil, lo ha llevado en la mano todo este tiempo sin darse cuenta y mira y casi se la saltan nuevamente las lágrimas porque ahí pone que la llama Mulder y descuelga el teléfono, temiendo lo que pudiera oír al otro lado.


ALGÚN LUGAR A LAS AFUERAS DE WASHINGTON.

Un coche para junto a la única farola que funciona en casi toda la manzana. Es una zona casi desierta de edificios y tiendas abandonados. El coche para y baja un tipo normal que podría pasar incluso por buena persona por su aspecto. Cruza la calle y se acerca al otro lado. Junto a la pared, levemente iluminado por la luz del otro lado, le espera otro tipo. Los dos se miran entre las sombras. El que acaba de bajar del coche extiende la mano para entregar un sobre, el otro lo coge y no le dice nada y luego ve cómo este se da la vuelta despacio, cruza, abre la puerta del coche y se mete dentro. Enciende la radio, arranca tranquilamente y dando la vuelta se marcha por donde ha venido. Otro trabajo bien hecho. El otro tipo, el que se ha quedado, se guarda el sobre en el interior de su chaqueta. Se enciende un cigarrillo y comienza a caminar en la oscuridad. Sus pasos en mitad de la calle desierta. El humo entra en sus pulmones y puede que eso sea lo único que le guste de estar vivo en este mundo. Mira al cielo, en la ciudad no se ven casi estrellas y luego sigue andando.


WASHINGTON.

Skinner estaba hablando con el Agente y se ha girado para mirar a Scully y la ha visto coger el móvil, ve como habla con alguien y como se tapa el otro oído con la otra mano para escuchar mejor. Se aleja mientras habla y la sigue con la mirada, viendo cómo cruza la calle y ve que se queda allí hablando. Luego alguien habla a su lado y la voz le resulta familiar, es el dueño de la cafetería que ha salido a hablar con él. Skinner le calma. Es un asunto del FBI, todo está bajo control, no se preocupe.


Scully con el móvil al otro lado de la calle. Su voz. No podía creerlo, era su voz. Al principio, cuando le oyó, incluso pensó en un secuestro y qué él se encargaría ahora de decirla lo que los secuestradores querían o algo así, pero no, era su voz y parecía estar bien. La dijo:

M- ¿Scully? Ey Scully, soy yo, soy Mulder, ¿Me oyes?-y ella le dijo que sí, pero no le oía muy bien y se alejó de la puerta de la cafetería y le iba a preguntar que si estaba bien pero él la decía que lo sentía, que no había cobertura en ese maldito lugar y ella ahora ya no recordaba que hacía unos segundos estaba apunto de echarse a llorar y la dijo -No sabes cuánto echaba de menos hablar con alguien normal, Scully. Esto ha sido Kafkiano ¿Sabes? He conocido a los amigos de Nelson- y ella ahora sonríe y recuerda que Mulder apostó que Nelson tenía más de cuatro años cuando le conocieron el día anterior y le pregunta:

S- ¿Y van todos al mismo colegio?- y le escucha reír al otro lado y eso la hace inmensamente feliz.

M- Creo que sí- y luego la dice - No hemos encontrado nada, Scully, allí no había nada más que cabañas viejas. Solo cabañas viejas- y ella lo siente por él y él la dice - Dios Scully, estábamos en mitad de la nada y no se les ocurre otra cosa que sentarse en silencio y ponerse a fumar hierba!! Como no había nada que hacer allí, se sentaron en el suelo y la verdad es que no sé porque me extrañó.. vaya tres Scully. Me dieron un susto de muerte.

Ella calla porque no sabe qué decir y está tan confusa aún que no le dice todo lo que ha ocurrido en Washington y él la dice:
M- Voy al Motel y luego cogeré el primer vuelo para Washington.

S-Bien, bien- Le contesta ella, deseando que él no deje de hablarla, saboreando cada palabra y él piensa en que algo raro pasa y la pregunta:

M- ¿Estás bien Scully?- y ella claro, ahora piensa en que tiene un montón de cosas que contarle y él sigue -¿Está todo bien?

Ella le cuenta lo que ha pasado y lo del Hoover y lo del tipo de la cafetería y le dice que cree que pueden habérsela jugado otra vez y que no sabe en qué sentido y que estaba preocupada por él y temía cualquier cosa y él la dice que no se preocupe, que sea lo que sea, no tiene nada que ver con él porque su vida por Arkansas no ha tenido nada de rara, a parte de las rarezas de Nelson y compañía y que teniendo en cuenta que han entrado en su despacho, que algo querrían y que si la hicieron volver a Washington sería por algo y que lo que le preocupaba ahora a él era ella y que tenían que averiguar que habían cogido del despacho, la dijo "¿Había algo interesante que pudieran querer Scully?" y ella piensa y no recuerda nada, le dice que había llevado los informes de las autopsias, pero que si era por eso, en la cafetería de enfrente tenían otro cadáver con, probablemente, las mismas causas de muerte y Mulder la dice que bien, pero que algo tiene que haber y ella le cuenta que ahí al lado tiene a Skinner y que ya ha puesto en alerta a todo el Hoover y Mulder la dice que así mejor, que no se separe de Skinner y que no tardará más de un par de horas en llegar y la dice "Te llamo en un rato" y la cuelga y ella, aprieta el teléfono y cruza la calle para hablar con Skinner que la está esperando preguntándose con quién habría estado hablando.

ARKANSAS.

Resultó que Mulder se había llevado un buen susto. Se había girado en medio de la oscuridad alumbrando con su linterna, sacando su arma y temiendo cualquier cosa y comenzó a caminar, pisando hierba seca, con los brazos extendidos, arma y linterna apuntando hacia delante, pulso acelerado y oscuridad. Alumbraba hacia un lado y luego hacia otro y avanzaba lentamente y entonces comenzó a escuchar algo y le extrañó de veras que parecieran risas. Siguió avanzando en esa misma dirección y no tardó en alumbrarles, allí, en mitad del campo, sentados en círculo en el suelo, riendo en voz baja. Al verse alumbrados comenzaron a instarle para que bajara la linterna. Le decían "Ey ¿Quieres dejarnos ciegos?" y él se acercó y se quedó parado mirándoles con cara de no poder creérselo y les dijo algo así como "¿Qué diablos hacéis aquí? Me habéis dado un susto de muerte!!" y ellos se echaron a reír sabiendo que la situación no era para menos después de haberle dejado solo allí delante y le invitaron a sentarse y no se sentó y le dijeron que pensaban que era de esa clase de hombres que no se asustan en la oscuridad y él les contestó no acostumbraba a serlo pero que su vidente personal le había dicho que debería tener cuidado con los desconocidos y los lugares extraños y que por un momento creyó iba a ser secuestrado por alguna secta sodomita y bueno, después de bromear algo más, ellos se quedaron ahí y él decidió ver si podía encontrar algo en ese campo desierto y con la linterna y la pistola ya en su funda les dejó atrás. Estrellas en el cielo y oscuridad, su linterna hacía que sus ojos no vieran nada a su alrededor que no estuviera alumbrado y caminar en mitad de ese campo lleno de socabones no era nada fácil. Vio una vieja cabaña de solo una habitación y se acercó y se metió dentro, pasando por el hueco de lo que debió se la puerta. Nada, no había nada dentro. Al lado había otra y lo mismo. Esto no tenía nada que ver con esas colmenas blancas que aún le quitaban el sueño. En una cabaña encontró trozos de maíz secos de hacía años y trampas para zorros y suspiró al ver que nada de lo que había por allí era lo que esperaba. Salió de una cabaña, pisando con cuidado al bajar al suelo y vio que el viejo Charley estaba fuera esperándole. Le preguntó si había encontrado lo que buscaba y luego le dijo que lo sentía al decirle Mulder que no. Le dijo que sentía si le había hecho perder el tiempo, pero que él no tenía ni idea de que allí no iban a encontrar más que cabañas vacías. Los dos miraron las cabañas y el campo y la oscuridad y luego miraron al cielo. "¿Sabes hijo?" le dijo el viejo Charley "Hacía tiempo que no veía en nadie esa mirada" y Mulder dejó de mirar las estrellas para mirar al viejo Charley y este siguió diciéndole "Pero no todo en la vida es buscar.... No todo es buscar" y se lo decía sin dejar de mirar al cielo y Mulder le entendía y hubiera querido decirle muchas cosas y volvió a mirar al cielo sin decirle nada, pensando en Washington, en que estaba muy lejos de allí. Se metió la mano en el bolsillo y sacó el móvil y nada, allí tampoco había cobertura.


WASHINGTON.

Ya ha amanecido y Mulder entra en el despacho de Skinner. Scully le dijo por teléfono que le esperarían allí. Habían hablado unas cuantas veces más aquella noche. Tanto él como ella tenían una sensación rara y necesitaban de alguna manera hablar. Hablar más porque se habían preocupado y a ambos les sabía mal el no haber hablado durante todo el día anterior casi nada y haber colgado enseguida y no haber insistido lo suficiente o haber vuelto a llamar. Hablaron cuando Mulder llegó al aeropuerto en Arkansas, hablaron antes de que saliera el vuelo y hablaron en cuanto él aterrizó en Washington. Scully le había ido contando novedades. Del despacho solo faltaban las fotografías. Todas, hasta las originales. Eso no era suficiente porque eso no explicaba mucho, ni era justificación para dos asesinatos, pero habían visto cosas más raras y bueno, les habían visto hacer cosas más raras por lo que en un principio, parecían motivos menos justificables. Contaban con que no tenían todas las respuestas y con que si habían hecho todo esto era por algo más que unas fotografías, pero no sabían porqué y suponían que nunca lo sabrían. Ahora todo estaba en calma. Habían puesto el Hoover patas arriba porque incluso saltaron las alarmas entre algunos en cuestión de terrorismo y temieron por unos momentos que se tratara de alguna otra clase de ataque, ahora que hasta encontraban muertos en la cafetería donde iban a desayunar tantos Agentes del FBI, todo era posible, pensaron algunos. A fin de cuentas, mirado desde cierto punto de vista, era como si se hubieran encontrado un cadáver en el cuarto de baño de alguna planta del mismísmo Hoover.
Mulder entra y Scully que estaba sentada se levanta sin pensarlo. Mulder la mira y puede ver en su cara aún la preocupación. Skinner le saluda y le dice que se siente y él se acerca al lado de Scully no sabiendo si abrazarla o no y la ve sentarse y se sienta a su lado y la mira y ella le mira a él y los dos miran a Skinner. Hablan del caso. Skinner está cabreado porque conoce al tipo de la cafetería, porque han puesto al Hoover en alarma y hay un montón de Agentes que se han pasado la noche mirando debajo de todas las malditas sillas del FBI buscando algo fuera de lo común, está cabreado porque había dos cadáveres y poco más, porque por unas fotografías se fueron hasta Arkansas para no averiguar nada y porque por unas fotografías, porque no encuentran otro motivo, se ha montado la que se ha montado y les mira muy serio y les pregunta qué qué diablos había en esas fotografías y Scully le comienza a explicar lo de los campos de maíz cuando Skinner la corta y la dice que eso ya lo sabe, pero que quiere saber si había algo más, algo que se les escape y Mulder le dice que ese es precisamente el problema, que no saben qué más podría haber en esas fotografías y que lo siente, que ellos saben lo mismo que él y que no tienen ni idea de cómo ha pasado lo que ha pasado. Skinner les pregunta que si eso es todo y Scully se muerde los labios y Mulder la mira y luego mira a Skinner y le dice que siente decirle esto, pero que a veces, hay determinados tipos que quieren algo y que no les importa como conseguirlo, que no sabe el verdadero motivo de lo que había pasado, pero que les habían utilizado para conseguir algo, que habían vuelto a ser manipulados y bueno, por lo que parecía, esta vez se habían salido con la suya y Skinner le mira muy serio y le pregunta "¿Esta vez?" y Mulder mira a Scully otra vez y responde "Esta vez". La reunión termina. Queda por acabar la autopsia del último cadáver y preparar el informe. Mulder deja salir a Scully primero y los dos caminan por el pasillo. Alrededor el resto del mundo y ellos caminando juntos sin mirarse, rozándose los brazos, callados. Ambos están preocupados. Todo se ha complicado. Tienen dos cadáveres, han sido manipulados de nuevo y en realidad no saben qué ha pasado. Se han llevado un buen susto con todo esto y encima, han dormido juntos. Han sido un par de días difíciles.

Mulder va a ver a los chicos por si ellos saben algo o por si pueden facilitarle alguna fotografía de satélite del lugar. Le comenta a Frohikie que conoció a un tocallo suyo que no se parecía mucho a él, que era más alto. Los chicos viven en ese lugar mezcla de trastero y hogar. Sus vidas rodeadas de tecnología y publicaciones. Mulder habla con ellos y piensa en lo mucho que él se parece a ellos, piensa que en su vida tampoco hay línea que separe el trabajo de todo lo demás. Cree que quizá eso sea todo. Les mira y les escucha y piensa. Conspiranoía y oscuridad. Su vida es así y ahora sonríe al pensarlo.

Scully haciendo la autopsia, rodeada de azulejos blancos, muebles metálicos, silencio, esterilidad, todo frío y muerto a su alrededor. Lleva dos días sin dormir mucho y aún así sabe que no podría dormir si lo intentara. Piensa que la última vez que durmió fue a su lado y eso hace que se la acelere el pulso. Acaba la autopsia y recoge los utensilios. Metal sobre metal, guantes de goma y mascarilla y silencio. Sus pasos sobre las baldosas. Piensa en que deberían hablarlo, pero no sabe cómo. Luego, el resultado de la autopsia. Mismo veneno, mismo método ¿Mismo asesino? Supone que le seguiría a la cafetería y que este entraría allí por algo, ya fuera café, comida o ir al baño. Se pregunta qué haría allí, tan cerca del Hoover y lo sabe. Llama a Mulder y hablan. Ella toqueteando un libro que hay abierto sobre una mesa y él alejándose un poco de los chicos y sus aparatos para oírla mejor. Ella rodeada de azulejos blancos y él en esa especie de trastero oscuro. Están de acuerdo. Probablemente el tipo pensaría seguir a Scully para hablar con ella o para darla más información y alguien se enteró y decidió ponerle remedio. Cuelgan sin despedirse y sin decirse nada más.

Unas horas después Scully llama a Mulder para que vaya a su casa. Tenían que hacer el informe. Abre la puerta y se sonríen. La mesa del salón llena de papeles. Ella le enseña el resultado de la autopsia y él lo ojea aún sin sentarse. Luego miran algún documento más y se sientan y hablan y hablan de que esta vez lo han vuelto a hacer y no saben quién habrá sido y las fotografías del satélite no mostraban nada raro y los chicos no sabían nada más y la mandaban saludos y luego él se levanta a por un refresco, abre el frigorífico y lo coge sin dejar de hablar y ella le mira y se levanta y se apoya en la mesa grande de la cocina. Él de pié frente a ella, abre el refresco y bebe y sigue hablando y ella le mira y nada la parece más sexy y piensa que él siempre había necesitado que le esperaran. Lo sabe, sí, él necesitaba que le esperaran. Que le dieran tiempo para arreglar algo de su interior dónde guardaba su infancia y sus miedos y su soledad cuando Samantha dejó de gobernar su vida. Necesitaba buscar y ver por sí mismo y siempre supo que nada le detendría y nunca quiso hacerlo. Siempre la asombró su fuerza y su determinación y piensa que esperar tampoco había sido tan malo, piensa en decisiones y en años. Después de haber dormido juntos la situación podría parecer incómoda pero no lo es. Es algo íntimo, es como un silencio tranquilo que ninguno de los dos desaprueba, que los dos necesitan. Ella se metió en su cama y él se cabreó a la mañana siguiente. Durmieron juntos. Los amigos no se miran como se miran ellos.

S- ¿Crees que ahora es el momento de hablarlo?- le pregunta ella , apoyada en la mesa y él delante del frigorífico con una lata de refresco en la mano. Le dice - Lo de haber dormido juntos- y él se queda sin respiración y la mira y no le salen las palabras. -Mulder...- le dice intentando continuar y él la vuelve a cortar como ya hizo la otra vez y la dice:

M- Siento si fui algo difícil la otra mañana- y ella no se esperaba algo así y piensa que nada será normal en esta clase de conversaciones con él.

S- La otra mañana parecías dolido- Sus ojos azules, su pelo rojo.

M- ¿Qué esperabas?- La contesta y ya parece tenso y ella le dice lo que él no quería oír la otra mañana, le dice:

S- Lo siento.

M- No me digas que lo sientes Scully. Mierda, no me digas que lo sientes- y está nuevamente cabreado.

S- Mulder no es lo que tú crees- levantando algo la voz, por miedo, por verle cabreado otra vez y él se calla, deja en refresco en la mesa y la mira unos segundos, pensando.

M- Entonces explícamelo Scully... Dime qué significó para ti meterte en mi cama- directo, cabreado y lo ha dicho porque siempre se pone a la defensiva, pero también para cabrearla a ella, para hacerla hablar y lo consigue:

S- Mulder ¿Qué diablos crees que significó? ¿Crees que.... crees que ... ¿Cómo dijiste? ¿Meterme en la cama de un amigo? ¿Crees que solo somos amigos Mulder?

Él lo ha cogido al vuelo, acaba de entender el punto de vista de ella y siente que quizá ya lo sabía y que quizá ya lo sabía ella y ella le dice con miedo:

S- ¿Quieres quedarte a dormir conmigo?- Aguantando la respiración, sin saber muy bien cómo ha llegado a decírselo.

El beso es más suave de lo que ambos esperaban con tanta tensión. Él la ha mirado fijamente durante unos segundos, como intentando reaccionar o averiguar qué diablos debería hacer o responder a lo que le acababa de decir y luego se ha acercado y la ha besado y Dios ¿Estaba realmente pasando esto? y la ha mirado con sus labios aún rozando los de ella, respirando, notando como el pulso se acelera cada vez más, con sus manos sujetando su cara y su cuello, sintiendo los latidos de ella en su garganta. Ella nota el refresco aún en el sabor de sus labios, nota que su piel es más áspera en su barbilla y que está conteniendo parte del deseo y eso la provoca aún más. Otro beso. Labios y lengua y ya no piensan en nada que no tenga que ver con sus labios y sus cuerpos. Besos y más besos, aprendiendo y luego miradas, serias, febriles, dominantes. Él la sujeta con fuerza. Paran para respirar y mirarse y él mira hacia la blusa de ella y ella le mira y le deja desabrocharla, poco a poco, con la respiración acelerada, viendo cómo la desnuda, apoyada en la mesa, blusa y besos y dientes en el cuello y luego pantalones y él apretándose de nuevo contra ella, tan alto y luego ella le quita el jersey y se vuelven a besar mientras le desabrocha el pantalón y las manos en la espalda y las manos fuertes levantándola, apretándola contra él y ella apretándose a su vez y luego sábanas y más besos y él sobre ella y moverse a la vez y sus dedos en su nuca agarrándole y sus labios, rojos, sobre su piel.

Al día siguiente los dos frente a Skinner para presentarle el informe. Más serios de lo normal, aparentando normalidad. Skinner preguntando lo que tiene que preguntar y ellos respondiendo lo que saben, que es poco y no hay novedades sobre la persona que entró en el Hoover, las cámaras muestran a alguien normal y no hay datos sobre él. Cualquiera sabe. Alguien nuevo en el negocio o alguien hasta ahora oculto o vete tú a saber qué. Bajan al despacho mirándose en silencio. Ella en mitad del despacho de pié y él pasa a su lado y se sienta y la mira y ella se sienta enfrente. "¿Qué hay para hoy?" le dice y se sonríen y él mira lo que hay sobre su mesa y luego la mira a ella y la dice "Esta semana debíamos ir a hablar con aquella mujer del centro". Ella asiente mientras juega con sus dedos con algún papel que hay sobre la mesa y él la mira hacerlo y luego le dice "¿Nos vamos?" y los dos se levantan y salen y él cierra al puerta y ella le espera y se miran y sonríen. Ella agita sus llaves delante de él cuando llegan al aparcamiento. Cogen su coche, conduce ella. El coche por la calle y ellos sonriendo dentro. Luego ella le dice "¿Sabes Mulder? Creí que sería más difícil" y él sonríe y la dice "Se te subieron los colores al hablar con Skinner" y ella le mira y luego vuelve a mirar a la carretera y él la dice sin atreverse a mirarla "Estabas preciosa" y ella calla intentando no sonreír y pasan unos minutos sin decir nada y luego le dice "Espero que en algún momento deje de latirme tan fuerte el corazón".

FIN.