Fan fiction X Files (Expediente x) Californication... Sí soy así de Friki y estoy así de loca....

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jueves, 24 de abril de 2008

SIRENAS.



Todos los derechos son de la 1013 y la Fox y bla bla bla y yo solo escribo por escribir y porque me gusta.....



Frunció el ceño al mirar al cielo. Tiritaba. Había parado en el camino de tierra, con las manos en los bolsillos y manga corta cuando debía llevar abrigo. Era muy temprano para esperar que el Sol calentase algo. El cielo no le dijo nada. Bajó la mirada al camino y se fijó en las huellas de neumáticos sobre la tierra húmeda. Los árboles alrededor. El bosque despertando con el nuevo día y él ahí de pié tiritando con las manos en los bolsillos de los vaqueros. Miró sus playeras. Movió los pies para ver cuánto barro tenían. Así no podría entrar en la habitación. Tendría que descalzarse antes. Si no se hubiera fijado ahora seguro que habría entrado así, sin darse cuenta y lo habría puesto todo perdido. Sonríe para sí mismo al pensar esto y decide girarse y dejarse de paseos matutinos pasando frío. Tampoco había andado mucho. ¿Cuánto podía ser? Nada, allá, entre los árboles de su izquierda, ve ahora el Motel. Al verlo acelera la marcha. Ver su puerta le hace pensar en el calor de allí dentro y la tiritera de aquí fuera. Oye el ladrido de un perro. Debe ser el del dueño del Motel. Aquel Pastor Alemán que le restregó el hocico nada más conocerle. Siempre le gustaron los perros. Mira la puerta tras la que duerme ella al acercarse. Esta vez les dieron habitaciones algo separadas. La de ella es más amplia y una de sus ventanas pega directamente al bosque. La de él está cerca del aparcamiento. Va directo hacia su puerta dando zancadas. Vuelve a mirar de reojo la habitación de Scully al pasar y ve movimiento por una ventana. ¿Despierta tan pronto? "Ayer se nos hizo muy tarde. Se supone que soy yo el que no duerme". Se para y mira la ventana. Decide. Manos en los bolsillos, tiritera y una sonrisa. Toc, toc, toc. Tres veces en la puerta de madera y ella no tarda en abrirle. Ha visto por la mirilla que era él y no se ha preocupado de ponerse algo encima. Camiseta interior de tirantes para dormir esta vez. Entra frío al abrirle y ella también tirita. Ve su sonrisa y los dos sonríen al notarse helados. Se hace a un lado para dejarle entrar y cierra luego.

S- ¿Has dormido?

M- No- La contesta aún con las manos en los bolsillos. Quiere entrar en calor y procura no mirar la cama deshecha.

S- ¿Qué has estado haciendo?- No sabe si preocuparse o echarse a reír.

M- Intentaba dar un paseo.

S- Ya.

M- Pero hace frío- Él calla. Ella calla.



Al medio día el Sol ya trabaja y Mulder se ha quitado la chaqueta. Ella sabe que él estará deseando quitarse esa maldita corbata. Doce personas subiendo una pequeña colina. Dos Agentes del FBI y diez Agentes asignados al caso. Arriba les esperan dos Agentes de policía y un cadáver. Esperaban no encontrar a Claudia así, pero uno de los policías la conocía y hacía un rato, cuando hablaron con él por teléfono, les decía bastante afectado que sí, que era ella, que la habían encontrado.
Claudia odiaba su trabajo. Ser camarera en el bar más concurrido del pueblo la aportaba muchos amigos y demasiada vida social para su gusto. Las camareras son el centro de atención y ella lo era más veces de las que la hubiera gustado. Las amenazas se hicieron realidad. Ahora estaba muerta y nadie quería tener otro cadáver en esa bonita primavera. La cima de aquella colina estaba llena de flores. Flores rodeando a Claudia. Eso ponía en la última carta que apareció en la biblioteca. Elegía novelas para dejar el recado. Esta vez fue Edith Warthon. A ellos les llamaron a los tres días de desaparecer Claudia. Cuando encontraron la primera carta dentro de un libro de Joseph Conrad. Nostromo y amenazas con matarla si no le daban lo que pedía. Quería un cara a cara con Elvis. Quería hablar con Napoleón. Quería contar a todo el mundo lo que Pizarro le había dicho cuando cenaron juntos. Hablaba de Sirenas y de Cisnes. "Un loco para encontrar a otro loco" le dijo Mulder a Scully al oído mientras Kersh hablaba por teléfono. Los dos ojeando la Documentación, sentados frente a la mesa del grandullón que al oír a Mulder cuchichear con Scully, le puso esa cara que ellos conocen tan bien.

Mulder se gira para mirar a Scully que va detrás de él. Sus ojos lo dicen todo. Realmente nadie esperaba encontrar a Claudia así. Se para y la espera y luego anda a su lado. El Sol le molesta en los ojos. Olvidó las gafas de Sol en su habitación. Ella recuerda ahora haberlas visto detrás de un bote vacío de refresco sobre la mesa. Un Agente se para a un lado, con las manos en jarra y respira hondo. Hace demasiado calor para subir esa maldita cuesta. Desde arriba les hacen señas. Es por allí. Está allí. El Sol en lo alto y la colina verde y amarilla. Llegan arriba y paran para respirar, mirando el escenario, viendo de lejos lo que debe ser Claudia. Los dos miran a su alrededor. Se hacen una idea. El paisaje, la lejanía, la noche pasada con las estrellas y la luna y las flores ahora. Se mueven a la vez, despacio, hacia Claudia. Miran a los Agentes y luego miran al suelo. Mulder se gira afectado y Scully observa unos segundos y luego, coge aire y se agacha a examinarla. Es ella, claro que lo es. Esa cara tan bonita es inconfundible. La manta que la cubre es del Agente de policía. Ya les avisó que le dio igual. Bajó corriendo al coche y subió sin aliento por segunda vez la colina para taparla. No iba a permitir que todos la vieran así. Scully lo entendió. Todo el mundo estaba muy afectado. Claudia. Todo el mundo la conocía. Habían visto un vídeo de ella el día anterior. Un concurso de Tartas. Ella presentaba y su madre aplaudía a su lado orgullosa de su hija.

Nada más despegar el Avión desde el aeropuerto de Washington, Scully se apoyó sobre él para echarse a dormir. No se la había pasado por la cabeza aún la idea de que algún día la costaría dormir si no le tenía al lado. Él pensaba en otro maldito caso de secuestro y en la cara de Kersh. Sonrió al recordar que no había olvidado meter en la maleta la última corbata que le había regalado Scully. Procuraba no ponerse tanto las que le regalaba como quisiera, porque le gustaba mucho, pero se sentía como un tonto cuando ella miraba la corbata y luego le miraba a los ojos y entonces él ponía cara de bobo y disimulaba. Pasó la camarera preguntándole en voz baja que si le traía una almohada para ella y él respondió que no hacía falta, callándose un "creo que la gusta más así". Tres horas de avión y la película de momento era de las malas. Sabía que la primavera hace que la gente se vuelva loca, pero ellos habían tenido muchas primaveras antes y ninguna como esta. Volvió a pasar la camarera y le sonrió. Él sabía que la camarera les miraba como pensando que hacían una buena pareja o algo así. "Si ella supiera...." pensó él.

Scully miraba a Mulder mientras un Agente metía la camilla con el cadáver en una furgoneta del FBI. Le veía mirar la colina y sabía porqué. Aquel Agente se había quedado allí arriba sentado. Se le doblaron las piernas cuando levantaron el cadáver y ya no se pudo mover. Rogó que le dejaran solo un momento y ahora Mulder le mira mientras la furgoneta arranca llevándose a Claudia lejos de allí.
Mulder se giró y se acercó a ella y ella levantó la mirada. Estaban tristes. Esa bonita colina había tenido mucho efecto. El otro bonito escenario elegido había sido la pequeña isla que hay en el lago. Solo hay sitio para un árbol y este es grande y frondoso. Rita. Así se llamaba la otra chica que había muerto esa primavera. Rita, la chica del Phill, a la que todo el mundo conocía porque trabajaba en el único banco del pueblo. Rita apareció muerta a los dos días. Y cuatro días después desaparecía Claudia. Se habían encontrado quince cartas. Todas sin sentido. No había ningún nombre, ni firma. No habían encontrado nada. Las pistas eran confusas. Era complicado. Eran muy populares. Conocían a todo el mundo. Nadie con antecedentes sospechosos y los pocos que podrían serlo con buenas coartadas. Ninguna sospecha acerca del móvil.
Mulder piensa en el Agente sentado aún en la colina y recuerda la cara de Kersh al susurrarle a Scully al oído " un loco para encontrar a otro loco".

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Están llamando a la puerta pero Mulder está en la ducha y tarda en escuchar los golpes. Se pone los pantalones y sale con el pelo mojado a abrir la puerta. Dos Agentes al otro lado diciéndole que han encontrado a alguien. Un tipo sospechoso que conducía un todoterreno ha estado merodeando cerca del Ayuntamiento y la Alcaldesa le llamó asustada. El tipo fue detenido y no quiere decir nada. Mulder les mira aún atontado. Calcula las posibilidades de tener suerte. Imagina a la fuerte y alta alcaldesa vigilando por las ventanas del ayuntamiento y luego intenta relacionar las pocas pistas que tienen con esto. Hace una mueca de disgusto y les dice que le esperen. Cierra la puerta para acabar de vestirse porque no quiere que se fijen en lo que tiene en la espalda. A nadie le importa lo de los arañazos... El otro día eran divertidos pero hoy escuecen.


Scully está firmando la autopsia. Ha sido duro. Al llegar vio en la puerta de la comisaría a la madre de Claudia (la pobre madre de Claudia) y luego a solas con su cadáver no dejaba de pensar en la cara que tenía su madre, entre la pena y la esperanza al ver al FBI, de encontrar a su hija viva.
Scully se masaje la nuca mientras rellena la documentación. A parte de matarlas por asfixia, no hay signos de violación, ni de otro maltrato. Alguien llama la puerta de la sala de autopsias y Scully mira al ver la puerta abrirse. Un Agente la dice que tienen un sospechoso y ella abre la boca inconscientemente, piensa un ojalá esto acabe ya y la viene a la cabeza la imagen de Mulder de hacía unas horas mientras miraba la colina con aquel Agente sentado en lo alto.
Le dice al Agente que sale en un minuto y se pone a terminar de rellenar los papeles para subirlos arriba. Mira hacia las cámaras dónde está Claudia y desea no encontrarse con su madre otra vez y desea que sobre todo Mulder no se haya encontrado con su madre. Suspira preocupada.


Rachel Strenton es Alcaldesa desde hace ocho años y es muy conocida tanto en el pueblo como en los alrededores. Como buena alcaldesa acudió a ver a los Agentes del FBI asignados al caso en cuanto estos llegaron al pueblo. No había podido dormir casi nada desde que la dijeron que las víctimas eran mujeres muy populares. Entonces no dijo nada, solo siguió en su papel de Alcaldesa hablando con los dos Agentes. Aguantando el tipo. Luego casi la da un ataque de ansiedad cuando su vigilancia dio resultado y aquel tipo que había dado ya cinco vueltas alrededor del Ayuntamiento, dio una sexta vuelta. "Si da seis tiene que ser él", se había dicho mientras mordía sus uñas, medio escondida tras las cortinas, vigilando.
Ahora estaba prestando declaración en la comisaría. Elegantemente vestida. Digna. Procurando controlar su nerviosismo. Mulder esta sentado enfrente de ella escuchándola, intentando disimular su pesimismo y sus ganas de salir de allí: Esto no va a servir de nada. No es él. No va a ser tan fácil y además, para empezar el tipo es cojo. "Terry el cojo" . Terry que aún no ha dicho nada, pero no parece andar muy cuerdo y joder, es cojo. Cojo y aquella colina demasiado larga, demasiado empinada.

Scully llama a la puerta y entra. Saluda a la alcaldesa y acerca una silla para sentarse al lado de Mulder. Le mira antes de comenzar y luego da las gracias a Rachel por todo y la dice que lo siente pero que no es él, que el tipo tiene problemas mentales, que acaban de venir a recogerle unos familiares, que se escapó con el todoterreno de un tío suyo y este les ha dicho que el Ayuntamiento es el edificio que más le ha gustado siempre, que es lo único que reconoce del pueblo y que por eso daba vueltas alrededor.

Rachel no acaba de creerlo. Les mira aún sin entender. Quiere decirles que si eso es suficiente para soltar a un sospechoso. Quiere decirles que tiene miedo y que siente que algo va a ocurrírla, pero es la Alcaldesa y tiene que guardar la compostura así que les dice un "Comprendo" y "Gracias a Ustedes" y sale temblando de la sala.

Scully mira a Mulder y este pone una medio sonrisa en su cara.

S- Ya lo sabías...

M- Sí.... ¿Tienes algo más?- Parece preocupado.

S- Poco más. Ninguna huella. Más restos de fibras y marcas de cuerdas en sus muñecas- Le mira a los ojos- Esperemos que en Washington encuentren algo más.

M- Bien... - Asiente con la cabeza dándola ánimos-Voy a poner vigilancia a la Señora Alcaldesa... Quién sabe...-Se levanta de la silla y ella hace lo mismo.

S- ¿Crees que podría ser la siguiente víctima?- Suspira.

M- Bueno.... Ella es popular.....-Sonríe- Aunque una víctima difícil: Es casi más alta que yo- La dice poniendo su mano por encima de su propia cabeza para exagerar mientras sale por la puerta camino de la sala de interrogatorios- Quiero hablar con ese tipo y .....

S- Creo que será mejor que hables también con su familia.

M-¿Porqué?- Se para en mitad del pasillo haciendo que ella también pare.

S- Es esquizofrénico. Su tía dice que él ve cosas....

M-¿Cosas?- Divertido. Es muy divertido oír a Scully contarle esas cosas.

S- Habla con ella....- Le dice cortandole.




Aquella mañana Mulder salió de su habitación con la cabeza hecha un lío. Se había despertado a su lado y sintió como si la realidad le acabara de alcanzar. La recordó el día que se conocieron y trató de hacerse una idea de cómo era él por aquel entonces. ¿Qué imagen debió darla? Hizo memoria de lo que siempre había imaginado que sería su futuro y de cómo habían acabado compartiendo la cama algunas noches por semana. ¿Ella le había cambiado más a él o él más a ella? Solía imaginarla desnuda y jugaba a ser un bromista cuando necesitaba evadir tensiones. A veces se sentía como un niño frente a la madurez que mostraba ella y eso le hacía sentirse pequeño, pero le encantaban esos momentos en los que él acababa demostrando más madurez a la hora de enfrentarse a lo que les estaba pasando. Un par de palabras directas a su capacidad de razonamiento para dejarla sin argumentos, una mirada fuera de lugar, una declaración sin pensar en las consecuencias. Le gustaba sentirse como un loco apartado de la sociedad voluntariamente. Un loco al que pocos creían. Eso le daba fuerzas. Era un loco frente al mundo y frente a ella y muchas veces lo utilizaba para sacarla de quicio y admirar el brillo de sus ojos cuando se cabreaba con él, cuando le miraba así y él imaginaba cómo la estaría hirviendo la sangre por su culpa.
Ella solía tirarle del brazo para que la abrazara a la hora de dormir y él en poco tiempo ya se había acostumbrado a hacerlo. Jugaba con sus manos mientras la abrazaba y luego ella se giraba para acurrucarse en el hueco de su cuello y besarle en este antes de levantarse. A veces, después, cuando estaba solo, sentía un miedo espantoso al hecho de poder perderla. Daba igual si estaban o no juntos, daba igual si ella se cabreaba más de lo normal con él o si el tiempo complicaba las cosas. Lo único realmente importante era tenerla , tenerla para él, ya fuera como amiga o como algo más. Mejor como algo más claro, pero tampoco confiaba mucho en su capacidad para poder hacerla feliz y si eso les hacía tomar algunas decisiones prefería tomarlas a tiempo a acabar por estropearlo todo, porque para él nunca hubo nada comparable con lo que tenían cuando estaba juntos, cuando se miraban y discutían y cuando reían y callaban disfrutando de la mutua compañía.
Aquella mañana pensó que quizá él lo podría haber mal interpretado y que ella, en realidad, tenía otra idea distinta de lo que les estaba pasando. Por eso cuando salio de la habitación de ella y entró en la suya, al ver la cama sin deshacer, le surgió tal sentimiento de angustia que decidió salir a dar un paseo por el bosque para despejarse. El frío hizo todo lo demás y acabó metiéndose de nuevo en la habitación de ella sin ningún motivo aparente y con un montón de preguntas que nunca la haría.

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M- Scully.... Ambos estamos de acuerdo en que ese tipo está loco, pero....

S- No, Mulder, me da la impresión que soy yo la que cree que ese tipo está loco y tú, en cambio, crees que solo tiene un ligero problema de adaptación.

Mulder se echa a reír. Están en la habitación de Mulder del Motel esta vez. Scully está sentada en la cama bebiendo un café mientras repasa informes. Pies cruzados sobre la cama y su rostro cada vez más encendido por el calor del cuarto y por él. Mulder de pie enfrente de ella, moviéndose al hablar de un lado al otro, conteniéndose al verla mirarle así y ella haciéndole frente desde la cama.

M- De acuerdo, puede que dijera eso en algún momento...- Aún riendo.

S- Mulder, no puedes siempre alegar justificaciones para cada personaje que nos encontramos y sus actos- Muy seria.

M- Scully, no puedes siempre negar lo evidente porque no creas en ello- Replicando.

S- Me baso en pruebas tangibles.

M- Tangibles....Claro...

S- Mulder es un hombre enfermo.

M- Solo digo que leas entre líneas.

S- No son más que alucinaciones.

M- Venga Scullly, ¿Crees que ABSOLUTAMENTE todo lo que ese tipo ha dicho es producto de su enfermedad?

S- Esquizofrenia Mulder. No hace falta que te lo explique ¿Verdad?

M- No has leído nada de lo que ese tipo nos ha escrito.

S- El mismo nos hizo un resumen el otro día.

M- ¿Y no notaste nada?

S- ¿Notar? ¿Notar el qué? ¿Qué le sobra imaginación?

M- Que es su manera de contar las cosas Scully....

Mulder se acerca a ella y la quita los papeles de un tirón. Ella le mira cabreada. Él busca entre los papeles y lee:

M-"Es en esos días de tanto calor, cuando ocurre. En esos días en los que el cielo es fuego y yo me siento derretir y duermo mucho. Me despierto y estoy muy cansado porque cuando duermo viajo y mi alma viaja hacia otros lugares y últimamente siempre va a la selva a correr entre los árboles buscando panteras".

S- Mulder....-Disgustada. Cansada.

Terry Snopes "el cojo" vivía con sus tíos desde que era un niño. Su Tía era de esas mujeres que nunca hablan cuando está su marido delante y su Tío estuvo callado y taciturno durante los breves minutos que hablaron con ellos. La Tia Snopes parecía tener cierta tendencia a fantasear y al Tío Snopes le bastaba una mirada para hacerles callar y ponerse firmes tanto a la Tia Snopes como al esquizofrénico de su sobrino.
A Terry le interrogaron a parte y les estuvo relatando las cosas que veía. Todo alusiones confusas y sin sentido a demonios y fuerzas. No tenía nada que ver con Claudia, ni con Rita. Nada. Ni tan si quiera las mencionó y cuando Scully le preguntó si sabía algo de esas chicas que habían aparecido muertas, el pobre pareció acabar de enterarse. Vivía en otro mundo. Vivía prácticamente encerrado en la casa de los Snopes.

Mulder sigue leyendo sin hacerla caso.
M- "Y mi amigo el mago me dijo un día que me anduviera con ojo cuando dormía allá en mi otro mundo porque hay cosas que no vemos cuando estamos dormidos y los demonios no descansan nunca. No, no descansan nunca. Uno duerme aquí y corre allí en la selva y como está lejos no ve y si ve luego no recuerda bien porque en realidad está lejos y el demonio le asusta y sus gritos le paralizan. El diablo nos canta cuando dormimos. Canciones cautivadoras como aquellas Sirenas cantaban a Odiseo y ahora le canta sobre aquellas Sirenas y le canta sobre bonitos paisajes. Canta sobre playas e islas y verdes prados dónde ahora duermen las Sirenas".

Acaba de leer y la mira fijamente. Concentrado. Satisfecho. Convencido de lo que dice. Lo sabe.Lo sabe y necesita que ella le entienda.


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Hay vaho al respirar. Agentes desplegándose lentamente entre los árboles. Señales levantando los brazos. Mirar alrededor para no pasar nada por alto. Mirar el suelo las ramas, los troncos de los árboles. Buscar entre los arbustos, cerca de las piedras llenas de líquenes y musgos. Está atardeciendo y no tienen tiempo, si oscurece pueden darlo por imposible y así puede que no le encuentren nunca.
Árboles altos y la espesura rodeandoles. Mulder está parado en mitad del bosque, girando sobre sí mismo. Necesita verla. Por un segundo se ha asustado y busca su pelo rojo entre el verde del bosque y el poco azul del resto de Agentes. La encuentra y respira. Ella le mira en ese momento y eso les basta.

Alguien grita. Alguien ha debido encontrar algo. Está a unos cincuenta metros en una hondonada. Ahora gritan unos cuantos y se avisa también por radio. Mulder mira a Scully y la ve mirarle y ambos comienzan a correr a la vez hacia aquel lugar. Piden un médico. Llaman a Scully a gritos y cuando ambos llegan, sin respiración, con la nariz roja por el frío, se paran a mirar primero. Tres Agentes alrededor. Un hombre en el suelo. Scully se acerca rápidamente y se agacha a atenderle. Un ataque cardíaco, por el esfuerzo. Debe llevar diez horas perdido en ese bosque, huyendo asustado. Muerto.
Scully se levanta y con los brazos en las caderas mira a Mulder. La cara de ambos refleja preocupación. Era su única pista. Terry el cojo. Fueron a hablar con él y encontraron a su Tía en un mar de lágrimas y a su Tío de brazos cruzados en mitad del camino que se adentra en el bosque. Pobre Terry, ahora dejaría de soñar con correr en la selva.


Mulder estira de un brazo a Scully para hacerla seguirle. Caminan unos metros entre los árboles. Ahora es casi de noche. Otros Agentes están colocando luces en el lugar dónde han encontrado el cadáver de Terry y en los alrededores. Hay movimiento. Gente moviéndose entre los árboles y el resto del bosque en silencio. La oscuridad rodeandoles.

M- Su Tía dijo que le oyó gritar antes de verle salir corriendo hacia el bosque.

S- ¿Crees que algo le asustó?

M- Mucho más fácil Scully..... ¿Y si alguien le asustó?

Los dos se quedan pensando. Uno frente a otro. Mirándose. Él ya lo sabe y deja que ella llegue a la misma conclusión. Ella piensa por un momento en lo que Terry decía de sus sueños y del diablo y cae en la cuenta de lo que Mulder la está diciendo: Su Tío.

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Cinco Agentes les acompañan a la casa de los Snopes. Les abre la puerta el Tío Snopes. Alto, fuerte.

Tío Snopes- ¿Han encontrado a mi sobrino?

M- Sí...

S- ¿Nos deja entrar un momento?

El Tío Snopes les deja entrar. Dos Agentes se quedan en la puerta y tres les siguen dentro hasta el Salón. La Tía de Terry está sentada en un sofá al fondo. Muy afectada.

S- ¿Se encuentra bien Señora Snopes?

La Señora Snopes la responde secándose las lágrimas y murmurando Padres Nuestros.

S- Sentimos tener que decirles que hemos llegado demasiado tarde.

Tío Snopes- ¿Cómo ha sido?- Serio, demasiado serio. Parado en mitad del salón imponiendo su altura.

Scully mira a Mulder para dejarle continuar.

M- Ha sufrido un ataque cardíaco en mitad del bosque...

Tío Snopes- ¿Sufrió?

Mulder mira a Scully y luego le contesta:

M-No, fue fulminante.

La Señora Snopes llora sentada en su sillón y el Señor Snopes la mira y luego mira de nuevo a Mulder.

T.Snopes- Les agradecemos que se hayan tomado la molestia para venir a contárnoslo....

M- No hay problema....- Se adelanta un paso hacia él- ¿Le importaría acompañarnos a comisaría Señor Snopes? Ya sabe... Hay que rellenar algunos papeles y también querríamos hacerle algunas preguntas...

El Tío Snopes le mira directamente a los ojos. Estudiándole y le dice serio:

T. Snopes- Bien...- Se gira y se acerca a su mujer, se coloca enfrente de ella y la dice que no tardará y que si necesita algo que llame a la Señora Sorrenson. La Señora Snopes asiente con la cabeza con su cara compungida y él se gira y les hace un gesto con las manos para indicarles que fueran saliendo. Mulder le deja pasar delante.

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Cuatro horas de interrogatorio camuflado con preguntas sobre su sobrino y su enfermedad y la vida de su familia. No pudieron llegar a sonsacarle nada. Era inexpugnable y ellos no tenían pruebas en su contra para acusarle de nada. Le dejaron ir.
Scully tamborilea con su bolígrafo sobre la mesa, intentando concentrarse y Mulder está de pié apoyado en la pared mirando el suelo. Frustrados, cansados. Terry muerto en mitad del bosque, Claudia muerta entre aquellas flores, Rita.... y el Tío Snopes imponiendo su fuerza de carácter.

Tres Agentes se encargarán de hacer guardia esta noche en la casa de los Snopes. Mulder y Scully bostezan dentro del coche, camino del Motel. Ella agarra con fuerza el volante mientras le dice que mañana hablarían con la Señora Snopes y él la mira apoyando la cabeza en el respaldo del asiento y la dice que le encantaría saber qué diablos tiene el Tío Snopes en la cabeza. Le molesta la gabardina dentro del coche. La carretera pasa cerca del bosque. Ambos miran hacia la oscuridad y luego miran al frente porque ahora van a pasar por el puente que cruza el lago. La noche no les deja ver la pequeña Isla, pero ven el reflejo de la luna en el agua. Hay silencio en todos lados.



Él aún nota la humedad en su cuello dónde le ha besado ella antes de levantarse. Está viéndola vestirse. Sentada en el borde de la cama. Abrochándose un botón de la camisa y luego otro. Le ha mirado y eso que ha visto en su cara era una medio sonrisa. Se incorpora en la cama. La manta sobre sus piernas. Ella le mira esperando lo que quiera que sea que vaya a decirla porque la mira con esos ojos y él parece pensárselo bien antes de decir nada. La mira. La mira y la dice:
M- Scully.... -Respira antes de continuar- ¿Para ti es sólo sexo?



La Alcaldesa Rachel tampoco ha podido dormir casi nada esta noche. Se ha levantado muchas veces a mirar por la ventana para comprobar que los Agentes asignados a vigilarla seguían ahí. Se levantaba e iba en camisón hacia la ventana. Movía un poco la cortina, observaba, esperaba a que ellos la vieran mirar y la hicieran un gesto con la mano y entonces ella contestaba al gesto moviendo también su mano.
Ahora es de día y aunque es temprano se levanta dispuesta a hacerse un buen desayuno: Tostadas con Valium. Se sienta en la cama y se pone unas zapatillas blancas a juego con su pijama. Se pone en pie y mira por la ventana. Saludo y saludo. Camina hacia la cocina pensando en lo aburrido que debe ser pasarse la noche vigilando y entonces todo se oscurece.

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El libro le habían dejado en la puerta de la Comisaría. Nadie vio nada. Simplemente un Agente lo vio al entrar y se llevó una sorpresa al abrirlo. Cinco cartas más. El libro no era de la biblioteca. Cinco cartas entre la obra de Homero. Cinco cartas en "La Odisea".


Encontraron a la Señora Snopes muerta en su sofá. Probablemente la mató nada más irse ellos. Un golpe limpio en la sien bastó. Los Agentes asignados a la vigilancia no oyeron, ni vieron nada. Cuándo Mulder y Scully llegaron no había novedades y al entrar se encontraron con la sorpresa. Caras de culpa en los Agentes y desconcierto sobre qué está pasando. Cuando Mulder y Scully llegan a la Comisaría notan el nerviosismo general. Hay cinco cartas más y se acaban de enterar de algo muy grabe: La Alcaldesa ha desaparecido. Scully mira a Mulder y este a su vez la mira a ella. Se les ha escapado. Aún no saben cómo pero se les ha escapado.


Reunión de Urgencia para todo el personal. Todo el mundo ha ido y hay muchos voluntarios. La gente calla y espera sentados como pueden en la vieja sala de reuniones del Ayuntamiento. Hay gente declarando y Agentes tomando nota afuera. Todo el pueblo se ha puesto en marcha. Ya hay patrullas peinando el bosque y los alrededores de la casa de la Alcaldesa. Ahora es cuando pueden hacer algo, no hay ni un minuto que perder y nadie está dispuesto a que vuelva a suceder.
Scully está en la puerta viendo cómo se va levantando la gente. La reunión ha acabado. Salen por la puerta y les saludan con un gesto de cabeza. Scully mira al fondo. Mulder está aún sentado sobre una mesa viendo cómo se va marchando la gente. Concentrado. Ella se acerca hasta él dispuesta a no decirle nada. Le mira y él levanta la mirada y le da una carta. Él la mira extrañado y luego mira la carta. Un sobre muy arrugado y ninguna dirección. Dentro hay un par de párrafos escritos con una letra que reconoce: Terry el cojo. Siente que se le encoje el corazón y mira a Scully buscando respuestas.

S- Estaba en el buzón de la casa de Rachel.

M- ¿Cuándo la dejó allí?

S- No lo sabemos con seguridad pero... -Suspirando- La fecha es del mismo día en que murió... Intentó avisarla, Mulder...

Mulder la lee atento y cuando acaba la dobla y la mete dentro del sobre con cuidado. Luego levanta la mirada y la dice:

M- Nadie confía en los locos....

Scully sonríe haciéndole sonreír a él y luego le dice:

S- Ella ni si quiera la leyó....


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Están aún en la Sala de reuniones del ayuntamiento. No había nada nuevo en las cinco cartas encontradas en La Odisea. Las mismas incoherencias. Ni si quiera Mulder lograba encontrarlas algún sentido. Las estaban repasando. Intentando encontrar lo que fuera que se les estaba escapando mientras la mitad del pueblo registraba casas abandonadas, cabañas, bosques...

M- Sirenas.... Según la leyenda fue Orfeo el que salvó a los Argonautas del canto de las Sirenas. Les salvó impidiendo que escucharan su canto y ellas, al ser derrotadas, se transformaron en piedra. Las Sirenas utilizaban sus encantos para atraer a los marineros hacia una muerte segura.

S- Orfeo y las Sirenas... Puede que ya tengamos la causa....

Scully coge una carta de la mesa y la mueve entre sus dedos. Él la mira y la dice:

M- Es prácticamente lo único que tiene sentido de todo esto. Puede que respecto al resto ni él mismo sepa lo que está diciendo- Señala las cartas sobre la mesa- Puede que estas cartas las escriba en un arranque de locura y sean solo eso...

La sala vacía hace que sus voces suenen altas y que su amplitud les haga sentir tener más tiempo del que tienen para averiguar algo. Scully se ha quitado la chaqueta y se ha levantado a caminar por la Sala. Mulder sigue sentado. Ella mira por una de las ventanas. Aún es temprano. Mulder se restriega la cara con las manos. No sabe qué más puede hacer con esas malditas cartas. Se hecha hacia atrás en la silla y mira a Scully. Piensa en su sonrisa de esa misma mañana, cuando estaba amaneciendo. Piensa en su sangre circulando a mil por hora por sus venas cuando la preguntó aquello y en el sonido de la voz de ella al responderle. Ella no da muchas explicaciones para las cosas importantes. A veces le basta con una sonrisa para saber qué está pensando y esta vez además le dijo aquello sin dejar de sonreírle. Le dijo: "Eres lo más importante de toda mi vida" y por Dios si había alguna otra cosa que fuera mejor que eso después de su sonrisa. Él ni intentó decirla nada porque ella hacía así las cosas, o quizá ya no solo ella, sino ellos dos. Una sonrisa y pocas palabras para dejar clara una situación y seguir respirando. Luego ella se levantó y se puso los zapatos mientras él la miraba con cara de bobo desde la cama. Cerró la puerta sin hacer casi ruido y sin despedirse y él no quería moverse así que se quedó ahí sentado mirando la puerta durante un buen rato.



S- ¿Y si solo intenta llamar la atención?- Le dice aún mirando por la ventana del Ayuntamiento.

Mulder despierta de su ensoñación y pestañea. No entiende bien a qué se refiere.

S-¿Y si solo se hace el loco porque cree que es así como un loco se comporta?

M- ¿Quieres decir que era lo que veía hacer a Terry?...

Ambos calculan las posibilidades.


Llaman a la puerta y el sonido resuena en toda la Sala. Scully y Mulder miran a la vez a ver quién puede ser y ven entrar a aquel Agente que se quedó sentado sobre la colina cuando encontraron a Claudia. Aún lleva la tristeza consigo. Se acerca a ellos y entrega un sobre a Scully. Ella lo abre enseguida y comienza a leer y el Agente mira a Mulder y le pregunta si hay novedades. Mulder lo siente pero no tiene nada nuevo así que le responde negando con la cabeza.

S- Puede que si que las haya- Les dice a ambos.


La hermana del Tio Snopes tuvo una adolescencia bastante alocada. El fruto de esos años fue su hijo Terry. Sus deudas y sus adicciones la impidieron hacerse cargo del bebé y por eso tras una corta visita a casa de su hermano se marchó dejando al niño allí sin dar explicaciones. Le criaron como a el hijo que nunca pudieron tener y todo debió de complicarse mucho cuando a Terry le diagnosticaron su enfermedad.
Scully tenía en sus manos la fotografía de la madre de Terry. Debió de ser una mujer muy guapa. Una Sirena más. Scully también tenía, recién llegado de Washington, un historial de la familia. Abusos, malos tratos... Típico. Lo más importante era un dato sobre su infancia. Ambos hermanos fueron abandonados por sus padres durante dos días en la vieja perrera del condado.

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Scully conducía todo lo rápido que podía. Mulder detrás y el Agente amigo de Claudia a su lado. Ninguno dice nada. Solo hablan por radio para coordinar al resto. Un par de Agentes están cerca del lugar y llegarán antes que ellos. Les dicen que tengan cuidado, que esperen, que observen por si ven algo. Pasan por el puente que cruza el lago y ninguno de los tres quiere mirar hacia la Isla. Aguantan la respiración cuando pueden ver lo que en tiempos fue la perrera del condado. Una tapia blanca rodeando unas viejas instalaciones. Verjas oxidadas y pintadas en las paredes. Salen del coche y se dirigen hacia los dos Agentes que les esperan en la puerta. Scully y Mulder se miran antes de entrar y separarse. Están preocupados.
Llegan más Agentes y todos se meten dentro. El lugar es bastante grande. Lo van recorriendo todo. Viejas jaulas, viejas salas con mesas y muebles y archivadores por los suelos. Cristales rotos. Casi pueden oír el ladrido de los perros que alguna vez habitaron ese lugar. Mulder saca la linterna para poder ver en el sótano. Bajan unos cuantos teniendo cuidado. Todo está quieto alrededor. Oscuridad y humedad.


Scully está en el otro lado de las instalaciones. En una sala ha visto la pisada de un perro y le ha recordado al pastor alemán del dueño del Motel que se acercó a Mulder nada más verle. El perro les vio llegar con las maletas y se acercó directamente a Mulder. Se sentó justo delante de él y ambos se quedaron mirándose como si se estuvieran reconociendo. Luego el perro se levantó y le restregó el hocico en la pierna a Mulder. Ella les miraba y entonces Mulder la miró sonriente mientras acariciaba al perro y ella casi pudo verle haciendo eso mismo cuando era un niño. Sus ojos, su satisfacción.
El perro le siguió hasta su habitación y en la mismísima puerta se quedó plantado mientras Mulder encogía los hombros mirando a Scully que ya estaba al otro lado y gritándola que tendría que quedársele y ella pensaba en lo desastroso que sería el Mulder de ahora cuidando de un perro. Recordó no haber tenido tiempo ni ella misma con Queequeg y rió al ver a Mulder estirar la mano al perro para que este estirara la pata para dársela. El perro se había encariñado. Duró unos segundos más hasta que el dueño llamó al perro y este salió corriendo dejando a Mulder con ganas de juegos. Ella seguía en la puerta de su habitación mirando la escena aún sin entrar y cuando vio Mulder sonreírla desde allí decidió meterse dentro. Dejó las maletas en el suelo y se quedó mirando la cama preguntándose cómo habían llegado hasta allí y cuándo fue que las cosas habían sido distintas. ¿Era acaso tan sencillo? No había querido plantearse nada porque la aterraba lo que estaba ocurriendo. Sabía lo que él sentía y le conocía demasiado como para saber que él no necesitaba otra persona más en su vida que le hiciera daño. Ella por nada del mundo querría hacérselo. Temía que lo que sentían les desbordara de alguna manera y eso acabara por estropearlo todo. Él era lo más importante y ella hacía tiempo que decidió que esa era la verdadera prioridad. Luego todo cambió y lo que ambos sabían que ocurriría ocurrió y bueno, ahora estaba siendo tan feliz que prefería no plantearse nada. Temía pararse a pensar y despertar del sueño. Quería seguir así, quería protegerle y hacerle feliz y la daba miedo perder lo que ahora tenían.


Ahora Scully sigue recorriendo salas del edificio. No parece haber rastros de nada. No hay nada que les indique que ha habido alguien por allí en mucho tiempo a parte de gamberros. Apunta con su pistola en cada esquina y en cada puerta y luego hace un gesto a los Agentes que van con ella para que la sigan. Pasan por un pasillo con un gran ventanal que lo ilumina. Scully mira al frente y al ventanal. Al otro lado de los cristales hay una especie de patio interior. Se acerca porque cree haber visto algo y la da un vuelco el corazón. Sale corriendo. La entrada debe estar al otro lado del pasillo. Los Agentes también lo han visto y salen detrás de Scully.

El Tio Snopes está acurrucado en un rincón del patio. Se ha pegado un tiro. Justo enfrente de él hay una bonita fuente de piedra ya sin agua pero rodeada de hierbas y flores salvajes. Dentro encontraron a Rachel sin vida. "Parece que el Tío Snopes decidió acabar con todo" dijo uno de los Agentes.

Mulder no tardó en llegar y Scully vio cómo apretaba la mandíbula al ver a Rachel. Luego se acercó al Tío Snopes y se agachó delante de él. Le observó durante unos segundos y luego se levantó para irse. No miró a Scully, ni la dijo nada. Fue directo a la puerta y ella le siguió en silencio mientras el patio se llenaba de Agentes que cogían sus radios para avisar que todo había acabado.

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Ya en el Aeropuerto de Washington ambos caminan juntos. Mulder va llevando el carrito con las maletas. Gabardina, corbata y la bolsa de pipas sobresaliendo por uno de sus bolsillos. El suelo brillante, el lugar enorme y debe ser la hora punta porque está lleno de gente. Todo es ruido a su alrededor. Scully se para y él la mira parando a su vez:

S- ¿Has pensado alguna vez, Mulder, dónde te gustaría morir?- Sus ojos claros y brillantes. El cuello de su camisa blanca sobresaliendo por encima de su abrigo.

Él abre los ojos y parece pensárselo.

M- Bueno... Siempre pensé que moriría de un ataque al corazón sentado en mi sofá después de una triple sesión de cine erótico- Ella le mira sin moverse y él solo puede fijarse en sus labios- Creo que siempre imaginé morir o en acto de servicio o de la manera más tonta y eso implica no querer imaginarse dónde sería... ¿Tú lo has hecho?

S- No- Encoje los hombros algo confusa por sus propios pensamientos y mira a su alrededor.

M- Scully....

Ella le mira aún pensativa y él se limita a tocarla el cuello de la camisa mientras la mira haciéndola partícipe de esa intimidad. Luego se sonríen y callan y continúan andando por el aeropuerto entre el resto de la gente. Él juega con el carrito y ella le deja. Le mira sabiendo lo fuerte que es. A ella, en cambio, al final siempre la resulta algo más difícil sobrellevar esta clase de cosas. No sabe cómo definirle. No encaja en ningún lado. Totalmente distinto al resto del mundo. Scully le mira y se fija en sus gestos y en sus movimientos y la asombra haber tardado tanto en dar el paso.
Maletas al coche, del coche a casa y en cada casa una vida. Cuando al día siguiente se besan después de cenar ambos están aún pensando en Rachel y en Terry y en el Tío Snopes. Teniendo la muerte siempre tan cerca es difícil separar esa clase de tristeza por todo lo que se van encontrando en el camino. Se besan y deshacen la cama y no hablan de lo que están haciendo. Se miran tumbados uno junto al otro en silencio y procuran seguir tal y como lo habían hecho hasta ahora.

S- ¿Mulder?

M- ¿Si?- Medio dormido.

S- Hora de levantarse.

Él abre los ojos y ella se levanta de la cama y va hacia la cocina a preparar café. Él se mete directamente en la ducha y cuando abre el grifo y el agua comienza a mojarle recuerda algo avergonzado lo que le volvió a decir la noche de antes.

Ella está sonriente preparando el café en su cocina. Se la eriza el bello de la nuca al recordar la voz de él en su oído susurrándola que la quería mientras hacían el Amor. Piensa en un quizá todo acabe bien y en un quizá no haya nada de lo que preocuparse. Piensa en poder tener la fuerza suficiente para poder decirle algún día todo cuanto significa para ella y piensa en que el miedo a perderle la domina y que la ha dominado siempre.

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